Posted By Redacción on 13, Jun, 2025

Hace cinco meses tomaba posesión como obispo de Segovia Jesús Vidal, tiempo empleado en familiarizarse con la diócesis y que ahora se concreta en una profunda renovación de la estructura de la curia. Los cambios más notables son el nombramiento de Mariano Sanz como vicario general, el segundo en la cadena de mando de un obispado, y que temporalmente también ocupará la tarea de delegado de patrimonio, en tanto que su anterior puesto como vicario judicial pasa a ser desempeñado por Florentino Vaquerizo.

Extender y propagar el catolicismo en una sociedad cada día más laica así como promover las vocaciones son dos de los principales deberes del nuevo obispo. Para lo primero ha puesto al frente a Fernando Mateo, vicario de evangelización; para lo segundo, Juan Cruz Arnanz, ambos segovianos, “razonablemente jóvenes”, o al menos, de las últimas hornadas de sacerdotes surgidos en la diócesis. La pastoral social será desempeñada por Jesús Cano.

Son cambios que vienen a “jubilar” a la curia del anterior obispo, César Franco, y que también son un guiño a los aires aperturistas de la iglesia española. Así, y por primera vez en la historia de la diócesis, una mujer, Marta Benito, tendrá una responsabilidad de peso en la estructura diocesana, será en la cancillería-secretaría general, en la que sustituye a Alfonso Frechel.  Conocida en Segovia por su labor como periodista al frente de El Espejo de la cadena Cope en Segovia, Benito, natural de Cerezo de Arriba y de 46 años, es una mujer muy vinculada al obispado donde ha ocupado diferentes puestos. Licenciada en derecho, desde 2021 es la notaria de la diócesis y miembro del tribunal eclesiástico, así como integrante de la Fundación del Hospital de la Misericordia.

Marta Benito. Fotografía Cadena COPE.

Jesús Vidal también ha renovado otros cargos. Así, tanto la vicaría para el Clero como para la Vida Consagrada pasarán a ser delegaciones diocesanas, asumiendo Santos Monjas la responsabilidad de ayudar al obispo en el acompañamiento del presbiterio de la diócesis, y Francisco Berbell en el acompañamiento a la vida consagrada, especialmente en los monasterios.