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¿Quién quiere arreglar el problema de la vivienda?

Todos los grupos políticos protestan de estar preocupadísimos por la falta de viviendas asequibles. Y los comunistas disfrazados de ‘populistas’, proponen soluciones disparatadas -intervenir el mercado-, que ya fracasaron en todas partes hace decenios, y en Berlín y Barcelona muy recientemente. Esta última semana, la ministra (socialista) de la Vivienda ha pedido auxilio al mercado -al sector privado-, para solucionar o al menos paliar el desaguisado que han creado los políticos -el sector público-. Qué desfachatez.

El problema de la vivienda en España consta de dos componentes que no tienen fácil solución, y que vienen siendo ‘parcheados’ ocasionalmente por los políticos, o solucionados temporalmente por el mercado. El primero es la concepción (socialista) de que la vivienda y la promoción de construcción de viviendas deben de ser una fuente de ingresos para las administraciones públicas (por ejemplo, con la obligatoria cesión socialista del 10% del suelo o más a los municipios; por ejemplo, con unas cargas fiscales socialistas desmesuradas). Y el segundo es la determinación (socialista) de una planificación y ordenación territorial y urbanística restrictiva, opresora y, en definitiva, estranguladora de la libre iniciativa. Y no se prevé una solución completa e integral por parte de nuestros gobernantes (socialistas).

El hecho cierto es que, desde que hace cincuenta años, tras levantarse casi cinco millones, no se han construido apenas viviendas de promoción pública. Pero, eso sí, contamos con cientos de ‘parásitos del urbanismo’, en forma de gabinetes, oficinas, técnicos, planes, leyes, reglamentos, ordenanzas, disposiciones, todo un entramado administrativo y legislativo que solo tiene un fin: hacer imposible la transformación del suelo. Así las trabas de las Zepas, la Red Natura 2000, los ‘derechos’ de animales aéreos, terrestres y hasta acuáticos, la protección del subsuelo, las minas, los impedimentos de instalación de industrias y similares por desechos y contaminantes… Podríamos seguir hasta el infinito sobre este asunto que nadie se atreve, o nadie quiere, en realidad, abordar. Y qué decir de la política de rehabilitación que impide en cualquier pueblo remozar una fachada, cambiar una escalera, o incluso instalar un cuarto de baño: y luego nos quejamos de que la España rural se vacía. Por no hablar de la malhadada intervención en el libre arrendamiento o en el libre uso de las viviendas turísticas, aberraciones socialistas y comunistas que ya están pagando los que no tienen acceso a una casa digna.

El presidente socialista Sánchez lleva siete años en el poder, prometiendo levantar entre 184.000 y 400.000 viviendas. No ha levantado ni una sola. Cuando le releve el Partido Popular (‘marca blanca’ del Psoe), tampoco se levantará ninguna. ¿Por qué? Pues es muy sencillo de entender: porque los políticos bienintencionados -la mayoría- no quieren perder ingresos ni redes clientelares, y no quieren liberar suelo, ni quieren ‘desenmarañar’ el sector. Y porque otros políticos malhechores -lo son una parte de nuestra clase política en el poder-, están muy ocupados en el lucrativo oficio de robar a manos llenas. No me refiero a la ‘banda del Peugeot’ de Sánchez, unos aficionados castizos que han robado unos pocos millones de euros; me refiero a los grandes ladrones bolivarianos, que se llevan ‘calentitos’ cientos -y miles- de millones de euros a través de la ayuda internacional, a sus ‘santuarios’ de Marruecos y de Dominicana, y desde allí a otros puntos, bien ‘blanqueados’. La envían como ‘cooperación al desarrollo’, pero puestos de acuerdo con las autoridades locales, para luego desviarla en su mayor parte a esos ‘santuarios’. Una vez que los dineros salen de España, ya no están sujetos a control alguno. ¿Se me entiende? Perdonen que no dé nombres -son mafias poderosas y uno tiene familia-, pero los pueden leer en la prensa todos los días.

