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El estímulo del paramecio

George Remi, Hergé, creador del personaje, Tintín (ese si era un periodista como dios manda) lanzaba en 1963 “Las joyas de la Castafiore”, que comienza cuando, generosos, los protagonistas de sus historietas, indignados por la injusticia del hombre, permitían graciosamente que un grupo de gitanos, con sus carromatos, familias y animales trasladaran su campamento desde las inmediaciones de un vertedero hasta un prado de hierba que tenía hasta un río cerca situado delante de su castillo de treinta habitaciones. Buena gente este capitán Haddock y su amigo…

No digo yo que este sea el año en el que hay que gastarse un pastón en crear un Ferial decente en el que instalar, no solo los cacharritos de San Juan y San Pedro, sino para que se use durante todo el año para actividades, muestras, ferias y jolgorios, que para eso ha habido tiempo cuando presumíamos de dinero y la soberbia del gobernante solo estaba empezando a crear el agujero que estamos pagando entre todos. Y lo que te rondaré, morena, que quedan al menos tres años hasta enjugar los pufos que conocemos.

Lo que digo es que soltar a los feriantes, que llevan décadas acudiendo a la cita, en un descampado —ojo, lo que tenían no era mucho mejor pero al menos tenía servicios básicos— en lo que parece una sugerencia, poco menos, de que bajen al río a buscar agua y ya aprovechen para enjuagarse allí el sobaco —si total, son diez días— y que gasten en gasolina para los generadores de electricidad —24 horas al día, toma ciudad medioambiental— buena parte de sus ganancias, amén de un trato enormemente grosero, parece una improvisación inaceptable que además hace dudar que tenga cabida en la normativa municipal y mucho menos para el más permisivo de los inspectores de sanidad.

Por cierto, que el cambio apresurado parece obedecer a las quejas preventivas ante ruidos y molestias de los vecinos de El Palo pasando la bola a los de La Albuera y a que los técnicos de Urbanismo han descubierto cuando se han puesto manos a la obra que la zona en la que se pensó inicialmente tiene severos desniveles y dificultades orográficas. Y lo dicen en marzo. Urbanismo, en su línea.

Ya veremos cómo acaba esto, que hay muchos flecos que cortar aún. Porque esa es otra: la sensación de que las decisiones en el Ayuntamiento se toman del mismo modo que se mueve el paramecio. Por estímulos. Da la apariencia de que la regidora se encontró en su despacho la mañana del miércoles y vio en su agenda que tenía comparecencia mensual en la emisora de más audiencia de la provincia y decidió que era el mejor momento para contar al mundo sus incipientes planes sobre la feria, que no hay cosa que menos guste a nuestros gobernantes que dejar media hora de radio plana. Hay que epatar. Que se vea movimiento aunque todo esté quieto.

Bueno, pues tocó a rebato: citó a los feriantes y les enseñó una vista aérea del terreno sacada de google esa misma mañana y sin una sola línea que marcara parcelas, viales o algo; llamó a los presidentes de las asociaciones de vecinos —a las 9.30 para recibirlos una hora más tarde. Total, sabía de antemano que no iban a dar problemas— y le largó a Dani Muñoz la gran ocurrencia, aunque no fuera más que eso, una idea sin pulir ni valorar su alcance, sin previsiones de servicios, de tráfico, de acceso o de movilidad. Dios proveerá.

Ya le digo que esto no es nuevo, que está en el ADN del Gobierno local. Miré, este jueves contaba la concejala de Cultura que viendo una exposición de Christian Hugo Martín se “encontró” con un sector de un cuadro cuyos colores venían que ni pintados para el logo de Constelación Machado —la estructura que se está creando para conmemorar el centenario de la llegada del poeta a Segovia— y ya está: encarguito al artista y ya hay logo oficial. (Por cierto, me gusta). Si eso es sensible inspiración de la concejala o simple improvisación, ya lo juzga usted, que yo soy muy basto espiritualmente.

Que la ciudad no tiene dinero y que es época de apretarse el cinturón es una certeza pero personalmente no comprendo la política del parche y la chapucilla para salir al paso. Hacer una obra como la de Constitución invirtiendo una tercera parte de lo que se necesitaba gastar en realidad es apostar por que los adoquines cubiertos de asfalto aguanten por lo menos hasta las elecciones sin demostrar que si falla la base, lo que se movía seguirá moviéndose y todo lo que eches encima también. Que arreen los próximos. Anunciar un acuerdo con una Universidad para algo tan sensible como el uso futuro del edificio del Cat cuando no se tienen nada más que buenas palabras es jugar a la lotería, más si tu presunto valedor es un poco tramposo y no te dura en el cargo. Apostar que eres capaz de planificar urbanísticamente o redactar un pliego de autobuses en tiempo y forma cuando no tienes mimbres para dirigir el trabajo, una temeridad. Ofrecer un campo pelado para montar un ferial, pues ya lo está viendo.

Eso sí, creo que Segovia en 2019 va a ser un éxtasis cultural tal que nos hará olvidarnos de todo de golpe. Si creo que hasta van a venir los feriantes todo el año. No le digo más.

Author: Fernando Sanjosé

Segovia (1967). Periodista.

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2 Comments

  1. Eso es por que los feriantes no saben hacer las cosas bien. Si por ejemplo llaman a sus atracciones ‘Guiomaragua’ o ‘Zambranola’ o el ‘tren machadobrujo’, otra gallo les cantara 😉

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  2. Buen símil el de las Joyas de la Castafiore; hay una cultura de Bianca Castafiore, extranjera, fina y de collares de perlas que se la aloja en Moulinsart, y otra cultura local, de calle, de desarrapados, pequeños estudios, que se aloja en descampados.

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