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Covid, cuando la muerte tiene un precio

Pues sí, murieron miles. Y en la primera acometida del covid los más de ellos agonizaron de mala manera en geriátricos cerrados a cal y canto.  Muchos perdimos seres queridos durante aquella primavera de 2020. La mayoría hemos aceptado aquellas pérdidas. ¿Pudo haberse hecho más? Por supuesto. ¿Los sistemas institucionales y privados estuvieron  siempre a la altura? Pues no, aunque es obligatorio mencionar los muchos casos de heroísmo y abnegación profesional que pudimos ver en aquellos días. No siempre pasa cuando colapsa el sistema sanitario.

Dos militares en plena descontaminación de sus trajes tras descontaminar el centro Segovia II

Cinco años después, los telediarios se llenan de algo que da bastante asco. La caza de brujas entre los presidentes autonómicos y consejeros. Detrás de eso hay intereses políticos de desgaste instrumentalizando a familiares que, cinco años después, se niegan a entender lo que significa el colapso de un sistema sanitario por una pandemia. Algunos se manifiestan “Ayuso asesina”, “Lehendakari dimisión”, “Puigdemont carnicero” -en todas partes cuecen habas- , y los demás, que también perdimos seres queridos, debemos padecerlos, darles unos golpecitos de solidaridad, y practicar el “bienqueda” una vez más. Especialmente cuando estamos ante deudos indignados que no terminan de superar ese duelo. Menos en el caso de sanguijuelas que a lo que van es sacarnos unos duros a todos en concepto de indemnización. Y debe quedar meridiano este “todos”. Tío, cuando pides una indemnización al Estado, me la estás pidiendo a mí, que soy el que paga. De todo hay en la viña del Señor.

Probablemente pase que la justicia acabe fallando contra la administración (o sea, contra nosotros). Es cosa de un abogado hábil y seguramente habrá casos sangrantes de abandono, aunque en general, se trata de incumplimientos de protocolos incumplibles. Se generará jurisprudencia y con el tiempo anuncios en la radio del bufete Barcinilla: “si perdiste a un familiar durante la pandemia, ¡ahora puedes ganar hasta 16.000€!”. Y los más miraremos a otro lado. El mundo da bastante asco, pero oye, 16.000€ del ala arreglan un año ni tan mal. Y sí, no dudo que entre los recurrentes hay casos de buena fe. Puede que, en un rapto de generosidad, hasta donen al Estado ese mismo dinero que van a trincar.

Bien. Llegado aquí voy a explicar como periodista que fui durante la pandemia qué es un colapso sanitario. No caben más enfermos en las redes hospitalarias (aunque pagando, siempre hay algo más, que para algo existe la sanidad privada). No hay material, ni fármacos, ni recursos humanos. La muerte estalla y se impone el triaje. ¿Quién va a morir dignamente -incluso a salvarse- quién a morir como un perro? Es así de salvaje. En general, se opta por criterios de edad. Los que tienen más posibilidades de salvarse se hospitalizan… El abuelo de 87 años, sin otros posibles que cuatro duros de ahorros y su pensión, tendrá suerte si consigue paliativos.

Y sí, es lo más inhumano que hemos visto los que no hemos padecido ninguna guerra. ¿Pero es culpa de Ayuso, del Lehendakari, de Puigdemont, de Sánchez, de Salvador Illa? No. Por definición, un político, incompetente o competente, es un administrador de recursos, siendo los recursos siempre limitados. Cuando vienen mal dadas, se imponen salvajes criterios de utilitarismo social.

En mi modesta opinión, lo que pasó durante aquella primavera de 2020 entra dentro de lo razonable. La sociedad se comportó con civismo (con las excepciones que quepan). La clase sanitaria de este país, al menos la pública, se ganó mi admiración. Yo he visto enfermeras, médicos, técnicos, trabajando en jornadas agotadoras para habilitar UCIs en comedores. Un esfuerzo mayúsculo. Yo he visto abnegadas auxiliares de residencia encerrarse con sus internos y enfrentarse al covid con EPIs elaborados con bolsas de basura.

E imagino que sí. Que hubo Koldos y parejas de Ayusos que se forraron el riñón en la batalla infame por las mascarillas de aquellos días. La muerte no deja de ser un mercado, especialmente en días en los que por una tira de celulosa enganchada a una goma se pagan fortunas.  Lamentable. En los casos en que se les pueda enchironar seré el primero en celebrarlo. Pero prefiero quedarme  con lo positivo y lo constructivo. Las pandemias volverán. ¿Qué hemos aprendido?

