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Los erráticos primeros pasos del alcalde Mazarías

La mente humana funciona a golpe de sesgos y falacias. Imaginen un matrimonio que planea tener dos hijos. ¿Qué es más probable, que salgan niño y niña o que sean dos niñas? Pues es la misma pero, de primeras, pensamos que tener dos niñas es más improbable. En la Segunda Guerra Mundial los mecánicos estudiaban los daños de los B24 que regresaban de incursiones aéreas. A tenor de los sitios dañados reforzaban el blindaje en aquellas partes que registraban más impactos. Error. Hay que reforzar las partes menos dañadas, pues cabe pensar que es ahí donde impactan los proyectiles en los aviones que no vuelven.

Presentación de la candidatura de Mazarías.

Un sesgo muy importante y habitual es el sesgo de la primera impresión. Nuestra capacidad de conocer gente en profundidad es limitada, de manera que a menudo sobre un sujeto con el que no tendremos en el futuro excesivo trato pesa de por vida la primera impresión. X es gilipollas porque la primera vez que le vi me pareció un gilipollas. Y ahí se ha quedado (cuidado, amigos, el sesgo funciona igual a la inversa, X creerá que soy gilipollas si la primera vez que me vio…)

Y esto es lo que pasa al proyecto del alcalde José Mazarías: no ha empezado con buen pie. Y ese sesgo, para fortuna de Clara Martín, presidirá la opinión que de él tengan en el futuro muchos ciudadanos.

Los análisis de primer año de mandato son lo que son. La oposición dirá que “todo va muy mal”. El equipo de Gobierno lo contrario. O como es el caso de Mazarías, se escudará en “el legado” para pedir paciencia a los electores. Lo mejor está por llegar. Pero claro, la primera impresión es muy importante.

¿Y en qué me baso para decir que la primera impresión no es positiva? Es completamente cierto que el margen de maniobra de Mazarías este primer año ha estado enormemente limitado por un presupuesto prorrogado y compromisos europeos adquiridos que se han llevado la parte del león de las inversiones. Incluidas algunas a contra querer, como la ZBE que dudo que haga mucha ilusión a un alcalde conservador. Pero no es menos cierto que hubo desconcertantes errores de bulto. Es el “no estamos aquí para perder dinero”, los fallidos pactos con Vox (firmados en persona por el alcalde y luego negados), el empeño en mantener o cambiar ubicaciones feriales. La tonta idea de cambiar de coche según llego al cargo… Me parecen errores clamorosos. Todo lo cual configura una primera impresión de alcalde errático y que cala en buena parte del electorado. Un sambenito que cuesta horrores sacarse de encima.

Para revertir esa imagen se precisa un éxito fulminante. Algo muy visual, como arreglar los accesos a Guiomar o activar el edificio ese de marras, el CIDE o cómo se llame. O yo que sé, encontrar esa inversión totémica (tipo el Carrusel de Andrea) que subyuga a la gente y le hace decir, caray, que buena idea la del alcalde, aunque realmente no haya sido idea del alcalde. Y pienso en Arahuetes, que eso lo bordó. Su primer año supuso cabalgar una ola desatascando embrollos que llevaban décadas enquistados (el edificio esqueleto, los autobuses, el talud de Vía Roma, el PGOU). Arahuetes se benefició también de un equipo de gobierno saliente que había trabajado con ahínco en despejar las trabas burocráticas. El precio que pagaron los de López Arranz es que cuando se presentaron a la reelección carecían de logros tangibles. Y perdieron. López Arranz fue víctima del sesgo de primera impresión. Cierto, Arahuetes no solo se benefició del trabajo ajeno, supo renovar también la relación con el ciudadano. Un nuevo estilo. También es verdad que la serie de pufos que dejó (y la ley del Techo de Gasto) obligaron a Luquero a pasarse los mandatos cual bombero torero apagando los incendios dejados por su predecesor. Y es así como arrasa Mazarías, como un renovador destinado a paliar la supuesta falta de proyecto de las sucesoras de Arahuetes.

Pero pasa un año y todo lo que puede imputarse al haber del alcalde es, no siendo un enésimo remiendo de las zonas habituales, trabajo de despacho. Tran fructífero (esperemos) a medio plazo como estéril en el ahora mismo.

Alguien lo tiene que hacer. Especialmente cuando parecen pesar décadas de inercia. Todo un síntoma: van ya no se cuántos meses que en la avenida Constitución hay dos postes de recarga de coche eléctrico perfectamente envueltos en bolsas de plástico. Detalle que habla de una ciudad con pocos recursos burocráticos para acelerar proyectos estratégicos (no solo públicos ni mucho menos, los plazos de cualquier cosa eléctrica en Segovia son un puro escándalo). Algo que no se resuelve en un año, pero que, resolviéndose, tampoco cala en el electorado más que a largo plazo.

