Es una constante en Segovia que la construcción de los edificios públicos, tras años de espera para su inicio, nunca se ajuste a los plazos, las obras iniciadas se transformen en esqueletos detenidos y se vean sometidos a “soluciones de urgencia”. Cuando ocurre, la cuenta final siempre es mucho mayor que lo presupuestado.
El pabellón de el Peñascal es la última infraestructura que tiende a engrosar la lista y además cumpliendo todos los requisitos: cinco años largos de retraso, la obra a medio construir y parada, una adjudicataria que abandona los trabajos, e intentos cada vez más frustrantes para encontrar una nueva empresa que retome la actividad constructora.
El último revés lo ha puesto sobre la mesa de la comisión de seguimiento de las obras —las administraciones regional y local, el centro educativo y el Ampa— el director general de política educativa escolar, Fernando Sánchez Pascuala: la empresa que iba a asumir las obras (y retomarlas el mes pasado) no quiere quedarse con la situación dejada por la propietaria del contrato, Improman. La consecuencia directa es que la maraña administrativa engorda y los plazos para que entre un obrero en el lugar se dilatan “varios meses”.
Hace sólo dos aparecía una aparente salida para reanudar con celeridad los trabajos. Consistía en que la adjudicataria Improman, cedería la obra a Dragados, una fórmula rápida para la administración y para el edificio que, se anunció, estaría acabado en noviembre.
Pero en dos meses todo ha cambiado. La adjudicataria, que parecía de acuerdo con la cesión, ahora tiende a dificultar el proceso por motivos que no quedan demasiado claros en el discurso del representante de Educación y Dragados tampoco quiere una cesión complicada y que implicaría asumir importantes deudas, entre otras cargas.
Así las cosas administración regional se irá al proceso “más corto” entre los posibles en este momento: resolver el contrato con la adjudicataria “por las malas” —incluye expedientes de inhabilitación y también de reclamación de daños— basándose en la incapacidad de esta para hacer la obra y después, recurrir al procedimiento negociado y urgente para encargar de nuevo la actuación.
Sánchez Pascuala, que proclamó ante las preguntas de los periodistas que “no es adivino” evitó aventurar una fecha para que el pabellón de el Peñascal sea una realidad.
7 octubre, 2014
Pero seguro, que unos y otros, ya tienen todo preparado para gastar dinero y no fallar en campaña electoral… de eso ¡que no falte!