Author: Luis Besa

Luis Besa. Periodista,

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9 Comments

  1. Así fue. Tiempo de héroes y de miserables. Descansen en paz todas las miles de víctimas. Se necesita todavía solidaridad, recursos, apoyo y reconocimiento con los afectados por el Covid persistente, familias damnificadas por esta enfermedad y mostrar agradecimiento eterno a todos los que ayudaron en tan trágicos momentos con riesgo de sus vidas.

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  2. “Parejas de Ayusos”, qué barbaridad, una de cal…
    Se nota la trufa socialista.
    Luis Besa mal y acertarás.

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  3. No es que la gente se niega a entender lo que significa colapso sanitario, es que la gestión de la plandemia por parte de los políticos ha sido pésima! Si al final va a resultar que la gente se queja sin motivo…

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    • Vaya cutrez de artículo explicando a los lectores cosas que ya sabemos y afeando a las familias de las víctimas que busquen justicia. Vd. quiere decir que si se recurre a un derecho social que no pagas directamente de tu bolsillo te conformas con lo que te den, pero si pagas algo privado te mereces salir del agujero. Y con eso de que las indemnizaciones las pagamos todos se saca la conclusión de que justicia de oficio, trabajadores sociales, educación pública, y por supuesto sanidad son un chorreo innecesario pagado por todos para cuatro abusadores que no se conforman con sus cuatro perras mal ganadas, que no superan sus duelos tan olímpicamente como vd. y que quieren vivir en un estado de derecho e igualdad al que también contribuyen. A mi no me apesta a socialismo, me apesta a ultraliberalismo.

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  4. El personal sanitario hizo todo lo que se le pidió y más; los que fallaron fueron, como siempre,los políticos Y los gestores puestos a dedo por los políticos. Todos conocemos ancianos que murieron en residencias sin poder recibir la asistencia adecuada: se decía que no había recursos suficientes pero a la vez, en lo peor de la pandemia,la Junta de Castilla y León da una subvención millonaria a una empresa privada de televisión (Radio Televisión de Castilla y León,SA) controlada por dos empresarios salpicados por escándalos de corrupción. Ya nos imaginamos el porqué de esos millones y a dónde van. De igual forma, todos conocemos algún anciano muerto en el hospital de Segovia sin recibir los cuidados pertinentes por ser ” mayor” , pero a la vez, pudimos leer en los medios segovianos las declaraciones de un “expolitico anciano “del PP diciendo que le habían tratado “explendidamente” en el hospital de Segovia durante la pandemia. Sangrante. Espero que esto no se olvide.

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    • ¿Y no falló el loco que dirigía España, que abandonó a su suerte a 150.000 españoles muertos en Pandemia. Mientras compraba mascarillas fake, enchufaba a la familia y su secretario de organización del partido se iba con sus chicas?

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    • Esperemos que esto tampoco se olvide. Tras ignorar los avisos en febrero de 2020, desde Italia, donde ya había 1000 muertos, y no hacer nada. Tras celebrar el 8m, porque habría uno o dos casos en España, tras el cierre de colegios en Madrid por Ayuso, el 14 de Marzo, con miles de infectados se deciden a hacer algo los socialistas. El Gobierno Central (Psoe-Potemos) asumió las competencias en las residencias de mayores en Marzo de 2020, eso dijo un friki metido a político, un tal Pablo Iglesias. Nunca más dijo nada ni hizo nada. Culpabilizó de todo a las CC. AA. a las que abandonó a su suerte, con el resultado por su inutilidad, entre otros errores, de miles de muertos. https://okdiario.com/video/estas-son-pruebas-que-iglesias-responsable-residencias-5742843

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  5. Un familiar directo estuvo en la UCI un tiempo y salió viva, lo que quiero decir es que la trataron con un cariño excepcional.
    No tengo más que agradecimiento para los trabajadores del hospital general de Segovia y además se preocuparon de llamarnos cada dos días para comunicarnos su evolución.
    Hicieron todo lo que pudieron.
    Con los años he conocido a algunas de las personas que la cuidaron y ha sido emocionante.

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  6. Y ahora, rememorando los 5 años de la pandemia,en unas declaraciones del “gestor” del hospital ( puesto a dedo por la Junta de Castilla y León dirigida por el PP) Jorge Elizaga,tiene la “desfachatez” de decir que todos los pacientes que lo precisaron tuvieron oxígeno. Mentira. Una simple cánula nasal no servía para nada.

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