Cala el sesgo, el alcalde que ha empezado con mal pie. Eso debería preocupar al PP.


Author: Luis Besa

Luis Besa. Periodista,

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14 Comments

  1. Es muy probable que ese sesgo de primera impresión quede sustituido, a tres años vista y para las próximas elecciones, por el sesgo de disponibilidad (o heurística de disponibilidad). Es decir, en el momento de la votación, se echará mano de lo más reciente que haya hecho el candidato de turno.
    No soy original si indico que el aluvión de anuncios e inauguraciones que se suelen hacer en campaña viene a confirmar que los partidos políticos conocen este último sesgo a la perfección y, por tanto, su capacidad de manipulación en los electores.

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  2. Como decía Grissom en CSI las Vegas, “no hay una segunda oportunidad de causar una primera impresión”.

    Mazarías ha empezado con mal pie y va a ser difícil que la gente cambie de opinión. Pero me resultan más peligrosos los que empiezan con buenas palabras y luego te la clavan por la espalda sin que te des cuenta.

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  3. Buen análisis; lo de Arahuetes fue cosa de primer mandato con un reparto de tropa que trabajo, como bien dice usted, con ahínco… lo posterior fue vivir de las rentas de buenas actuaciones y continuar proyectos hasta el mandato de Clara II.
    A Mazarias le está fallando el plantel y así, salvo enmienda a la totalidad, mal vamos.

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  4. Muchas veces la primera impresión es la que se queda en nuestro pensamiento.

    La primera impresión que ha dejado en Segovia el señor Mazarías no ha sido buena.

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    • Otras. Como las Klaras no dieron buena impresión ni al principio ni al final. No hacían nada.

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      • Ya!!!, don/doña “Segovianadas” ¿y? ¿de Málaga a Malagón?

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  5. Así que, dentro de tres años, el alcalde Mazarías perderá las elecciones. El augurio es claro: a la gente le ha caído mal. El futuro votante se moverá por impresiones, las primeras impresiones recibidas. Según el análisis, el votante, impresionado negativamente por algunas declaraciones y decisiones polémicas, está sentenciado. El votante segoviano no tendrá en cuenta los resultados efectivos del gobierno, Si es que los hay. El futuro lo dirá. ¿Se ocupará el CIDE, según lo prometido? ¿se terminará la reconstrucción del Cervantes, después de varios lustros esperando un final feliz? ¿y el anunciado aparcamiento del AVE, y la ampliación del hospital y los ascensores, etc. ?
    ¿Volverá en la próxima legislatura Mazarías, como los aviones que resisten los ataques aéreos? en todo caso, si quiere sobrevivir, parece que debería seguir el consejo de la metáfora y reforzar el fuselaje en la parte más débil. Posiblemente, la comunicación. Hay políticos conocidos que dominan la técnica de la comunicación, con la palabra impresionan aunque no convenzan. En este mundo de sensaciones, las razones fiables y los hechos quedan en segundo plano.

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  6. Resultado : se irá a las próximas elecciones regionales , como presidente provincial .
    No hay sustituto a medio plazo .

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  7. A día de hoy si hubiese votaciones no creo que saliese, y mira que era fácil mejorar a las Clara-mente.

    Cuando deje la soberbia de lado y sus caprichos y admita los errores que tiene (como venir a no perder dinero) le hará ser más cercano a la ciudadanía.

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    • Errores ninguno, es su forma de ser y le sale sin querer, sólo le importa lo que le importa y lo ha dejado claro, quienes lo han tenido de profesor sabían loque había

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  8. Me alegra coincidir en el diagnóstico con mi compañero de la Aneja Masculina ilerdense.

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  9. Primeros pasos erráticos, pero un año después son tropezones continuos, como la subida del IBI que nos espera. Eso sí ya han dicho que algunas cosas importantes tendrán que esperar, no vaya a ser que no haya remanente en las arcas municipales para llenar el depósito del Mazacar o las dietas del equipo.

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  10. Más de uno fuimos los que en su día pensamos que este señor viniendo de donde venía sería algo más competente y podría aportar beneficios a la ciudad, pero a la vista está que ni lo hizo en su día, ni lo está haciendo actualmente. Segovia no le importa a su alcalde,ni tampoco a la Comunidad Autónoma a la que pertenece, sólo les importa el poder.

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