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Es tiempo de paracaídas

Normalmente nadie de mi entorno mira el desfile del 12 de octubre. Yo sí, que conste, como soy así de cañi me pongo a todo taco un CD de jotas con el que despierto a la familia y sintonizo el desfile. Este año no, porque curraba, así que me perdí el farolazo. En realidad no me lo perdí. A los pocos segundos todos (y cuando digo todos, es todos) los grupos de wapss catalanes ya lo habían viralizado con comentarios que ya se imaginan. En menos de una hora circulaban mil memes, a cual más gracioso e implacable para con el desdichado cabo. Hay que reconocer que el papelón ha sido memorable. Los próceres del Estado congregados en máxima solemnidad, rey a la cabeza, y a pocos metros, un tío colgado de una farola. Al menos, el hombre tuvo el acierto de quedarse quieto y abstenerse de patalear.

Curiosamente, y en lo que al procés toca, este lamentable espectáculo ha tenido un efecto positivo. Sirve como espita de escape de la presión que en las próximas horas vivirá una parte de Cataluña. La que, a mi entender, vive mentalmente secuestrada por el manto semántico del marketing emocional -propaganda- que desde hace años, a todas horas, ha modelado una realidad paralela frente a la que solo son inmunes los dotados de anticuerpos emocionales. Realmente, y de todo esto, solo quedará para el estudio cómo se ha montado esta burbuja de significados. Realmente, a mí es lo único que me interesa. Eso y saber el lunes qué pasa con Cuixart y a Sanchez.

Porque, por lo demás, sé lo que está previsto que pase: Nada. A seguir engañando al personal con la inminencia de la Nostra República mientras PDeCAT y ERC pugnan a muerte por el control de la Generalitat y los cientos de millones de la repartidora más deficitaria del Estado.  A eso añadan que buena parte de la cúpula del PDeCAT se juega la cárcel por participar en uno de los entramados mafiosos más espectaculares de Europa, 25 años de pujolismo robando a manta. Aunque francamente, ahí si que hay que felicitar a los convergentes pues hace ya meses que ganaron; con todo este embolado los crímenes han prescrito.

Se lo pregunto a un buen amigo CDR (facción tibia, la no controlada por la CUP). ¿Qué vais a hacer aparte de sacarle lustre a la hornacina de los Santísimos Presos de los Últimos Días? “Hacer patente nuestra indignación”, dice. Eso está muy bien,  ¿cómo? ¿invadir el Parlament? ¿Ocupación de calles y plazas como en Ucrania hasta que Felipe VI se rinda? “No, haremos… atención… el ¡Tsunami democrátic!, consistente en marchas y más marchas en horario no laboral, política de gestos desde la administración autonómica, cancioncillas, parodias en Polònia, nubes de memes graciosos, así hasta que la gente se canse y vuelva a casa con la satisfacción del deber patriótico cumplido y haber pasado un muy buen rato. Entre tanto se sigue con la estrategia real (estrategia profunda en el argot, la única posible), de seguir extendiendo el independentismo por País Vasco y Valencia hasta acabar con España democráticamente y desde dentro”. Pero hombre, este Torra, ¿ni siquiera va a plantarse en Lledoners para abrirle la puerta al Junqueras? “Por Torra no quedará, está como una llum de ganxo, pero no le van a dejar. Un acto así de desafío supone el 155 ipso facto (además de cárcel para rato). Y si perdemos la Generalitat, los millones de la repartidora, de qué coño vivirán Ara.cat, El Nacional, Vilaweb, TV3 y sus rentabilísimas productoras? ¿Qué pasará con tantos consorcis, garitos de la lengua, la faringe y la garganta, puestos de confianza, consells comarcals y diputaciones donde miles de tíos se rascan la barriga a 4.000€ al mes? ¿Estamos tontos o qué? Mira si está todo preparado que hasta hemos divulgado esta bonita canción, la canción del Tsunami democràtic“.

