El Ayuntamiento albergó además un sencillo acto en el que la doctora, Concepción Manrique, superviviente de la enfermedad, se encargó de leer el manifiesto en el que hizo hincapié en la alta incidencia de la enfermedad en la población, cada vez en un arco de edad más grande, con afectadas a edades cada vez más tempranas y también en mujeres ancianas para las que las pruebas de prevención precoz mediante mamografías se tornan imprescindibles .
Manrique hizo referencia a su propio ejemplo, una forma sumamente agresiva del cáncer de mama con bajo índice de supervivencia diagnosticado a los 36 años pero a la que venció finalmente lo que le llevó a lanzar ánimos a otras afectadas porque “De esto se sale”.
Recordó igualmente el programa que la aecc tiene en marcha para este tipo de cáncer bajo el lema “Mucho por vivir” y coincidió con la presidenta de la asociación, Ana Sanjosé, en que mientras se están produciendo grandes avances en prevención, detección precoz y tratamientos, “hay una tercera pata que aún no hemos resuelto”.
La parte social del cáncer de mama.
Sanjosé incidió en este sentido en las secuelas “físicas y laborales” que deja la enfermedad y que dificulta la “vuelta a la normalidad” de las mujeres tras el tratamiento para vencer la enfermedad. “Hay una parte social, secuelas en la vida de esas mujeres a las que se les cae abajo su mundo física, anímica y laboralmente sobre la que también hemos de concienciarnos y trabajar para evitar que sigan ocurriendo”.
El servicio de ginecología oncológica del hospital de Segovia diagnostico durante el año pasado un total de 89 nuevos casos de cáncer de mama, de los cuales, más de la mitad (el 51%) se detectaron en estadios iniciales de la enfermedad, gracias a la realización, cada vez mayor, de pruebas preventivas a mujeres.
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