El hoy decaído barrio de San Millán fue, en los mismos días de la repoblación de la ciudad y la tierra, allá por el año 1086, seguramente el más elegante y distinguido de Segovia. En él se asentó la caballería urbana, es decir la nobleza, y por eso se llamó entonces ‘de los Caballeros’ -apelativo que muchos años después, ya repoblada la ciudad amurallada, tomaría el de San Juan. Esta circunstancia explica que allí se construyese la soberbia iglesia románica que es la mejor y más grande de toda la ciudad, y que tomase la advocación de San Millán, el santo patrono de los caballeros castellanos antes de que estos tomasen el patronato de Santiago Apóstol.
A partir de la baja Edad Media, el barrio quedó algo apartado de los centros de poder e industriales, y fue lugar de residencia de familias modestas de artesanos y operarios pañeros, con muy pocos vecinos hidalgos y pudientes en su vecindario, atravesado por el arroyo Clamores, la grande atarjea de los barrios del Mercado, Santo Tomás y Santa Eulalia. Lo que explica su decadencia.
Una decadencia devenida casi en abandono, pues durante los últimos decenios las autoridades municipales apenas han prestado atención y cuidados a tan castizo barrio.
El pasado 14 de mayo, los concejales del grupo municipal VOX Segovia, continuando sus visitas a los barrios de la ciudad, giraron la correspondiente a San Millán, de la mano de varios vecinos.
Pudimos observar un deterioro bastante general de aceras y pavimentos. Y nos llamó la atención el mal estado de los imbornales -los accesos a las alcantarillas-, lo que causa frecuentes avenidas e inundaciones en los días de tormentas. Este ha sido siempre el gran problema del barrio. Atravesado por el Clamores, y situado en la parte más baja de la ciudad, esas avenidas e inundaciones han sido constantes y repetidas desde hace al menos cinco siglos. Por eso hoy, la acción preventiva parece insoslayable.
La canalización y el soterramiento del arroyo Clamores, allá por el 1963, si bien sirvió para ahorrar los malos olores a los vecinos, y avenidas incontroladas, no ha acabado con ese problema de aguas. De hecho, en el Ayuntamiento sabemos del mal estado de las bóvedas que lo cubren, en varios puntos. Hace dos o tres años, el hundimiento de esa bóveda bajo un edificio se tragó una furgoneta y un turismo, nada menos. Cualquier día podría repetirse la desgracia. Es preciso actuar cuanto antes, y si el importe de las obras que hay que realizar -tenemos oído que serían más de cuatro millones de euros-, excede a las posibilidades del presupuesto municipal, habrá que pedir ayudas al Gobierno -la Confederación Hidrográfica del Duero- y a la Junta de Castilla y León. Cuanto antes.
El segundo problema grande que tiene el barrio es que, aunque está dotado de varios accesos, solo cuenta con una calle de salida, la calle de San Millán. Que, por eso, está muy cargada de tráfico de vehículos, por no decir atiborrada. Los vecinos que residen en los aledaños viven como sobre una autopista -y a veces como sobre un circuito de carreras de coches-.
Otro de los asuntos que preocupa al barrio es el del acceso a la ciudad alta o intramuros. La gran pendiente que separa ambos barrios dificulta ese acceso. Por eso el anterior Ayuntamiento proyectó un ascensor, por cierto, francamente ofensivo para el paisaje urbano de una Ciudad Patrimonio. Por eso el actual Ayuntamiento proyecta unas escaleras mecánicas hacia el Paseo del Salón de Isabel II y calle de la Luna -que tampoco serán bonitas precisamente, y que presentarán problemas de mantenimiento-, o bien integrar ascensores en el proyectado aparcamiento que se quiere hacer hacia el paseo de los Tilos, en los taludes de ese Paseo del Salón. Un proyecto que suscita grande oposición, entre los vecinos y entre los demás grupos políticos.
Nosotros hemos visto ‘in situ’ que existe una tercera opción: la de abrir un portillo con un túnel en ese muro del talud de los jardines del Salón, que, pasando por debajo de las escaleras y de la muralla, llegue hasta un ascensor que facilite la subida hasta la plazuela de la Alhóndiga, o sea a la Calle Real: una idea muy práctica, mucho más barata y mucho más respetuosa con el paisaje urbano. No sería mala cosa que arquitectos e ingenieros evaluasen esta alternativa.
