Se espera que durante el fin de semana acudan al Real Sitio unas 20.000 personas.
Es una tradición totalmente asentada que, iniciándose el mes de junio, el Real Sitio de San Ildefonso haga un viaje en el tiempo para volver al siglo XVIII, repleto de personajes con la cara empolvada, puñetas en las mangas, grandes pelucas y posturas afectadas. Son decenas los granjeños que entran en el juego para recrear el gigantesco escenario de aquella época de esplendor que ha hecho de la localidad el bello espacio que es hoy.
El tributo se completa con la presencia de centenares de artesanos, también caracterizados, que ofrecen al público todo tipo de productos, enseñan como hacerlos en muchos casos y que llena de olores y colores las calles más céntricas.
Un artesano alfarero enseña a un niño a trabajar el barro.
El reclamo turístico funciona. Se calcula la presencia de unos 20.000 visitantes durante todo el fin de semana y las expectativas se cumplían sobradamente este caluroso sábado en el que ya se ha producido una masiva afluencia de personas, atraídas además por un amplio programa de actividades paralelas en las que no faltan las recreaciones históricas, los conciertos de música y los talleres para niños y adultos.
Como ocurre cada año, los miembros de la Corporación municipal —que apuran su mandato— se han sumado a la celebración y se les puede ver pasear por la localidad ataviados al modo barroco. Todo un viaje en el tiempo.
Diputación
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