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Peter Pan en el pleno de nunca acabar

Le confieso que han logrado sorprenderme. Yo iba al pleno con los esquemas claros, dispuesto a ver un nuevo espectáculo del concejal no adscrito, Javier Arranz (no me decepcionó en absoluto: grotesco, exagerado y desquiciado, luego le cuento) y la escena, hasta hace poco impensable, en la que el PP lograría impedir que se aprobara el cambio de nombre de Fernández Ladreda, aunque fuera con la ayuda del no adscrito (se me hace raro usar el término tránsfuga).

Visión general del hemiciclo municipal. Abajo, a la derecha, el escaño de Garvía, vacío.

Visión general del hemiciclo municipal. Abajo, a la derecha, el escaño de Garvía, vacío.

Pero mire por donde, había una sorpresa en la chistera. Me asomo al hemiciclo y veo la silla de José Antonio Garvía vacía. “Anoche confirmó que venía y esta mañana quizá llegue tarde, aún no sabemos”, se justificaban en la oficina del grupo popular sin demasiada seguridad en el mensaje y con la sesión ya empezada. La versión oficial llegó después justificando la ausencia en “asuntos urgentes de trabajo”, que usted me dirá. Como los “asuntos personales” de aquel que se fue sin explicarse.

Las consecuencias estaban claras: habría empate en las votaciones clave y por tanto, el voto de calidad de la alcaldesa lograría en segundas vueltas rechazar la enmienda a la totalidad de Arranz y aprobar también el cambio de las calles.

Y claro, las cábalas —allí sólo había concejales y periodistas, que va poco público— fueron de todos los colores: desde el  “qué metedura de pata” entre caras de sorpresa, a los que, que si “ahora se entiende lo que decía el portavoz Giráldez el día anterior de que “los portavoces estaban hablando”, refiriéndose a las posiciones a adoptar ante el debate plenario; pasando por los que ven que “está claro que en el grupo popular hay dos partes distintas”(serán los que creen que se quedan y los que creen que se van, digo yo); o los que van más lejos y mascullan que si “quizá se ha pensado que es más rentable electoralmente permitir la aprobación que tanto molesta a parte de los ciudadanos y culpar de todo a Luquero…” (Por cierto, el PP emitió tras la sesión una nota que incidía precisamente en este sentido y no apuntaba una sola referencia sobre la decisiva ausencia de Garvía).

Bueno, que me pierdo, que quiero ir al debate en el que me he encontrado a Arranz dispuesto a ser el centro de atención en su estertor político y con un discurso radicalizado y rancio que no se oía desde que los grises estrenaron el traje para apalear a unos estudiantes rojeras y exagerados en una Universidad. (El discurso era de los rojeras, que los grises no decían ni buenos días).

Pleno.-Arranz,-Peñalosa,-Lirio,-Eva1(g)
En su agresivo planteamiento del debate —todos malos, malísimos, la pureza está en mi—, el concejal decidió disparar contra todo y contra todos, pero cometió un grave error de bulto cuando decidió dirigir sus iras directamente hacia el edil de IU, Luis Peñalosa, al que le sobran batallas y recursos para derribar un rival político de ese tamaño sólo con girar la cintura, como los karatekas buenos de las películas.

La primera llave fue brutal y decisiva: colocó a Arranz asesorado por el despacho “Arahuetes and Peter Pan” [así se llama el grupo en el que canta el edil] situando directamente la mano del ex alcalde tras la enmienda y otras posturas del concejal. En el clavo. Descolocado, desde ahí, todo el discurso del no adscrito se vino abajo y perdió aún más coherencia, tanto que acabó refugiándose bajo el ala del abogado: Tendrá que “pedir perdón a todos los que ha insultado”, advirtió a Peñalosa, repantingado en su silla, justo a su lado.

Oiga, que después, en los pasillos, me lo dijo personalmente “¿Crees que Arahuetes no va a contestarle?”, me preguntó con unos ojos encendidos que auguraban la inminente aparición del primo de zumosol para vengar la afrenta. No apareció.

Cierto, me he pasado la mitad del pleno en los pasillos, pero es que eso es lo que me permitió ver de frente la mirada llorosa de Arranz en su deambular por el pasillo que lleva a los servicios —tres veces le vi hacer el recorrido—; escuchar la bonita frase que le he dicho referida al que fuera su mentor; y hasta presenciar cómo le pedía explicaciones directamente a Peñalosa (también necesitaba el servicio precisamente en ese momento) sobre el mismo asunto, pero con palabras más gruesas y sin la moderación de nadie. Como hablaba alto (y no le niego que estaba escuchando), llegué a oír la palabra “hostias”. Sería en sentido figurado.

Los dos volvieron al hemiciclo, que se seguía debatiendo la cosa. Bueno, Arranz tardó un rato largo que pasó apesadumbrado y tenso, muy tenso, en la puerta de la sala. Muy lógico, que hoy volvió a dar muestras de acercarse peligrosamente a la frontera de lo absurdo, esa línea que marca a quien se le escucha, con seriedad y respeto, y a quien, simplemente, se le deja hablar para que acabe callándose en algún momento.

