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El puzle de la alcaldesa

Que Gina Aguiar haya salido del equipo de Gobierno, con ser un titular importante, era ya una noticia antigua cuando se hizo oficial. La edil estaba amortizada hace semanas y la alcaldesa sabía que no había más salidas que cesarla, pese a haberse encastillado durante meses en “no cometer la injusticia” que, a su juicio encierra la decisión que ha proclamado decenas de veces en las últimas semanas que “la alcaldesa no tomaría”. Debía de ser fuerte el vínculo. Recuerde que a un electo “se le pidió” que no tomara posesión para que pudiera hacerlo Aguiar porque los votos no habían llegado a su puesto en la lista. Y recuerde que la alcaldesa se ha pasado cuatro meses remoloneando para no firmar la expulsión. Probablemente sea algo más que lo crematístico aunque mire, la cesada hacía trabajos para Cultura antes de ser concejala con sueldo y no parece muy oportuno que vuelva a hacerlos ahora…

Gina Aguiar.

A Luquero le han llevado a desdecirse dos razones fundamentales: la presión ejercida por sus socios de Gobierno y la posibilidad, real, de que el pacto con IU se resquebrajara sin posibilidad de reparación, igual que el distanciamiento que se estaba produciendo con Podemos, y que había riesgo cierto de que el “asunto Aguiar”, siempre en las preguntas de los periodistas durante los últimos meses, acabara opacando logros de gestión como el de Prado del Hoyo cuyo inicio de tramitación del Plan Parcial se aprobó este viernes y los socialistas se han empeñado en “vender” todo lo posible. Es para ello: es el primer éxito que logran en dos años de mandato.

Luego están los flecos sin aclarar aún sobre otros aspectos que rodean a la marcha de la edil, que tiene toda la apariencia de haber sido de todo menos amistosa. Como botón de muestra baste recordar la delirante conferencia de prensa del jueves en la que la alcaldesa compareció sin tener ni idea de si Aguiar mantendría su acta y se convertiría en un elemento perturbador como verso libre en la Corporación. hasta dos horas después de apagarse los micrófonos la Alcaldía no pudo resolver todas las dudas que habían quedado en el aire mientras en el despacho de Luquero debió de escucharse algo parecido a un gran suspiro.

Luquero y el portavoz, Jesús García.

Lo que si es noticia de actualidad en este momento es que el Gobierno municipal está inmerso en una crisis y la alcaldesa tiene que reordenar todo su equipo y las atribuciones de sus concejales incluyendo las que afectan a los departamentos que conforman sus emblemas, entre ellas Turismo, el nicho del monocultivo económico de la ciudad, casi inmóvil desde hace meses pese a que estamos justo en el momento en el que hay que volcar todos los esfuerzos en volver a llenar nuestras calles de turistas.

Para sustituir a Aguiar le toca el turno a la funcionaria en Sanidad, Fuencisla Yagüe, con la que me han dicho que ya habría hablado Luquero y ya habría aceptado el reto. La “concejalable” (perdone la palabrota) no ha estado nunca en política así que sus habilidades y qué delegaciones encajarían en su perfil son un misterio en este momento aparte de depender de los movimientos de fichas que haga Luquero.

Alberto Espinar y Clara Luquero.

La regidora estará cavilando y no quiero distraer a nadie pero mire, no me resisto a hacer una quinielilla tirando de lo que me da la lógica. Creo que hay concejalías cuyos titulares son especialistas en la materia o dominan el terreno, aunque sea por antigüedad. No parece que deban tocarse las atribuciones de los dos socios de IU y tampoco que ediles como Andrés Torquemada, Marián Rueda, Raquel de Frutos, el recién llegado, Jesús Sanz, la ahora celebradísima Clara Martín, o Miguel Merino así que se me ocurre como solución rápida que Alberto Espinar, que empezó el mandato al frente de la poco gratificante, por escasez de contenidos, “Innovación, Sistemas y Tecnologías de la información y administración digital” y se vio obligado a ponerse al frente de Cultura cuando explotó el “caso Aguiar”, de ahora el salto definitivo al grupo de los superconcejales asumiendo también Turismo. Al tiempo, se me ocurre a mi, que su tarea primitiva pueda encajar en el dedo de la nueva concejala con cierta tutela desde Desarrollo Económico y Empleo, es decir, de Jesús García, que a fin de cuentas está acostumbrado a ejercer ese papel.

Pero vamos, que yo soy de hacer las cosas por lo simple. Para rompecabezas más complejos o reformas revolucionarias habrá que esperar a ver qué dice Luquero.

Author: Fernando Sanjosé

Segovia (1967). Periodista.

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