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El acusado de agredir al senador Álvarez dice que “solo le quité el móvil”

VistaspenalVista para sentencia la causa contra Álvaro Galán, vecino de Coca, por agredir supuestamente en 2012 al hoy senador Juan Carlos Álvarez, entonces alcalde de Coca y agente forestal de servicio. Tal como informa acueducto2, el fiscal pide tres años y seis meses de cárcel más indemnización de 8.000€, en tanto la acusación particular, de la Junta de Castilla y León y la Asociación Nacional de Agentes Forestales, reclama idéntica pena de prisión más indemnización de 11.000€.

La vista pública confrontó dos versiones bien distintas. En el banquillo, los primos Álvaro y Manuel Galán (este último exculpado por el testimonio del agredido), que circunscribieron la “agresión” a un mero forcejeo, a resultas del cual Álvaro Galán y Juan Carlos Álvarez cayeron al suelo. Ambos reconocen estar “tirando pinos secos” sin permiso en un bosque de la Comunidad de Villa y Tierra de Coca, a tres kilómetros de la localidad. Eran sobre las 8 de la mañana del 12 de febrero de 2012. Alertado por el ruido de la sierra mecánica, Juan Carlos Álvarez, de servicio, uniformado como agente forestal y con el vehículo del cuerpo, les salió al paso, conminándoles a identificarse. Ante la negativa de Álvaro Galán -afirmó haber salido sin la documentación- la víctima intentó sacar fotos con un móvil. A partir de ahí las versiones tienen poco que ver.

Alvarezjuez1El senador explica que Galán le espetó “no te consiento que me hagas fotos. De repente ya no tenía el teléfono, me di la vuelta y vi a este hombre con un madero como si fuera un bate. Escuché un ruido como si me hubieran roto el brazo. En treintaytantos años de profesión he estado en situaciones mucho más graves pero nunca me había sucedido nada parecido. Perdí unos segundos el conocimiento, cuando lo recuperé estaba yo en el suelo boca abajo, él mencionaba a su padre y le oí decir barbaridades mientras me seguía sacudiendo. Cuando pude por fin levantarme vi a Manuel que sujetaba del cuello a su primo”, explicó el senador en la vista. El relato sigue, con Álvarez reclamando auxilio en una nave próxima, al parecer asistido del propio Manuel y donde se personó un agente de la Guardia Civil (aspectos este, sin embargo, que no quedó en absoluto claro). De ahí al consultorio de Coca; el agredido presentaba un notable inflamación en el brazo, que luego se confirmó como una rotura de fibras en el hospital de Segovia. Posteriormente se constató además una lesión en las cervicales. “Tomé el alta voluntariamente, a petición propia, porque me estaba volviendo loco. Estuve en tratamiento hasta enero de 2013”. La versión de Álvarez descansa en su propio testimonio y el parte de lesiones del forense.

El garrote que aparece y desaparece

Por parte de los acusados el lance no pasó de un mero forcejeó por el móvil. La defensa intentó en las cuestiones previas invalidar el sumario por la desaparición de la “prueba de convicción”, el palo del que según la versión de Álvarez se valió el agresor. Resulta que el garrote, de grandes dimensiones,  fue encontrado en el pinar horas después del suceso por el sargento de la Guardia Civil. Se documentó para el atestado y desapareció. Según las fotos, estaba partido por la mitad, lo que encaja con la versión del agredido. La jueza no admitió esta cuestión de invalidez, así como tampoco un informe pericial de parte en el que, según el letrado de la defensa, se colegía la imposibilidad de una relación causal entre las lesiones del parte y las dolencias derivadas según la versión del agredido. Durante la vista, la jueza cortó cualquier intento de la defensa por introducir una motivación personal contra la familia del acusado por parte de Álvarez, lo que, a juicio de la defensa, explicaría las versiones tan contrapuestas. Es cosa conocida las malas relaciones entre Álvarez y el padre del acusado, aunque el senador explicó que “es él el que no se lleva conmigo”. De Álvaro Galán reconoció que “es de las pocas personas del pueblo con las que nunca he hablado”.

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Manuel Álvarez, primo del acusado principal y también en el banquillo por colaborador en la agresión, testificó que “yo solo vi que [mi primo] le quitó el móvil, cayeron al suelo y les separé. Eso duró cinco segundo. Él [el primo] se fue y yo me quedé con Juan Carlos”. Por su parte, Álvaro Galán, declaró que “le quité el teléfono y lo tiré -Álvarez, por contra, explica que se lo guardó en un bolsillo-. Le agarré del brazo, le cogí el móvil y entonces tropecé con una rama y caí al lado de él [de Álvarez]. Cogió el coche, dijo «esto me lo pagaréis» y se fue a pedir auxilio”.  A preguntas de su defensa Galán intentó justificar la versión de Álvarez en “enemistades familiares, problemas que había con mi padre”.

 

 

 

Author: Redacción

Acueducto2. Noticias y actualidad de Segovia.

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