Sabido es que el asociacionismo quema. Especialmente si hablamos de la Agrupación de Industriales Hosteleros de Segovia (AIHS), con 300 empresas asociadas, sector clave en la economía provincial y con múltiples frentes abiertos. Cargos que te sitúan en el ojo del huracán (terrazas, “tardebuenas”, ordenanzas), sin retribución y a costa de la vida profesional y personal. Desgasta y mucho. Tras un año en el puesto, Roberto Moreno, anunciaba a la ejecutiva de la agrupación que dejaba la presidencia. Alegaba razones personales y profesionales, si bien en la decisión del empresario han pesado también, y como losas, la desunión de un sector en algunas reivindicaciones tales como los cerramientos de terraza, la petición de regulación de las grandes reuniones masivas -por ejemplo en la plaza Mayor- la falta de apoyo para sacar adelante la Semana de Cocina, la ordenación de los alojamientos turísticos… Nunca llueve a gusto de todos.
La hostelería segoviana es una patata caliente, como lo prueba que, sintomáticamente, nadie de la ejecutiva haya querido en un primer momento relevar a Moreno. Ni el vicepresidente primero, Enrique Cañada, ni el segundo, Rubén García. No hubo voluntarios para suceder al presidente. Desde la gerencia de la asociación quitan hierro al asunto y anuncian que la sustitución se debatirá en una próxima junta, y si siguen sin salir voluntarios, se organizará la preceptiva asamblea electiva.
En una nota de prensa, Moreno se despedía señalando que durante el año al frente de la organización siempre ha perseguido “la mejora y ampliación de los servicios a los asociados, la potenciación de un sector tan importante para el PIB y el empleo provinciales y la negociación para conseguir normativas más ajustadas a las necesidades de este colectivo”.
28 febrero, 2020
No hay mas que ver a los dos de justo detrás para entender muchas cosas…
28 febrero, 2020
Mi no entender socio? Que dos de atrás y qué cosas habría que entender? Lo pregunto por curiosidad…