Hombre, lo cierto es que lo dentro era igualmente poco edificante. Algunas de las palabras más repetidas de la mañana en los floridos discursos del personal, especialmente de Arranz: “hipócrita”, “soberbio”, “pseudosocialistas”, “caciques”, “inmaduro”, “tránsfuga” o “revanchista”, amén de sesudas puestas en común sobre quién es más rojo que quién —dice el no adscrito que ese título es suyo y que Postigo y Peñalosa son lo mismo— las relaciones, si las hubiere, de los antepasados de varios concejales con el régimen franquista, y hasta detalles escabrosos sobre las posturas y variables que se pusieron sobre la mesa cuando el pacto de 2011. Ya sabe, trapos sucios, seguro que innecesarios.

Espere, que sí me ha gustado algo de toda la sesión. Fue el alegato final de la alcaldesa, que colocó exactamente en su lugar la esencia de la Ley de Memoria Histórica como elemento para cicatrizar heridas.

“Para pasar página, primero hay que haberla leído y repasado”, dijo, antes de recordar que en el proceso de transición y sus acuerdos tácitos se dejó en el olvido “un reconocimiento mínimo” a los represaliados y sus familias, que a “necesitaban que alguien les diga que tu madre, tu padre, tu tío, no hicieron nada malo. Sólo se mantuvieron leales al régimen constitucional en vigor en ese momento y por eso fueron perseguidos injustamente”. A la alcaldesa se le quebró la voz y a mi me gustó cómo cerró el debate.

No le cuento mucho más del pleno, que mucho me temo que así, bronca, insolente y grosera, va a ser la cosa en los tres ordinarios que quedan por celebrarse antes de las elecciones, salvo que sus votantes digitales indiquen con urgencia a Arranz que es mejor que acorte este suplicio. El de todos.

Author: Fernando Sanjosé

Segovia (1967). Periodista.

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4 Comments

  1. Puede llamarlo como quiera señor Sanjosé, pero mientras no cambie el modelo de elección de representantes (los únicos legítimos para mí son los senadores, aunque la cámara alta esté más bien baja), la Real Academía lo define claramente: “Persona que con un cargo público no abandona este al separarse del partido que lo presentó como candidato”. Por cierto ya sabemos que lo mejor que podría hacer el señor Arranz es diluirse un rato e irse de pasante con su señor, pero no me negará que, aún con el lagrimeo de punto y final que comenta usted, la cosa es más electoralista que los vídeos del PP ‘puerta a puerta’. Cebarse en Fernández Ladreda, teniendo a mano al marqués de Lozoya u otros me parece de una inombrable desfachatez. Lo de sus deudos aún más, aunque ya sabemos que los nobles… qué buena película Braveheart 😉 ¡Ay! doña Clara cuanto nos ha decepcionado usted. Salud

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  2. Se ha demostrado la falta de ideología y de gobernabilidad y, por qué no, de cabeza, de los últimos tres mandatos pseudosocialistas, al menos bajo las siglas del PSOE, no na sido capaces de crear una comisión para el caso. Si se hizo, más a mi favor para creer en la inoperancia de nuestros políticos. Desde el primer momento, IU, pidió aplicar la Ley de Memoria Histórica. Preparar a última hora, con un descaro total por parte de algunos concejales, una corta lista a capón para sacar rédito electoral me parece inadmisible. Cebarse en un personaje, escondiendo a otros cuasi capcioso. Qué oportunidad perdida, en una década, para hacer las cosas racionalmente bien y de forma definitiva.

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  3. Victoria total del señor Peñalosa ante el impresentable Javier Arranz,Luis Peñalosa el único coherente en este Ayuntamiento,Javier Arranz por mucho que maneje las redes sociales no le llega en un cara a cara a Luis Peñalosa ni a la altura de los zapatos,ni en educación ni en nada, que bajo a caído Arranz, que penoso, y encima manipulado por Arahuetes, Arranz no tiene ni personalidad política ni como persona, el despacho Arahuetes Peter Pan ha quedado para intentar fastidiar a Peñalosa entrando a meterse en lo personal contra el, pero tanto a Arahuetes como a Arranz os ha salido el tiro por la culata,Ajo y agua…impresionante e impecable actuación de Luis Peñalosa, y de paso doy la bienvenida a la Avenida del Acueducto.

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  4. Ya sé que era mas pintoresco contar las rabietas del ilustrado Peter Pan, y de aquí hasta mayo, abrá que dejarle a un lado, pero echo de menos del Sr. San José, aficionado obstinadamente y ciegamente a contar las andanzas -verdaderas, inventadas o imaginadas, no necesariamente por este orden,- del grupo socialista, que haya pasdo por alto la ausenca del “pijo” Garvía de viaje en Suiza (lo que faltaba). Espero sinceramente sus próximos articulos o es que como gusta ahora decir, “nos estamos poniendo de perfil” o cojeamos de un solo pie.Salud y nos vemos en la Avenida del Acueducto.(A.A)

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