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Diario de la cuarentena: Hacer el ying-ying

Ying-ying haciendo bunga-bunga.

El virus que todo lo puede. Dedico de corazón el aplauso de las ocho al oso panda Ying-Ying, que pese al nombre, llevaba diez años sin aparearse con su compañera de confinamiento en el zoo de Hong Kong, Le-Le. Tan es así que entre los colegas del zoo Ying-Ying (pese al nombre) era también conocido como “a mí las osas pandas ni fu ni fa“. Craso error. Resulta que lo que alejaba a la pareja de la consumación conyugal no era otra cosa que los miles de chinos y turistas que, a diario, pululaban por el zoo y se apiñaban ante la jaula. Y no solo era una cuestión de intimidad. A menudo olvidamos los Sapiens que somos la cima de la cadena depredadora de modo que el resto de habitantes del planeta debe vernos como una suerte de Tiranosaurius Rex, de hedor nauseabundo y mirada asesina. Pónganse en situación, imaginen que unos Tiranosaurius les secuestran para confinarles e un zoo. Que cada día se agolpan ante su jaula a cientos mientras grandes y retoños comen bocadillos hechos con carne de los vecinos. En tamaño escenario de película gore ¿quién piensa en el sexo? Añada que ni usted es Brad Pitt ni su compañera, tras diez años no haciendo otra cosa que comer bambú y sin pegar ni clavo, tampoco es Angelina Jolie. Y me recuerda al chiste aquel de un trasatlántico que se hunde y el capitán y su segundo salen por patas en el primer bote salvavidas a tiro, poniéndose a remar como posesos. “Pero capitán… ¿y los niños? ¿Y las mujeres?”, pregunta el Segundo. “Si, para mujeres estoy ahora”…

Godzilla por la calle de los bares. Sí, es Godzilla, pero es Pontevedra. Nuestras disculpas a los lectores.

Ciervos voladores. Yo de naturaleza ni faba. Todo lo que sé es que en el campo hay hormigas a punta pala. Pero soy periodista, y no tener ni chorra idea de algo nunca fue obstáculo para sentar cátedra. Así que estoy en condiciones de asegurar que los ciervos no vuelan, no al menos los Cervus elaphus de ocho puntas que la pasada semana se vieron a la vez y en puntos tan distantes como Belmonte de Miranda, El Pallars, Rivadesella, Soria, Cantalejo y, finalmente, en Duratón (Segovia), al menos al decir del Whasapp y los compañeros del Norte de Castilla, que como vulgarmente se dice se la comieron con patatas. Los ciervos eran italianos de Los Abruzos, de hecho en el vídeo se oye hablar italiano, como parece razonable. En fin compañeros, el que no lava no rompe platos. Por si consuela, hace un tiempo este que escribe la preparó bien gorda empeñado que me puse en sostener que un lobo paseaba por Valsaín, y al final resultó que era un vulgar husky. Y aquí lo dejo porque si me pongo a mirar lo mismo resulta que por no ser aquello no era ni Valsaín.

Fake news. Faltan ojos en tiempos de fake news, te la pueden colar a la mínima. Hay coladas de naturaleza espontánea. Pablete recibe un vídeo de tropocientos jabalíes campando por un camino y como lo remite su colega Pedrete, de Sepúlveda, tate, lo reenvía con un “fijaos Sepúlveda”. Al final la pieza llega al periodista de guardia y, dado que solo un genio discierne entre un camino de Sepúlveda y otro de Aldeonte, alante con los faroles. Hasta que se recibe una seca petición de dirección: “el de los jabalíes, que suba al despacho” (y en momentos así no saben ustedes lo que mola ser tu propio jefe). 20.000 descargas garantizadas, eso sí. Los hay de naturaleza no tan simplona. Fotos de bolsas de cadáveres en Madrid, Casado leyendo un libro al revés, Corcuera cargando contra Sánchez, o “Laboratorio alemán denuncia que el coronavirus fue producido en Texas”. Estos últimos vienen firmados por el hijodeputa de toda la vida (que alguno tiene que haber) y el hijodeputa pagado por un partido político. Campañas organizadas a derecha e izquierda tendentes a volcar la indignación en el rival a golpe de bulo o demagogia ocurrente del tipo “con el sueldo de Messi, tendríamos mil expertos en virus”. Trump ganó así las elecciones, Vox se dispone a hacer lo propio. Pero ninguna fuerza política tiene las manos limpias en la materia. Todos están en la pomada, todos juegan a indignar desplazando la indignación al oponente a golpe de bajonazo. Eso sí, soluciones, pocas, la verdad. Ojo, pues, a lo que se comparte.

Los corzo fetén. Lo de los ciervos italianos no es el único fake. Ronda otro datado en Matalascañas con una cierva junto al mar. Falso también. Los únicos fetén son el corzo y la corza que el pasado viernes andaban de garbeo por la avenida del Acueducto. Fuentes bien informadas aseguran que al serles denegada la entrada al Sabbath, tiraron para San Lorenzo donde hay garitos más permisivos para con la fauna salvaje.

Protección de datos para cérvidos. Que por cierto, me dicen que hay bronca en la policía local porque al grabar imágenes de cámaras se vulneró la ley de protección de datos… ¡Por favor!  Ahora va a ser que hay que proteger la confindencialidad de los rumiantes. La próxima foto de rebaño ovejas desfilando bajo el acueducto, pixelada, que hay chivos menores de edad. Un poco de sesera, señores, que estamos perdiendo el norte. La imagen de los corzos de turisteo es propaganda de la buena para la ciudad. Nos pinta como una ciudad corzo-friendly, sostenible y machadiana. La Luquerolandia hecha foto. Y va a ser que para una vez que la promoción nos sale gratis y salimos en las nacionales barrunto puro para con el informante. ¡Indignante! Lo que hay que hacer es felicitar al agente por sus buenos reflejos y cada semana sacar uno. Que están los telediarios que se mueren por noticias de gatos vestidos de aguedera y gallinas soplando la dulzaina. Son lo más.

Llamamiento mundial barbacollero. Ya que hablamos de animales, ¿no tendrán Pedro Sánchez y sus ministros algún amigo, familiar de confianza, no sé, alguien que les quiera, que les aconseje un poco de parquedad y contención en sus intervenciones? Cada fin de semana se largan un “Aló presidente” de 70 minutos, de manera que ni los periodistas encontramos ya drogas para soportarlo. Después de todo, con una careta te apañas por lo del coronavirus pero contra el derrame cerebral no hay EPI que valga. Menudo tostón. Y atención a la hilazón, virguería retórica que me acabo de marcar y solo leerán ustedes en los más solventes medios (cual este). Pues para terminar el diario, hoy de tono tan naturalista, propongo tostones. En concreto lechazo de Castilla. Que oyendo el pastoril clamor de que el sector lo pasa fatal, hago desde acueducto2 un patriótico llamamiento para poner a todo gas las chisqueretas, barbacoas y parrillas y declarar abril mes oficial de las chuletas. Que aunque estemos de cuarentena hemos superado la cuaresma. Un día menos.

 

 

Author: Luis Besa

Luis Besa. Periodista,

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