Entrada de la prisión de Perogordo.
Un interno de la prisión de Perogordo ha agredido a primera hora de la tarde de este 17 de mayo a tres funcionarios que trataban de sacarle del módulo cuatro, donde estaba provocando incidentes durante el reparto de la comida aprovechando la presencia en el lugar del jefe de servicio. Los tres funcionarios han requerido tratamiento médico por las lesiones sufridas. El agresor acumula un alto número de faltas en su expediente, tanto en el centro segoviano como en otros en los que ha estado anteriormente.
Fuentes de la prisión han relatado a acueducto2.com que a la hora de la comida el interno ha comenzado a expresar quejas sobre su situación personal provocando un incidente que los tres funcionarios afectados —entre ellos, el jefe de servicio— han tratado de atajar sacando al alborotador del módulo aunque este se ha resistido golpeándoles y causándoles distintas lesiones por las que han requerido atención médica en el complejo hospitalario de Segovia de donde han salido con partes de politraumatismos en distintas partes del cuerpo como la rodilla; la mano en otro de ellos; o el costado y codo el tercero, siempre según las mismas fuentes.
El interno está ingresado desde su traslado a Segovia, el pasado mes de abril, en el módulo cuatro de la prisión segoviana, destinado a los presos más conflictivos donde convive con, aproximadamente, medio centenar de compañeros. Pese a su corta estancia aquí, en este tiempo ya ha protagonizado varios incidentes en forma de agresiones hacia otros presos y distintos intentos de autolesionarse.
Desde el sindicato CC.OO. han confirmado que el preso fue trasladado a Segovia a la vez que se le aplicaba un “progreso de grado”, pasando del primero al segundo pese a su elevado grado de conflictividad y peligrosidad, un hecho que ha sido puesto en conocimiento de la dirección del centro con la esperanza de que se revierta esa progresión y sea devuelto al primer grado y sus condiciones especiales.
Desde el mismo sindicato recuerdan que la plantilla se encuentra bajo mínimos con medio centenar de plazas sin cubrir, una carencia de personal que reduce la capacidad operativa de los funcionarios y reduce sus condiciones de seguridad.
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