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El futuro de Arranz es de Luquero

Arranz mantuvo durante toda la sesión plenaria una actitud distante y preocupada.

Arranz mantuvo durante toda la sesión plenaria una actitud distante y preocupada.

 

Estoy tratando de organizarme el cuadro montado en un click por el concejal de Deportes, Javier Arranz, anunciando a los cuatro vientos su dimisión del equipo de Gobierno (que del acta no dice nada), donde al parecer se ve sólo, generando con ello, claro, un enorme quebranto en el Gobierno de Luquero, que lo último que quiere son problemas, en esa dinámica de dejarse caer en punto muerto hasta las próximas elecciones.

Al hecho. Efectivamente, que la alcaldesa soltara en rueda de prensa, el jueves, que no piensa meterse en el lío de gestionar el pabellón de El Peñascal (cuando lo acaben, que esa es otra) ha sido la causa directa del escrito —me temo que sin sello de entrada, por si retroceder fuera posible— que el “dimisionario” presentó en la Alcaldía, molesto por ver truncados los planes que lleva cinco años mascullando y en el que viene a decir que, como el pollo negro aquel de los dibujos animados de hace décadas, siente que nadie le entiende.

Según me cuentan, Arranz no perdió un minuto y esa misma tarde se fue a ver a Luquero pidiendo explicaciones y se encontró con la respuesta seca de la alcaldesa, algo parecido a “no incordies, que yo lo que quiero es acabar la legislatura sin problemas” (la versión es libre). Y claro, ahí estaban las redes sociales y sus razones, que habitualmente eleva a verdad absoluta y… ¡a por todas!. (El mensaje en la red ya lo conoce. Como siempre, todo o nada).

Vamos a las consecuencias: Arranz se ha pasado el pleno mohíno, tristón, votando perezosamente en la línea del grupo socialista y rehuyendo a los periodistas, a los que tantas veces ha dicho que si le acercan un micrófono, nunca mantendrá silencio. Pues hoy, callado y creo yo que atormentado por una acción que, bien medida, habría sido un pulso interno (duro, pero tolerable) pero que se ha convertido en un órdago que, al proponerse a voces, se convierte en definitivo.

Claro, que en la otra parte está Clara Luquero, justo lo contrario: ni una reacción, ni un comentario, ni una pista. Todo calma aparente, tanta que uno se pregunta si detrás de los silencios hay prudencia o simplemente, nada. La alcaldesa fía al lunes la adopción de una postura definitiva ante esta crisis. De hecho, en la Alcaldía se hace como si no hubieran recibido escrito alguno y en las previsiones de actividad que han enviado se mantienen todos los actos del fin de semana en los que Arranz actúa en calidad de representante del Gobierno.

Los periodistas bromean tratando de escuchar a través de la pared la discusión entre Luquero y Arranz.

Los periodistas bromean tratando de escuchar a través de la pared la discusión entre Luquero y Arranz.

A parecer, la regidora buscará la solución a un problemón de primera magnitud en el que ella debería de tener la última palabra, en el resultado de la reunión que tiene fijada el lunes con los representantes del colegio El Peñascal y los vecinos del barrio y después, con los concejales de su equipo, que pese a ser meros delegados del poder único que la legislación confiere al regidor de turno y solo a él, parece que formarán tribunal para ver si su compañero merece seguir siéndolo.

Quizá esta era una buena ocasión para que la alcaldesa hiciese pública y notoria su capacidad suficiente para ejercer con contundencia la autoridad (y la responsabilidad que conlleva) para disgusto de los que la acusan de ser demasiado suave en el Gobierno y en el ejercicio de la política y satisfacción de los suyos, a los que les costará pensar que la candidata cede a los chantajes. No sé, supongo que cada maestrillo…

Es de libro también que la oposición, que ha encontrado aire donde no podía respirar hace tiempo, se ponga el manto de la preocupación institucional pero al tiempo se haga fuerte en el concepto que les han puesto en bandeja: en el Gobierno no hay equipo que valga y prima la división. Hombre, algo hay: Arranz no habla (ni las buenas tardes) con varios miembros del Gobierno y hay además “otros concejales molestos”, según dijo ayer, sin nombres, el portavoz Postigo. Además, hay mucho nervio si se piensa en listas electorales. Varios ediles —el de Deportes cree que está entre ellos y sus enrarecidas relaciones con el partido refuerzan la idea— ya tienen claro que no seguirán, aunque quisieran, y eso no ayuda al buen rollo.

El lunes parece que se sabrá si Luquero opta por romper la carta de dimisión con la esperanza —temo que vana— de que el personal llegue a asumir que aquí no ha pasado nada. También puede ocurrir —parece lo lógico, pero vaya usted a saber— que la acepte y nos encontremos con un concejal no adscrito (un alma libre, vamos), en cuyo caso, el mayor daño posible que podría hacer sería el de tratar de impedir la aprobación de los presupuestos de 2015. Pero incluso así, piense que Peñalosa, el edil de IU acaba de ver satisfechos sus deseos de que se cambien los nombres de las calles evocadoras del franquismo y quizá hasta podría votar “si” a la previsión económica en vez de abstenerse como acostumbra… Parece un “plan B” posible. ¿No?

Cabe, finalmente que, dimisionario o cesado, Arranz no sólo se marche del Gobierno sino que entregue hasta su acta de concejal y en ese caso, pues hay que buscar el número 16 de la lista del PSOE en 2011 para completar la Corporación… Será casualidad, pero aparece el nombre de un neurólogo: Ángel Berbel.

Alta velocidad: Javier Arranz sale de la Alcaldía tras mantener una reunión con Luquero, que acaba de conocer lo que el edil ha publicado en facebook.

Alta velocidad: Javier Arranz sale de la Alcaldía tras mantener una reunión con Luquero, que acaba de conocer lo que el edil ha publicado en facebook.

Author: Fernando Sanjosé

Segovia (1967). Periodista.

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1 Comment

  1. Doña Clara lo tiene un patatal complicado y ya habrá echado mano del ‘teléfono rojo con Ferraz’, seguro. Estos son los problemas de tener franquiciadas concejalías o puestos en lista. Y no exactamente el señor Arranz, militante con carnet. A más de las ‘corrientes políticas y familias’, que siempre hay en todo partido, hay que añadir a los arrejuntados por intereses particulares o profesionales (muchas veces por cambiar de aires en puestos de la administración pública, por lo general funcionarios con plaza fija); los que el pueblo llano llama ‘chaqueteros’, que buscan y buscan hasta encontrar hueco en una formación política y, cómo no, los ‘gerentes-cartel’. Personas que, por los motivos que sea, dan bien en la propaganda y además, de entrada, caen bien al personal. Con las corrientes internas se dialoga y, casi siempre, se llega a entendimiento. Hay un poso ideológico y de compromiso. Con el resto, mientras haiga teta donde chupar…

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