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Herrera y Luquero: cita en secreto

A ver. Después de seis años sin hacer caso a las llamadas de la Alcaldía de Segovia, después del desaire que supuso para la nueva alcaldesa, Clara Luquero, que el presidente regional, Juan Vicente Herrera, ni siquiera enviara una tarjeta de felicitación tras la toma de posesión, después de tantas cosas, resulta que ambos mandatarios van y se reúnen en Valladolid, pero en medio de cierta clandestinidad, al parecer impuesta por la Junta, que pidió expresamente discreción antes del encuentro, celebrado sin fotografías, sin declaraciones a la salida.

Las explicaciones —visto lo visto, lo mismo también vienen pactadas de antemano— quedan para hoy, 8 de mayo, en la conferencia de prensa habitual de los jueves de la alcaldesa.

Prudencia, pues, hasta saber si del encuentro escamoteado a la prensa —parece ser que el derecho a la información es mejor si los periodistas intervienen lo justo, o mejor, nada— ha resultado en juramentos de amor eterno, en la normalización al menos de las relaciones, o en la continuidad del desencuentro entre los Gobiernos de la región y la ciudad.

Pero no me resisto a hacer de adivino y me inclino más por alguna de las primeras opciones. La Junta ha sostenido en los últimos años que el único culpable de la falta de diálogo (y colaboración, e inversiones) era el ex alcalde, Pedro Arahuetes y mantener tras la dimisión de este el enfrentamiento con Luquero desmontaría definitivamente esa versión.

Entra en la lógica pues que Herrera despeje las relaciones con la nueva alcaldesa hasta convertirlas en fluidas y mantenga el rostro del demonio asociado al nombre de su antecesor, lo mereciera o no aquel, que en eso no entro ahora, ni creo que lo vuelva a hacer.

A ver, en este escenario quisiera recordar que en un año estaremos votando para renovar ambos Gobiernos, así qué, algo me dice que tendremos en los próximos meses muchos acercamientos, reuniones, comisiones y estudios, aunque escasos compromisos palpables: El sello de Estación para el apeadero de autobuses, una vez que el Ayuntamiento asuma obras y sentencias; quizá algún paso en firme sobre el instituto de San Lorenzo y muchos compromisos a futuro, con asuntos como el desdoblamiento de la variante o la cesión de las travesías, entre otros. Los presupuestos regionales son diáfanos, así qué sólo caben buenas intenciones para el corto plazo.

Oiga, que lo mismo el espíritu dialogante y la habilidad política de Luquero en su flamante puesto de alcaldesa consigue llevar las cosas mucho más allá. El tratamiento de este asunto es uno de esos puntos que definirán su talla política como regidora frente a los ciudadanos. Más que suerte, me gustaría desearle éxito en la empresa.

Lo cierto es que de momento las exigencias de la Junta han conseguido evitar que la Alcaldía segoviana pudiera “vender” a lo grande el logro que supone poder por fin celebrar una reunión con Herrera y rebajar a la normalidad de una noticia de agencia sin contenido lo que para los segovianos es sin duda un titular esperado e importante pero que reciben servida en dos partes: el hecho consumado, a media tarde y los contenidos, suavizado el impacto, al día siguiente. Qué quiere. Me parece una estrategia bien ejecutada —no digo que me guste— por una de las partes.

Pues eso, que espero ansioso lo que Luquero (y ya si Presidencia de la Junta también, pues la leche) nos cuente sobre el encuentro y que estemos de verdad ante una normalización de las relaciones (y de la colaboración, y de los proyectos y de las inversiones), que buena falta nos hace.

Author: Fernando Sanjosé

Segovia (1967). Periodista.

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1 Comment

  1. San Mateo, qué gran santo: “Cuidad de no practicar vuestra justicia delante de los hombres para ser vistos por ellos; de lo contrario no tendréis recompensa de vuestro Padre celestial. Por tanto, cuando hagas limosna, no lo vayas trompeteando por delante como hacen los hipócritas en las sinagogas y por las calles, con el fin de ser honrados por los hombres; en verdad os digo que ya reciben su paga”. Olvídense de la palabra limosna y piensen que la política es un poco arte y saber gonernar más si cabe. Es lo que tiene tener el voto mayoritario de los ciudadanos en distintas Corporaciones. Si en vez de tanto autobombo de reunión, ruedecitas de prensa casi diarias y fotos a tutiplén hasta con el currito que coloca un adoquín que sobresale, se hablara e intentará llegar a acuerdos, simplemente, cuánto mejor nos iría. Y me perdonen los medios de comunicación. Pero escribir tanto al dictado del jerarca de turno (con el señor Arahuetes se forraron algunos) y no ejercer la profesión salvo la de pasante de notas de gabinete oficial… Esperemos que, aunque tarde, se enderece el diálogo de la política municipal en la capital.

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