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Brujas, muertos e historias de miedo en el Ayuntamiento

Los periodistas estaban avisados, que la convocatoria de prensa decía bien claro que en “la rueda de prensa de los jueves” se iba a presentar la ubicación de un cuadro cedido por la familia del pintor Julio Barbero y se presentaría el programa “Tiempo de Ánimas” con actividades para la fiesta del 1 de noviembre que en el Ayuntamiento, durante una hora, el protagonismo fuera para la muerte, las brujas, los fantasmas y el miedo. De la política municipal general se habló después.

El cuadro de las brujas de San Millán entra ya en el circuito de las visitas al Ayuntamiento.

En la sala de la Biblioteca y justo debajo de la fotografía de la actual alcaldesa, Clara Luquero —la que cierra la tira de imágenes de los alcaldes de la ciudad en Segovia— cuelga ya el cuadro “Las brujas de San Millán”. Bueno, en realidad es una excelente copia realizada en 1972 por el pintor soriano, Julio Barbero, del cuadro original de Ignacio Zuloaga firmado 65 años antes y que permanece en el museo Nacional de Argentina, en Buenos Aires.

El cuadro, (148 x 142 centímetros) ha sido donado “de forma indefinida y sin carácter lucrativo” por la hija del autor, María José Barbero, que asistió a la presentación junto a Ignacio Suárez Zuloaga, la presidenta de la asociación de San Millán, Francisca Cubo —se supone que por aquello de la referencia al barrio en el cuadro— y hasta dos concejalas. Suárez Zuloaga destacó la generosidad de la hija de Barbero por ceder para disfrute de la ciudadanía “un cuadro que vale su buen dinero” al que podría haber dado otros usos. También explicó que Zuloaga pinto al grupo de “viejas feas y pobres” inspirado por los delirios de un amigo, siendo residentes ambos en la Casa del Crimen.

La presencia de los muertos.

Metidos en faena, la concejala de Turismo y Patrimonio pasó a reivindicar a los muertos y a la propia muerte como “parte de la cultura popular siempre aunque la sociedad actual nos quiera mostrar sólo la cara buena de la moneda”. De ahí a la reivindicación de la “españolidad” de la celebración de los difuntos frente a invasiones festivas anglosajonas no hubo solución de continuidad, incluyendo una somera explicación de una fiesta que consta ya en el siglo IX y una disertación sobre los tipos de ánimas, “las ánimas, fantasmas y compañas, que hacen ruido y anuncian la muerte” y “los aparecidos, que vuelven porque no han cumplido alguna promesa”.

Lo cierto es que el Ayuntamiento hace la celebración en el día de los Santos (el 1 de noviembre, cuando la iglesia celebra a los muertos que han llegado ya a la vida eterna por su condición de santos) en vez de hacerlo en el día de los Muertos, dedicado los que aún no han pasado del purgatorio —el común de los mortales, vamos— el 2 de noviembre.

La muerte, también en la Catedral.

Como sea, el macabro programa lleva a la posibilidad, el 31 de octubre, de participar en las lecturas de terror (18.00, librería Intempestivos) visitar, desde las 19.30 y con guías de excepción —Ángel Galindo y Mercedes Sanz— la Catedral “un cementerio” en el que hay tumbas, sepulturas y panteones y cuadros alusivos a la tercera de las hermanas de la Parca o dar una vuelta por la Segovia negra salpicada de asesinos, patíbulos, ahorcados, brujas y fantasmas, de la mano de Carlos Álvaro, esta a 5 euros y empieza en la cárcel vieja.

Más referencias a los muertos para el 1 de noviembre. Desembolsando 5 euros se puede participar en la visita al cementerio judío (10.30) y por el mismo precio, en la visita al Bestiario Segoviano (17.00) desde San Millán a la Plaza Mayor, de la mano de Mercedes Sanz. Las historias de miedo para los más pequeños son en el museo Peralta, desde las 11.00. Para la Ctedral y todas las de pago hay que apuntarse antes en el Centro de Recepción de Visitantes.

Author: Redacción

Acueducto2. Noticias y actualidad de Segovia.

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