Este es el plan. Grandiosos autos de fe desde el Nou Camp y medidos gestos de desacato político que no infieran en el acatamiento administrativo para evitar el 155. Algún golpe de efecto que capte la atención de Europa. Y si Rivera pide la ilegalización del Barça, mejor, eso sí que son noticias que interesan en Europa. Pero hay un problema. El marketing empieza a estar tan trillado que ya se oyen voces desafectas hasta en los afectos medios. Lean esto. Es de un fulano que alerta de la creciente separación entre una parte de la base realmente independentista y que empieza a ir por libre y la aparatocracia construida sobre el procés. Siembras polvo, cosechas tempestades. Has forzado tanto la máquina que los hilos del títere se ven ya de muy lejos. Si estos tíos estallan, si finalmente se salen del guión, habrá problemas. Cargas y heridos. Y aunque los comunicados apuntando a “policías infiltrados” ya hace días que se redactaron, las imágenes resultan poco proclives a que te lleves a los niños a una mani con la idea de, por 5€ y una camiseta, pasar un glorioso rato de autohipnosis identitaria. Todo el marketing corre entonces el riesgo de venirse abajo, justo ahora, en puertas de elecciones.

El independentismo lo tiene complicado. Necesita traducir a votos el Tsunami democràtic, para lo que tiene que moverse en un estrecho filo de navaja en el que no te puedes pasar ni quedar corto.

Una estrategia demoledora y perfecta para el caso es el humor. Reírse de España, caricaturizarla, es una estrategia ideológica de primer orden. Mirad, son patéticos, ridículos… son burros, lerdos, incapaces… Son… ¡Inferiores!… Además estas burlas tienen un efecto reactivo. A los españoles les duelen y Abascal se crece. Es como repartir hostias que no dejan morados.

El teniente coronel Gutiérrez, catalán de la Seu d’Urgell, lleva razón cuando dice que los españoles somos hipercríticos, que  sabemos valorar lo negativo y nunca lo bueno. Mira, colega indepe que te ríes tanto, esta Guardia Civil en concreto ha puesto patas arriba a la cúpula del PP (y ojo, estando el PP al mando), al yerno del Rey, a ministros y mas mierda corrupta (y la que queda). Llegaron a meter en el trullo a sus propios jefes. ¿Qué han hecho vuestros Mossos aparte de encenderle el puro al señor que te roba tan miserablemente? Este país tiene jueces honestos que, con dos administrativos y un PC y todo que perder, ponen en vereda a políticos todopoderosos que se creen con la gracia divina de saltarse la ley. Este país consolida el mejor sistema sanitario del mundo mundial a pesar de los recortes. Este país capta año tras año decenas de miles de universitarios extranjeros. Sus empresas (no pocas catalanas con sede en Madrid, por si acaso) se abren paso por los cinco continentes. Somos una de las sociedades más internacionalistas y abiertas del mundo.

Y sí, tenemos miles de problemas,  igual que todos, empezando por un sistema fiscal obsoleto que opera regionalmente en una realidad que mueve el capital internacionalmente y que amenaza con que todo eso se venga a bajo. ¿Por qué no centrarnos en los problemas reales en lugar de ejercer de rebaño para sustanciar el caldo de una banda de bribones de 4.000€ al mes? ¿Por qué no hacemos chistes de eso?

Cuando yo suelto mi diatriba algunos de mis colegas indepes, suelen decirme “te lo regalo, me importa una mierda esa España” y se ponen esta “bonita” canción, con sus guapeados chicos y chicas, tan modernos, tan saneados, tan correctos cacareando slogans de Paulo Coelho. “Hem aprés que el únic que s’ha de perdre es la por”… En Dinamarca del Sur, impossible is nothing. Lo mismo que cuando te compras unas Adidas. Un sueño inmenso, en efecto.

Author: Luis Besa

Luis Besa. Periodista,

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