La posterior reunión, muy grata, con los dirigentes de la Asociación de Vecinos de San Millán, los nuevos y los pasados, resultó también fructífera. La Asociación necesita imperiosamente de nuevos locales para desarrollar como debe sus actividades. El local que más conviene para ello es el antiguo Centro Cívico, cerrado, sito en la avenida de Fernández Ladreda o del Acueducto nº 28.
El orden público, aunque ha mejorado últimamente, está resentido en el barrio. El trapicheo de drogas se hace bien a las claras en algunas viviendas del barrio, hay una casa que ya ha pasado a llamarse ‘la casa okupa’, y son frecuentes las peleas de jovenzanos en la plazuela de la Pirámide -que no queda cerrada al atardecer, como estaba previsto-. La labor de la policía de barrio -que debiera patrullar a pie- se echa de menos.
En la aledaña cancha deportiva, no hay orden ni concierto. El primero que llega la ocupa para sus prácticas deportivas, la mayor parte vienen de otros barrios, y el resultado es que los niños y menores del propio barrio se quedan sin poder acceder a ella.
A estas carencias se suman otras muchas. La iluminación escasea en algunos puntos, en otros está tapada por las ramas de los árboles, que apenas se podan desde hace años. Es necesario colocar un w.c. en la zona de la Pirámide, para evitar que los asistentes orinen tanto por sus aledaños. Falta mobiliario urbano, incluso alguna marquesina de parada de autobús urbano en algún punto… Et sic de ceteris…
26 mayo, 2024
Su lema y el de sus amigos del PP es bajar los impuestos, cuando se bajan impuestos hay que recortar en servicios y obras públicas. En su partido hay gente con muchas pelas así que un poquito de patriotismo y hagan una buena obra.
26 mayo, 2024
Recortar servicios, obras públicas …. o recortar en gastos inútiles y repetitivos. Se trata de imaginar que es la economía de tu casa y no gastar en sandeces que no aportan nada al desarrollo de la ciudad
26 mayo, 2024
Amigo Patriotismo, de los comentarios se esperan algunos argumentos, no lugares comunes y falsos. Además, ya sabemos que una parte de los impuestos está sirviendo para pagar un gobierno repleto de ministros inútiles, los viajes del Falcon, la millonada de los rescates a los amigos de la mujer del presidente, los contratos millonarios en RTVE, campañas de publicidad institucional y un largo etcétera. Por otro lado, si un miembro del Ayuntamiento se está preocupando por un barrio deprimido, no me parece normal que salga por peteneras. Como en todos los aspectos, no es el qué, que no les importa, sino el quién. Si eso mismo lo dijera un socialcomunista, diría que muy bien, que hay que mirar por los barrios, pero si lo dice uno de Vox, que lo paguen ellos. Eso es coherencia.
26 mayo, 2024
Todo lo que usted quiera pero los con los impuestos se pagan obras. Si VOX quiere que se arregle el barrio y está en contra de los impuestos ¿cómo lo hacemos?
27 mayo, 2024
Sólo hay dos formas de cuadrar el presupuesto:
– Subiendo impuestos.
– Recortando gastos.
No se quieren subir impuestos (y yo tampoco quiero que los suban). La conclusión es sencilla.
26 mayo, 2024
Actualmente con los impuestos se pagan los pingües sueldos de los miles y miles de políticos que tenemos en España , duplicando y triplicando Parlamentos, Autonomías y mamandurrias varias.
También se Dan paguitas a gente que no da un palo al agua y está en edad laboral.
Las obras, las reformas y el mantenimiento de los barrios pasan a un segundo o tercer plano.
28 mayo, 2024
Populista y nostálgico como siempre
Lo que necesita actualmente, y sin dilación, el barrio de San Millán es el ascensor proyectado en su día, con un diseño que minimice el impacto visual, algo fácilmente realizable.
28 mayo, 2024
Páguelo usted, Marqués capitalista, y el parking.