free web stats

Buenos tiempos para la épica

El dramaturgo alemán Bertolt Brecht escribió un poema mediocre que llamó “Malos tiempos para la lírica”. El poema reivindica la poesía comprometida y debe su fama al título. Citado de oídas, sugirió una ausencia sentimental irreparable. Me recuerda un verso cursi hasta la náusea de Pablo Neruda: “Puedo escribir los versos más tristes esta noche”. Insisto, y más cursis. No echo de menos lírica alguna cuando los acontecimientos acuden en tiempos urgentes. Un cantar de gesta incumbe a todo un pueblo, y ahí no ha lugar a súplica o lamento. Estos tiempos sitúan al pueblo español frente a su mayor reto desde el inicio de la Democracia. En España el sistema, que no es otra cosa sino la colusión entre política y finanzas no es consciente de que sirve en exclusiva a sus propios y estrechos intereses, y por tanto caducó. Es irremediable que mientras beneficie a unos pocos esos pocos lo defenderán sin tregua ni cuartel, ignorando la fecha de caducidad del invento. Reformar profundamente España es hoy más necesario que nunca, y es hoy tan difícil como ayer y como siempre. Los radicales y revolucionarios no pasan de la soflama. Son asumibles y moldeables. Muchos de ellos hablan de mejorar las vidas ajenas en tanto planean el beneficio estricto de la propia. Por ello, suelen tener precio.

Abogar sin embargo por una iniciativa reformista que ponga a la ciudadanía por delante de la política y acabe con injusticias y privilegios es otro cantar. Un cantar de gesta, sin duda. Por tal motivo, al presidente Suárez le dieron un golpe de estado. Demostró ser un patriota y pagó por ello. Con el señor Rivera han decidido curarse en salud y prevenir sus intenciones. No sin razón, le consideran un activo fundamental del proyecto reformista en España. Ese proyecto que pretende sacarles las castañas del fuego a la gente de a pie. Los que no llegan a fin de mes. Los que se preocupan por las pensiones de sus mayores y por la educación de sus hijos. Los autónomos que luchan contra viento y marea. Los que no tienen un contrato duradero, con crisis o sin crisis. Los que no tienen trabajo. Los empresarios que dan trabajo a un puñado de trabajadores y ven nubes negras en el horizonte. Las parejas que no pueden tener hijos porque los números no llegan. Los que viven en desventaja, anegados por la despoblación. Son sólo algunos ejemplos.

La artillería mediática contra el señor Rivera la componen voces de variada índole, todas con un timbre entre agorero y colérico. Les sulfura que el señor Rivera haya antepuesto su credo a la calculadora. No se entiende para quienes han hecho del vivir agachadito no se sabe si un vicio o un oficio. Y es que, si escribir escriben regular, lo de obedecer lo hacen de lujo. Están los de siempre. Faltaría Emilio Romero, preboste de la prensa franquista y maestro de alguno de los de ahora. Famoso por dar coba al que mandaba y leña al que se movía, dijo aquello de “yo no me vendo, yo me alquilo”, y se quedó tan pancho.

Con tono melifluo y sobrados de cuajo, abundan en el anatema los cuatro presidentes anteriores: González, Aznar, Zapatero, Rajoy. De aquellos polvos estos lodos, pero la culpa es de Rivera. Aparte la palabrería diversa, los une el indisimulado anhelo de que todo siga como siempre y que a los que les va bien les vaya de maravilla. No exagero si les adelanto que la simpatía de estos personajes por la gente de a pie se asemeja a la que yo siento por los extraterrestres. Para ellos los problemas de ustedes no cuentan. Para nosotros sus problemas son nuestra razón de ser.

Son tiempos para la épica y es claro que la suerte está echada. Julio César, bajo un cielo cruzado por relámpagos audaces, animó a quienes compartían su esfuerzo para que atravesasen el río Rubicón: “Vayamos allí donde nos llaman los prodigios de los dioses”. Nos invita una vez más el feliz prodigio de las urnas; libres nos consagra. Hay que echar a andar. Salvemos juntos ese río pedregoso que quiere separar España de los españoles. Puedo asegurarles que no se arrepentirán.

Author: Opinion

Share This Post On

3 Comments

  1. Pensábamos que Ciudadanos era otra cosa. Sólo es la sonrisa fluorada de Rivera. En Segovia…. Resultó ser 24.000 euros para Orejana, 60.000 para Noemí y 40.000 para su pareja. Y muchas peleas por las sillas. Háganse un favor a sí mismos y a los demás y eliminen este partido, antes de que el pueblo lo haga, como ha ocurrido con el Marqués de Galapagar.

    Post a Reply
  2. A qué estos acaban con una plaza fija en la diputación como tantos familiares y amigos de políticos???…y este hombre que escribe representa a Segovia porque le han colocado a dedo? Sabía algo de Segovia? Desde luego Segovia no sabía ni sabe nada de él!!!

    Post a Reply
  3. Menudo ladrillo caballero.
    No le echaremos de menos.

    Post a Reply

Responder a Toño Cancelar la respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *