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Víctimas del sectarismo político

En esta última campaña electoral que acabamos de vivir se ha puesto de manifiesto, una vez más, pero con mayor intensidad que en otras ocasiones, un alarmante sectarismo político. La adhesión ciega y fanática a una ideología o partido político, acompañada de la hostilidad y la intolerancia hacia aquellos que tienen opiniones políticas diferentes, es su principal manifestación. Este fenómeno genera graves consecuencias en la percepción ciudadana y debilita la salud democrática, ya que fomenta la polarización, la desconfianza y la división en la sociedad. Los ciudadanos somos víctimas de las propias estrategias de los partidos políticos, que han convertido el debate público en el epicentro de todo tipo de batallas para ganar las elecciones, con pleno desprecio, en muchas ocasiones, a la inteligencia ciudadana.

Una de las consecuencias más perversas del sectarismo político es la creación de burbujas de información, donde muchas personas solo buscan y consumen noticias y opiniones que respaldan sus propias creencias y desacreditan a los que piensan diferente. Como resultado, se forma una visión distorsionada y sesgada del mundo político, lo que puede llevar a una mayor polarización y a la falta de entendimiento y diálogo entre grupos con opiniones divergentes.

Otro efecto pernicioso del sectarismo político es la creciente hostilidad y división entre los partidarios de un partido u otro. La intolerancia y el odio hacia aquellos que tienen opiniones políticas diferentes pueden llevar a la discriminación, la violencia verbal o el desprecio personal hacia quien piensa diferente, e incluso en los círculos más cercanos a la ruptura de relaciones personales y comunitarias. Una prueba de ello es el cariz de algunas intervenciones en foros libres de opinión bajo el refugio de un pseudónimo, que lejos de persuadir retrata el perfil de quienes las difunden.

Además, el sectarismo político puede tener un impacto negativo en la participación ciudadana y en la calidad del debate político. La dinámica de la confrontación y hostilidad genera hastío y desinterés, debilitando a quienes utilizan esta táctica como fundamento de su acción política. A su vez, debilita la salud democrática y posibilita una mayor influencia de los sectores más radicales en el proceso político. Las últimas elecciones autonómicas en Castilla y León son un buen ejemplo de ello, y no descarten sus efectos en las elecciones que se dirimen hoy mismo.

El sectarismo político no es exclusivo de un partido político o una ideología en particular, sino que se manifiesta en diferentes espectros políticos y personajes. Hay políticos que entienden la política como una confrontación y hacen todo lo posible porque sus electores participen de esa batalla, al objeto de polarizar la opinión pública y anular la inteligencia cívica. Son políticos indignos que desprecian los valores e inteligencia del ciudadano, y generan fanatismo, siguiendo el modelo del fútbol, como si de hinchas de un club se tratasen. De esa forma, intentan la fidelización del voto y del poder, única razón de su participación en la vida pública. Eso, cuando son conscientes, porque el sectarismo anula la visión y la inteligencia política.

Los líderes políticos tienen un papel fundamental en la prevención del sectarismo político. Es esencial que eviten la retórica inflamatoria y agresiva y, en su lugar, promuevan un lenguaje que fomente la unidad, la tolerancia y el respeto hacia las opiniones diferentes. Deberían trabajar en la construcción de puentes y en la promoción de un clima político inclusivo, en el que se busque el bienestar de toda la sociedad en lugar de centrarse en sus intereses tácticos.

Es necesario promover la educación cívica y el pensamiento crítico desde temprana edad, así como la participación ciudadana activa e informada en la vida política. Esto implica incentivar el voto responsable, el compromiso cívico y la participación en debates políticos constructivos. Es importante que los ciudadanos se informen de manera objetiva y busquen diversas fuentes de información para tener una visión completa y equilibrada de los problemas políticos y sociales. La participación ciudadana activa y responsable contribuye a fortalecer la democracia y a contrarrestar el sectarismo político, evitando sus consecuencias y efectos perversos en la sociedad.

Author: Andrés Segovia

Política provincial, autonómica y nacional

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8 Comments

  1. Marco Aurelio no lo habría dicho mejor!!!

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  2. Totalmente de acuerdo. El artículo tenía que ser de obligada lectura para todo aquel que quiera participar como comentarista, en especial, la afirmación de que “el cariz de algunas intervenciones en foros libres de opinión bajo el refugio de un pseudónimo … retrata el perfil de quienes las difunden”.

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    • Pues aplíqueselo señor falto de justicia.

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  3. Un canto a la tolerancia y otras virtudes democráticas, que sirve de excusa para criticar al único acuerdo político eficaz: el del gobierno de Castilla y León. Resulta sospechoso el manifiesto.

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    • Esa es tu interpretación, posiblemente de parte.

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  4. Los únicos responsables de esta situación son los políticos, que, con sus me tiras, con su co du ta de decir una cosa y hacer la contraria, de mirar más en beneficio propio que en el bien general, su mala gestión y su ” tu mas” ,hacen,que gente esté asqueada y lo transmita en los comentarios

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  5. La situación actual de división y polarización máxima en la opinión política, es la consecuencia de todo el odio , el enfrentamiento y la división que se ha ido sembrando en las dos últimas décadas.

    Se han atizado fuegos que ya casi no tenían brasa,y se han abierto heridas que estaban cicatrizando.

    Los politicos responsables de haber sembrado de nuevo esa división en la sociedad están bien definidos.

    Solamente hay que consultar las hemerotecas…

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