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El Hay Festival desembarca en Segovia

La alcaldesa de Segovia, Clara Martín y la directora de Hay Festival Segovia, María Sheila Cremaschi, acompañaban el 8 de septiembre al fotoperiodista Bernardo Pérez en el acto de inauguración de su exposición ‘Compromiso con la realidad’ en las salas del edificio municipal de La Alhóndiga, estreno de las muestras expositivas que marca el desembarco del certamen literario por las calles de Segovia y que continuaba en el Torreón de Lozoya con el montaje Agua en llamas, de Kate Daudy y Sir Konstantin Novoselov  obra ejecutada por el estudio segoviano Vetraria Muñoz de Pablos.

La exposición de la Alhóndiga, para la ocasión rebautizada como  Escenario Gales/Llwyfan Cymrues, supone todo un recorrido por la carrera profesional del autor de algunas de las fotos más icónicas de El País, no en vano, en 45 años de trayectoria, Bernardo Pérez ha cubierto todas las áreas de la información: desde los principales acontecimientos de la transición española, a conflictos internacionales, como los de Oriente Medio, África, Centroamérica, el golpe de estado de la URSS, Oriente y los Balcanes, o acontecimientos deportivos como el rally París-Dakar o los Juegos Olímpicos. Ya por la tarde, Pérez departía con el periodista Aurelio Martín, estrenando el ciclo septembrino de encuentros del Hay que entrará en su apogeo el próximo fin de semana.


Author: Redacción

Acueducto2. Noticias y actualidad de Segovia.

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4 Comments

  1. El volumen de los conciertos, bajito, eh?
    Hay gente que aún tenemos que ir a trabajar para poder vivir.

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    • A algunos os molesta todo. Cuando no hay turismo que si “vaya ciudad que no atrae gente”. Cuando hay no hay actividades culturales que “vaya ciudad más aburrida por no tiene vida” y cuando las hay “el volumen de los conciertos”. Jo, macho, si es que os quejáis por todo, hasta por vivir en una ciudad patrimonio de la humanidad.

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  2. No me quejo de todo.

    Me quejo de que se vulnere la norma y nos hagan oír aquello que no queremos.

    Que en la catedral se celebren misas y se den conciertos de órgano no puede significar que en mi casa, situada en La Lastrilla, se oiga la misa y el órgano a niveles que impiden escuchar la televisión en mi salón o tener una conversación en mi jardín.

    Es un insulto y es inaceptable.

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