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Cartelera Segovia: El hombre de las mil caras

paesadestaadaPodría sospecharse que las aventuras de Mortadelo y Filemón, como paradigma de espías ibéricos, resultan entre rocambolescas y cutres. Pero no. Vayan a ver El hombre de las mil caras, sobriamente rodada por Alberto Rodríguez, con un brillante Eduard Fernández en el papel de Paco Paesa, el espía, el súper agente secreto, que en una disparatada estafa le (nos) robó 300 millones de pesetas a un ministro básicamente ambicioso y no menos cutre (Belloch, interpretado por el paisano Luis Callejo, con lo que de quinqui que le vi la pasada semana en Tarde para la ira pasa a ministro) y le volvió a robar (nos volvió a robar) 1.500 millones de pesetas al ex-director de la Guardia Civil, Luis Roldán.

La historia no tiene desperdicio. Un gris traficante de armas, Paesa, experto por tanto en mover dinero de país raro a país peor, por añadidura chivato de los servicios secretos, vive esa fantasmal existencia de los pijos madrileños en la ruina que aparentan a duras penas prosperidad. Todo pinta mal para el cutre personaje hasta que cae en sus manos un político en apuros, Roldán. Paesa diseñará la fuga de Roldán, su custodia en secreto (mientras medio mundo busca a su cliente) en París durante casi un año. Luego, una estafa al ministro Belloch, al que saca 300 millones para hacerle creer que Roldán está en Laos y que él puede componer un “arreglo” con la policía de aquel extraño país para la entrega del prófugo. En paralelo, Paesa monta otro segundo timo para levantarle a Roldán los millones que él ha robado de los fondos reservados y de las comisiones ilegales por obras.

Está muy bien la autenticidad que traspira todo. El Xantia en el que Roldán, sometido a loca persecución por la prensa, viajó de Barajas a la Audiencia Nacional, la decoración ochentera de este lujo cartón-piedra de una casa rica de Pozuelo, el Jaguar de Paesa, el camarero vietnamita que hace de laosiano oficial de policía. Un detallismo encomiable.

paesaEstá mal (o más que mal, raro) el enfoque. Rodríguez sucumbe a la tentación de un enfoque como de denuncia, busca la verosimilitud. No quiere rodar una de Mortadelo. Pienso por ejemplo en La gran estafa americana, el lío de esta película no es nada de nada comparado a lo de El hombre de las mil caras, pero funciona bien por lo contenidamente grotesco del desarrollo. Pienso que orientado a un enfoque más esperpéntico, más de Mortadelo y Filemón, que es lo que la historia pide, nos hubiera deleitado con un joyón, pero Rodríguez se lía huyendo deliberadamente del esperpento y buscando complejidad, prefiriendo el retrato psicológico del corrupto a la vis más empática del pícaro. Busca con desespero el lado humano, como intentando comprender que hay detrás de la sinvergonzonería. Para ello añade capas y capas de complejidad, con lo que la brillantez de la monumental estafa queda un tanto eclipsada.

De eso me quejo. Si uno mira el fondo de la cosa es tan cutre, que la complejidad nos arrebata el trasfondo mortadelesco de la epopeya. José Coronado, el piloto metido a agente secreto, voz en off conductora de la película, impecable, debía ser la voz que aclarase el jaleo (a la manera de los protas de Scorcesse, que te narran la historia al tiempo que la ves para que no pierdas detalle) y no el pretendido narrador de un tiempo y de una época que se dice finiquitada pero que sospecho forma parte de la manera como los españoles entendemos el poder público.

Gran película, en cualquier caso, más por la historia que cuenta que por cómo la desarrolla el director. Eso sí, esta película precisa mucho contexto para quienes no vivieron esos hechos o ya se les ha olvidado. Del todo recomendable.

Author: Luis Besa

Luis Besa. Periodista,

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3 Comments

  1. Lo suyo no se llama critica, se llama destripar películas y enrrollarse a lo tonto.
    Se lo digo porque veo en usted bastantes posibilidades de hacerlo mejor. Pongase a ello, a muchos no nos gustan los spoilers, aunque conozcamos de pe a pa la vida de esos dos golfos

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    • Hola Antonio. Gracias por el consejo. En mi descargo, alegaré que soy “el suplente”, en ausencia del titular, Tomi Roberts. Ahora bien, no estoy muy de acuerdo en esto de que destripé el argumento (otras veces puede). Coño, el caso de Paesa es de dominio público, salió en las noticias!!!! Aprovecho para lanzar un llamamiento, si alguien quiere colaborar con nosotros en lo de la crítica de cine (gratis et amore, de entrada). Nos lo diga. Podemos llegar a algun acuerdo con el cine y tal…

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      • Gracias por responder.Por su tono deduzco que es usted un caballero.
        Siga con su trabajo, hasta que aparezca el titular y simplemente evite describir/destripar mucho la historia

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