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Orgullo múltiple

Se conmemora el veinte aniversario de la aprobación en el parlamento de la Ley 13/2005, de 1 de julio, por la que se modifica el Código Civil en materia de derecho a contraer matrimonio, impulsada por colectivos sociales, con figuras como Pedro Zerolo y que el presidente Rodríguez Zapatero comprometió, y que consolidó en nuestro país la posibilidad de celebración de matrimonios de personas del mismo sexo y colocarnos en la vanguardia mundial de reconocimiento a la diversidad y al respeto de independientemente la orientación sexual, poder amar y compartir en libertad, sin mirar que condición sexual tiene la persona.

Parece lógico recordar que dicha ley fue recurrida al Tribunal Constitucional por el PP, y avalada por dicho tribunal en 2012, demostrando que siempre son contrarios a los avances sociales en igualdad, aunque después con la actitud cínica que utilizan, ahora intentan apropiarse, de un avance social, que nunca hubieran desarrollado como gobierno, por sus perjuicios, falta de valentía e hipocresía. 

También me parece significativo que el PP no apoyara esta semana, en el pleno del congreso, la toma en consideración de la proposición de ley, del grupo parlamentario socialista, para tipificar como delito, las terapias de conversión, que intentan tratar a los homosexuales como “enfermos” que deben curar de su “identidad sexual desviada” y que tanto sufrimiento ejercen en jóvenes. Es increíble esa carencia de sensibilidad, aunque no me sorprende sinceramente. 

Es un orgullo, ante los riesgos que, en la actualidad, la ultraderecha de Vox verbaliza poder consolidar ese derecho de ciudadanía, para que libremente cada español, pueda amar y unirse a personas de su mismo sexo con todos los derechos en condiciones de igualdad, pero sobre todo pertenecer a un partido que lo hizo posible y lo sigue defendiendo, a pesar de tanta inquina latente que se observa. “Los derechos se conquistan, se disfrutan y se defienden”, verbalizaba Zerolo y es de actualidad.

Como también es un orgullo, poder comprobar como el presidente del gobierno, ha defendido, contra viento y marea, con múltiples presiones, la posición española en la cumbre de la OTAN, de que nuestro país, no puede llegar a comprometerse a gastar el 5 % del PIB, en gasto de defensa y seguridad, ya que pondría en jaque nuestro estado de bienestar, que tanto nos costó construir para beneficio de la ciudadanía española. La sanidad, educación, servicios sociales, dependencia, pensiones, vivienda, etc. se verían recortados o los españoles deberían multiplicar sus aportaciones impositivas, para llegar a esas cantidades.

Pues bien, ya sabemos que Núñez Fakejóo, lo defiende como sumiso a Trump y eso nos alerta que su intención futura es proponer subir impuestos y rebajar el estado del bienestar, y en frente se ha posicionado Pedro Sánchez, defendiendo que con el 2,1 %, se puede formar parte de la OTAN y cumplir los hitos que nos corresponden, pero no someter a los españoles a esos recortes, que tanto les gusta aplicar a las derechas y a sus poderosos afines. Siguen sin soportar que la clase media y trabajadora tenga mejor estatus vital.  En algunos parlamentos europeos, se ha ensalzado en sus debates de la semana, la valentía y fortaleza del presidente español, frente a las amenazas de Trump y que triunfaran sus tesis. 

Como también es necesario reconocer el orgullo que supone, que se mire con reconocimiento desde muchos lugares del mundo a las cifras económicas que en la actualidad disfrutamos en nuestro país: con 21,8 millones de afiliados a la Seguridad Social. Descenso del paro general a menos de 2,5 millones, la tasa más baja en 17 años.  Reducción del paro juvenil de 257.000 a 171.000 jóvenes. Creación de 2,8 millones de empleos. Aumento del número de mujeres trabajando, de 8,8 a más de 10 millones.  El Salario Mínimo Interprofesional ha subido un 61%, pasando de 735 a 1.184 euros. Se ha reducido la temporalidad, del 27% a menos del 12%. Los contratos estables han pasado de ser 1 de cada 10 a casi 1 de cada 2. La pensión media ha aumentado de 1.082 a 1.505 euros

España es el quinto país del mundo en inversión extranjera en nuevas empresas. Ha liderado el crecimiento entre las grandes economías europeas, duplicando la media de la zona euro.  La renta de los hogares ha crecido un 3,5%, por encima de la media de la OCDE. Se ha aprobado un nuevo marco tributario progresivo, con impuestos sobre grandes corporaciones, banca y productos nocivos. 

La tasa de pobreza ha bajado al 19,7%, mínimo de la serie histórica. El índice de desigualdad (Gini) ha pasado de 33 puntos en 2018 a 31,2 en 2024. Se aprobó la primera Ley de Vivienda de la democracia. Se ha producido un incremento récord en becas, pasando de 1.500 a más de 2.500 millones de euros. 

Se ha conseguido aumentar el porcentaje de energías renovables, pasando del 46% al 66%. La cobertura de fibra óptica ha pasado del 49% al 95% de los hogares. 

Se ha publicado en el BOE, 36 textos legislativos. Cuatro se están tramitando en el Senado, una ley pendiente comisión, diez leyes en ponencia del Congreso, y otras seis han superado la enmienda a la totalidad. 

Y sin ningún filtro, también manifiesto vergüenza por los temas de corrupción en mi partido, así como asco por el tratamiento despectivo hacia las mujeres que escuchamos en los audios. Nos hemos escuchado en los órganos del partido en Segovia y en una asamblea abierta con la militancia y es un buen ejercicio democrático.

El Partido Socialista ha demostrado con hechos que no admite desviaciones éticas en su seno. Se pidió perdón y se ha exigido la renuncia inmediata de los responsables políticos señalados, sin dilaciones, sin matices y sin confundir nunca la lealtad con la complicidad, ni la presunción de inocencia con la impunidad. Esta actitud contrasta con la de otras formaciones que, lejos de sancionar conductas reprobables, las encubren, las protegen o las justifican políticamente. El PP tiene en la actualidad 37 cargos investigados, procesados, implicados por diferentes casos de corrupción y nadie actúa. Se acuerdan: “Luis sé fuerte”, los ordenadores destruidos a martillazos en la calle Génova, etc. Las tres condenas firmas al PP, como partido por corrupción, o las reformas de su sede pagadas con dinero negro. Ni por el asomo somos iguales. 

Alfredo Pérez Rubalcaba decía “En un partido hay que ser leal, no que digas al jefe la opinión, pero cuando un partido decide hay que trabajar todos en la misma dirección”. “Cuando en un debate parlamentario ves a tu líder fajándose con el adversario y no quieres que gane, tienes que plantearte seriamente que haces en ese partido”.  Pues eso, que necesario que algunos se lo aplicaran.


Author: José Luis Aceves Galindo

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