Con 96 años, prácticamente ciega y con graves problemas de movilidad pero con una cabeza envidiable, Alicia Alonso, la más grande bailarina viva, sigue siendo puro arte. Se niega a ser fotografiada en su silla de ruedas. Hasta el final, la gran dama de la danza es ha sido y será una diva en el sentido más espectacular del término, un carácter excepcional mezcla de misticismo y un rarísimo talento, como pueden apreciar en el pas de deux que abre esta información, de cuando Alicia Alonso, allá por 1960, marcó la perfección hecha danza.
En el marco del XXXV Congreso Mundial del ITI-UNESCO el patio del Ayuntamiento de Segovia tuvo el honor de homenajear a Alonso, que entró trémula pero a pie, apoyada en un asistente. Solo sentarse y entre las ovaciones de los presentes pidió un café. “Un café de verdad”, dijo con una voz aún fuerte, antes de encajar el discurso de Clara Luquero nombrándola “Visitante distinguida de Segovia”y en el que se recogen sus innumerables méritos.
Simposio internacional de danza
Por otro lado, y en el Real Sitio, dio inicio el V Simposio internacional de Danza que hasta el viernes 21 de julio reúne artistas de varios países seleccionados por convocatoria abierta para la presentación y puesta en escena de sus coreografías. También organizará talleres, reuniones y presentaciones relacionados con la actualidad de la danza a nivel mundial.
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