Manuela Carmena observa la medalla con el Acueducto con la que Luquero quiso obsequiarla.
Manuela Carmena, la alcaldesa de Madrid, vino a Segovia este 6 de mayo para participar en el ciclo Valores y Sociedad de Europe Direct y la Fundación Valsaín junto a su amigo y compañero de universidad, Álvaro Gil Robles, para hablar de los “valores de las ciudades en el contexto europeo”. Pero antes acudió al Ayuntamiento Segoviano, donde esperaba la regidora segoviana, Clara Luquero, que trató de generar un ambiente de complicidad apoyándose en el hecho de que ambas regidoras sean precisamente mujeres.
Lo hizo cuando recordó que hace un año, Carmena clausuró el ciclo “Mujeres que transforman el mundo” en su calidad, entonces, de “jueza con una gran sensibilidad social” y sin imaginar que un año después “volvería convertida en alcaldesa de Madrid con poder para hacer lo que quieren las mujeres: cambiar la sociedad”.
Repitió cuando, señalando el techo de la sala Blanca en el que está representada la toma de Madrid por los tercios segovianos, hace 1.000 años, afirmó que aquella entrada en la ciudad se produjo a golpe de mandobles y mamporros porque aquella “era época de hombres. Las mujeres nos habríamos entendido”.
Carmena no entró mucho en el juego feminista: miraba aquí y allá con media sonrisa reconociendo que todo era “bonito, bonito” y daba las gracias sin sobresaltos, un tono sobrio que mantuvo en sus palabras, ya para siempre en el libro de Honor del Consistorio: “¡Qué maravilla de recepción! Gracias querida Alcaldesa de Segovia. Gracias Segovia con todo mi cariño y aires de Madrid”, escribió con letra redondilla y amplia.
Ya delante de los micrófonos de los periodistas, la regidora de Madrid lanzó el único guiño de la tarde, cuando afirmó que “es más lo que Madrid se nutre de Segovia, que lo que Segovia podría nutrirse de Madrid”, después de asegurar que “Segovia es una ciudad maravillosa donde se vive muy bien” y considerar “positiva” la interrelación entre la ciudad del Acueducto y un Madrid “crisol de muchísimas alternativas, de muchas opciones, de mucho intercambio”.
Y así llegó a su terreno para remarcar que desde que ella Gobierna en la capital, tiene la sensación —“mi sensación”, matizó— de que ahora Madrid “es una ciudad más abierta, con más vocación de novedad, con más imaginación”.
Una pequeña charla en los sillones de la sala Blanca, a la que se unió el organizador del ciclo y presidente de la Fundación Valsaín, Álvaro Gil Robles, y el senador socialista, Félix Montes, precedió el recorrido del grupo, a pie, hasta la sede de San Quirce, llena para escuchar el debate al que Carmena llevó los aires de Madrid.
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