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Agricultura reclama a la CHD la presa de Lastras y no limitar los pozos existentes

La Junta de Castilla y León  ha reiterado a la Confederación Hidrográfica del Duero su defensa de la necesidad del pantano de Lastras de Cuéllar así como mantener en un futuro los regadíos de aguas subterráneas, sin limitaciones a las actividades existentes actualmente.

El consejero de Agricultura, Julio Carnero, y la presidenta de la CHD, Cristina Danés, han mantenido un encuentro de cara a acercar posturas para el proceso de alegaciones públicas que debe pasar el Plan Hidrológico del Duero 2022-2027, el documento que marca la estrategia de gestión del agua en la cuenca para el periodo. Lo más destacado para Segovia es que el Gobierno central, responsable de la confederación, descarta la construcción del pantano de Lastras de Cuéllar, por no ajustarse a las estrategias de sostenibilidad y lucha contra el cambio climático. Asimismo, pospone para el periodo 2028-2033 la construcción de la otra presa propuesta para Segovia, la del Ciguiñuela, en el alfoz de Segovia. Por último el plan se propone reducir las explotaciones agrarias regadas con aguas subterráneas.

Son precisamente el primero y tercer punto donde afloran las diferencias principales disferencias entre CHD y Junta. Así, Carnero defendió la necesidad del pantano de Lastras considerándolo esencial para la regulación del Cega y garantizar el acceso al agua de zonas actualmente con déficits hídricos. Frente al modelo mas conservacionista del borrador del plan, la Junta aboga por un plan basado en tres ejes: resolver problemas estructurales en zonas con déficit para atender las demandas actuales; garantizar el mantenimiento de regadíos basados en los pozos; y compatibilizar la lucha contra el cambio climático con garantizar el desarrollo rural manteniendo la actividad socieconómica. En definitiva, dos modelos contrapuestos.

Embalse de Lastras.


Author: Redacción

Acueducto2. Noticias y actualidad de Segovia.

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3 Comments

  1. El modelo de desarrollo del Gobierno central ya sabemos por dónde va: tirar centrales energéticas (aunque luego tengamos que importar energía de Francia generada por centrales similares a las derribadas), derribar presas (aunque sean un ecosistema acuático ya consolidado a lo largo de décadas), prohibir las plantaciones de chopo cuando de ellas se sacan envases mucho más ecológicos que los de plástico (por ejemplo cajas de fruta), etc, etc.

    En definitiva, les importa un carajo el mundo rural. Viven de espaldas a él y lo desconocen por completo. Eso sí, luego se les llena la boca hablando de la España Vacía.

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  2. Es necesario contextualizar y hacer un análisis objetivo del asunto. La política del agua se rige por la Directiva 2000/60/CE de 23 de Octubre, conocida como Directiva Marco del Agua. Esta Directiva exige alcanzar el estado cuantitativo y cualitativo de las masas de agua como garantía de futuro. El caso es que tenemos la inmensa mayoría de los acuíferos y ecosistemas acuáticos en pésimas condiciones con problemas de sobreexplotación y contaminación, especialmente agropecuaria. Europa nos sanciona y nos requiere mayor cumplimiento de dicha Directiva, porque no cumplimos con la Ley. Esto es debido a la tradicional planificación hidrológica basada en la satisfacción de las demanda hídricas agrarias e hidroeléctricas. Por lo tanto es hora de cambiar la gestión, ser responsable y afrontar el futuro con mucha valentía porque el Cambio climático trae consigo menor disponibilidad de agua. EMPECEMOS POR CONSUMIR MENOS Y NO CONTAMINAR

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  3. Por cierto el planteamiento de la Presa de Lastras es un claro error desde cualquier punto de vista. El enclave no reúne condiciones físicas de seguridad( anclaje de la cerrada) y garantías para almacenar agua ( el entorno es arenoso), además no existe apenas cota de desnivel y la superficie anegada sería enorme para almacenar poco agua. El río Cega según la CHD ha perdido el 40% de sus caudales en los últimos 20 años, por lo que no aporta un volumen excedentario de agua suficiente para almacenarla. El valor ambiental de la ribera y sus valores ecosistémicos son enormes para la sociedad, superando con creces en caso de tener una presa. El coste económico sería desmesurado para una presa insegura y de escasa cota, donde la pérdida por evapotranspiración de su amplia lámina la hace claramente ruinosa.

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