Para que no se diga que hablo a humo de pajas, daré algunas cifras. Según el Portal de Transparencia (que solo registra las subvenciones públicas superiores a los 100.000 euros), el monto total de esos dineros que el Estado entrega a través de todas sus administraciones, supera los 100.000 millones de euros cada año. Y da vergüenza comprobar a dónde van muchos, muchísimos de esos dineros de todos los españoles, que no se enteran de nada: partidos políticos, sindicatos, uniones profesionales y empresariales, grandes empresas multinacionales, televisiones y radios públicas y privadas, filiales de empresas públicas, clubs deportivos, constructoras, entidades extranjeras… Pero buena parte del botín, muchos miles de millones, se marcha de España a través de la llamada ‘cooperación’ internacional: esta misma semana, el socialista Sánchez ha entregado 1.000 millones de euros al Banco Africano de Desarrollo, con sede en Costa de Marfil; y otros 615 millones para obras del ‘metro’ de El Cairo. Ya si eso, los fondos para la vivienda o para la dependencia o para encauzar el barranco del Poyo o para construir el ferrocarril a Extremadura, que esperen. Sentados

¿Cuántas viviendas pueden construirse con cien mil millones? Una estimación ‘a ojo de buen cubero’ nos indica que no menos de 500.000 viviendas. Cada año. Entonces ¿tiene solución el acuciante problema de la vivienda en España? Pues es evidente que sí que la tiene. ¿Se va a solucionar? Pues es evidente que no. Para nada. Ni siquiera en una mínima parte: no hay ninguna voluntad política de dejar de ‘pillar’ -y de robar- el botín del dinero público.

Bajando a nuestra realidad más inmediata, es decir centrándonos en la ciudad de Segovia, en donde el problema de la falta de vivienda asequible es patente, diré que el atasco de las licencias urbanísticas es ya legendario y está muy bien consolidado, y después de veintidós años de gobierno del Psoe y de tres años más de gobierno del PP, no se vislumbra ninguna solución para incentivar la construcción de vivienda nueva.

Yendo más allá, desde el Grupo Municipal VOX nos hemos tomado la molestia de examinar qué partidas del presupuesto municipal segoviano de 2025 pudieran redirigirse (en todo o en parte) a paliar esa necesidad. Me llaman la atención, entre otras, estas: Evisego (100.000, pero de hecho 650.000), aparcamiento del edificio CIDE (400.000), ‘tasazo’ de basuras (sin cuantificar), consorcios Vías Verdes (40.000), acción social para los funcionarios (50.000), falsa promoción de la igualdad (22.000), convenios raros de integración social y aportaciones a entidades privadas (175.000), otras transferencias a entidades culturales, algunas foráneas (260.000), asociación de defensa de los animales (90.000), Uned (160.000), Museo de Arte Contemporáneo (50.000), Fundación Juan de Borbón (340.000), Titirimundi (100.000), Hay Festival (60.000), fiestas de Navidad (250.000), ferias y fiestas (450.000), Sgae (10.000), Instituto Municipal de Deporte (1.500.000), Empresa Municipal de Turismo (1.300.000), asociación de Ciudades Patrimonio de la Humanidad (80.000)… Et sic de ceteris.

En total, unos seis millones de euros que, a 1.200 euros por metro cuadrado, nos permitirían construir no menos de 38 viviendas populares cada año. 380 viviendas en diez años. Y si a esas cantidades le añadiéramos la deseada y deseable venta del megaedificio socialista del CIDE, por no menos de once millones de euros, obtendríamos otras 75 viviendas asequibles.

Hay solución al problema de la falta de vivienda, en España y en Segovia: lo que no hay es voluntad política, ni en España, ni en Segovia. No la hay. Ninguna. Lasciate ogni speranza, voi secoviani!


 

Author: Alfonso Ceballos-Escalera y Gila

Doctor en Derecho e Historia. Concejal de Vox en el Ayuntamiento de Segovia.

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1 Comment

  1. Franco, al que tanto critican algunos, levantó millones de viviendas de protección oficial.

    Si Franco lo hizo ¿por qué no lo hacen los gobernantes actuales? Terreno hay de sobra.

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