Posted By Redacción on 6, Jul, 2017

Algunos de los 34 colaboradores que aparecen en el programa de la Noche de Luna Llena.

La luna llena de junio se celebra en Segovia desde hace 11 años como una fiesta de la cultura en la que los segovianos ocupan calles y locales con la única intención de dar rienda suelta a su imaginación. “La noche de Luna llena no entretiene. Nos hace volar”, subrayó la concejala de Cultura, Marifé Santiago en la presentación del programa diseñado para el 8 de junio entre las ocho de la tarde y las dos de la madrugada dedicadas este año a “la creatividad y la participación ciudadana”, de acuerdo con la alcaldesa, Clara Luquero que quiso también homenajear a los 63 voluntarios que participan en la jornada.

A la luz de la luna se han programado hasta 43 actividades diferentes en espacios de San Millán y cuatro espacios o recorridos del casco histórico, como el paseo del Salón, la plaza Mayor; el paseo entre la plaza y el Alcázar o entre el Acueducto y San Martín que albergarán música, danza, instalaciones artísticas, literatura, pintura, fotografía, magia y hasta degustaciones.

Pese a que los organizadores de la actividad recomiendan que cada ciudadano se diseñe su propio recorrido, lo cierto es que no ocultan su satisfacción por el nuevo aspecto de la plaza de Fernán González y su pirámide —“Nueva vida” lo ha llamado el colectivo Boa Mixtura, autores de la intervención en aquel lugar— donde está el “punto cero” de la celebración con la música de El puntillo canalla y la batucada infantil de Ronny Vasques acompañando la presentación en sociedad del espacio donde también se producirán improvisaciones conjuntas entre la Banda Tierra de Segovia (BTS) y la compañía de danza Entre libros.

En las escaleras, junto a la muralla, espera la piara fantasma antes de llegar al amplio espacio del paseo del Salón de Isabel II que ofrece para empezar una degustación de brochetas de frutas o cócteles, pero también con la oportunidad de jugar con un ajedrez gigante, participar en una instalación colectiva de cerámica o estudiar en un taller las aves nocturnas segovianas, naturalmente con la música de fondo, en este caso de la BTS.

Y aquí comienzan las dudas: en la Alhóndiga, abierta al público, se puede ver la exposición “Miradas cruzadas” con el propio Luis Moro como guía en la visita; o se puede hacer parada en la plaza de San Martín donde hay malabaristas, payasos y flamenco, además del museo Esteban Vicente con sus puertas abiertas. El paseo abajo por la calle Real permite igualmente paradas y entradas en locales donde jugar con los libros, disfrutar de proyecciones o enviar pictogramas a la luna antes de llegar al Azoguejo: a primera hora, el Festival de danzas La Esteva. Después de las 23.00, tangos.

Si la dirección elegida es la contraria, acabará desembocando en la plaza Mayor, donde hay previstas siete actividades, incluida la instalación de José Luis López Saura, las acuarelas de Aseda, una degustación de dulces o diversas actividades familiares y colectivas de animación a la lectura.

Desde ahí, hacia el Alcázar, los patios, jardines y museos de la zona toman el protagonismo junto a la palabra: Narraciones en el Corral del Mudo; versos leídos, rapeados y cantados en la casa de Antonio Machado; un homenaje a Gloria Fuertes en la librería Ícaro, cuentos en el jardín de los poetas…

Esa noche estará abierto también el museo de títeres, el patio de la casa de Abraham Senneor (con varios pases de magia) y la iglesia de San Nicolás donde la magia será fotográfica.

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