El análisis de coyuntura indica que el año 2024 estará marcado por la incertidumbre, tanto en lo social como en lo político y económico en España y el resto del mundo. Nuestro gran desafío debería ser alcanzar mayores niveles de bienestar y progreso, con una distribución equitativa de la riqueza generada. Sin embargo, el nivel de entropía en el que nos movemos en los diferentes ámbitos del Estado hace que el enfoque se desplace hacia otras cuestiones que deberían tener un carácter instrumental, como la recuperación del diálogo y la tolerancia, tan deteriorados debido a la polarización política y la inequidad territorial. Es importante recordar que la acción política siempre es instrumental, aunque una gran mayoría de los políticos aún no lo hayan comprendido y conviertan la política en un fin en sí misma, y lo que es peor, a veces solo piensen en sus propios intereses.
La erradicación de la polarización es uno de nuestros principales desafíos a alcanzar en 2024, si no el primero. Durante años, se ha sembrado el odio hacia el contrario en nuestra sociedad, creando una mentalidad de “ellos o nosotros“, en la que dejamos de ser conciudadanos para convertirnos en enemigos a derrotar. Cada vez son más las personas que son incapaces de empatizar o tolerar a quienes piensan de manera diferente. El populismo y el deseo exagerado de poder son las claves de la actual polarización, y tanto el Gobierno como la oposición comparten la responsabilidad de este fenómeno. Este problema se replica en todos los ámbitos institucionales del Estado. Como afirma Steven Levitsky, autor del libro “Cómo mueren las democracias”, existe una gran politización de las instituciones con el propósito de utilizarlas como armas políticas. Una sociedad polarizada de esta manera es una sociedad enferma que difícilmente puede avanzar hacia el objetivo político principal, que es la búsqueda de la felicidad de sus ciudadanos. Para erradicar esta polarización se requiere un sentido cívico por parte de la ciudadanía y una visión amplia de sus líderes. No será fácil, pero es imprescindible recuperar la armonía en la vida social y evitar que la polarización extrema genere descrédito en nuestra democracia y cuestione los principios en los que se sustenta.
Otro desafío instrumental que ha surgido es la equidad territorial y la ruptura del principio de igualdad. La futura ley de amnistía, al no haberse acordado por un amplio consenso, va a generar grandes tensiones sociales y territoriales. El reparto de recursos comprometidos en el ámbito estatal y el sentimiento de agravio e insolidaridad entre las comunidades autónomas contribuirán al aumento de la inestabilidad política y el sentimiento de discriminación. Esto se agravará aún más por las tensiones políticas asociadas al desarrollo de las elecciones gallegas, vascas y europeas en el primer semestre del año. Tanto los socios del Gobierno como la oposición tienen dificultades para aceptar ciertas premisas que sustenten la estabilidad política. Se vislumbra un panorama complicado de gestionar que podría culminar con la convocatoria de unas nuevas elecciones generales, aún más probables si no es posible aprobar los presupuestos del Estado en el primer trimestre del año, y de resultados inciertos.
En nuestro ámbito territorial, más de lo mismo. Es difícil que la Junta de Castilla y León salga de la esclerosis institucional que ha estado padeciendo durante muchos años. Nuestra Comunidad necesita un proyecto político a largo plazo que dé respuesta a los problemas de despoblación, envejecimiento y falta de tejido industrial en amplias zonas territoriales, así como a la reorganización administrativa de sus servicios institucionales. Todo apunta a que el victimismo frente al Gobierno central seguirá siendo su seña de identidad, sin descartar la convocatoria de elecciones ante la caída en la intención de voto del partido de la oposición, que después de 36 años sigue sin encontrar un proyecto político alternativo atractivo.
En la provincia de Segovia, la Diputación dará continuidad a su programa de servicios marcado por el tono populista en el medio rural, que ha dado tan buenos resultados al gobierno del PP, y sin abordar los grandes desafíos que tiene la provincia, los cuales se traducirían en un impulso significativo a la promoción del tejido industrial, el turismo rural y los servicios de atención a personas mayores en sus domicilios. En este ámbito, la oposición ni está ni se la espera.
En la ciudad, se constata la presencia de un nuevo equipo con ganas, pero inexperto. El mayor presupuesto de la historia del Ayuntamiento, con 77 millones de euros, no es la solución a problemas estructurales como la oferta suficiente de vivienda, el escaso tejido industrial o la mejora de su conectividad con Madrid. Para avanzar en estos desafíos se requiere una mayoría política estable que permita garantizar una acción política sólida, comprometida y valiente en los próximos cuatro años, con presupuestos estables. Tendrán que pactar y dar a su gestión un enfoque más técnico que político. Es necesario moverse en un marco estratégico que defina el corto, medio y largo plazo. La ciudad se lo agradecerá. La oposición sigue en su resaca postelectoral. Tardará muchos años en recuperarse, más aún cuando se mueve en los mismos esquemas que la llevaron a perder el gobierno municipal por una amplia mayoría.
El ámbito geopolítico condicionará el devenir político de España en este nuevo año. A los conflictos bélicos abiertos hay que añadir la celebración de elecciones en 77 países, entre ellos EE. UU., Rusia, India y las nuestras en la UE. La incertidumbre también prevalece en los mercados financieros, en los que se prevén bajadas de los tipos de interés, pero no acompañadas de incrementos en la riqueza nacional y el empleo. El desarrollo de las nuevas tecnologías, como la Inteligencia Artificial (IA), abre una puerta a la esperanza con el contrapeso del cambio de modelo económico. Ante tal panorama, la mejor receta es confiar en nosotros mismos y hacer frente a los desafíos.
6 enero, 2024
En ámbito nacional, todo se resume en la baja calidad de sus representantes políticos que solo buscan un buen sueldo a fin de mes.
En el ámbito capitalino , inexperiencia y cierta prepotencia, sustentada en un protagonismo económico personal.
Y en regional y provincial más de lo mismo, populismo.
Así no se prospera, solo se sobrevive.
6 enero, 2024
España está pidiendo a voz en grito un partido sólido de centro, que aglutine el voto de los socialdemócratas del Psoe y de los liberales en lo económico del PP. Por desgracia, no hay un panel de políticos con convicciones firmes y la vida resuelta, para no depender de la política, que sea capaz de trabajar por el interés general y no estén en el relato de la política instrumental, como afirma el articulista.
De Segovia y Castilla y León mejor no hablar. Es la generación de políticos más pobre que he conocido. En especial en el Psoe con el que hay aquí en Segovia, el tal Aceves, y el gris Tudanca. ! !Qué pena!
Por último, gracias al Sr. Segovia por sus reflexiones serenas y equilibradas. Hoy más que nunca se agradece este tipo de artículos.