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El juez inhabilita por 18 meses a un veterinario que maltrató a su perro

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Marconi, felizmente recuperado.

El juzgado de lo penal número 1 de Segovia ha condenado por maltrato animal a un veterinario de Segovia, G.A.R. a cuatro meses y quince de días de cárcel (que no cumplirá al carecer de antecedentes) así como a 18 meses de inhabilitación especial “para el ejercicio de profesión, oficio o comercio que tenga relación con los animales”. También GAR deberá indemnizar a la Asociación para la Defensa de los Animales de Segovia con 854€, además del abono de las costas, incluidas las de la acusación particular. La decisión no es firme y contra ella cabe interponer recurso.

Los hechos se remontan a 2009. Según la sentencia que ha publicado en su blog la Protectora de Animales, el juez considera probado que GAR, de profesión veterinario y de 58 años de edad, metió en un saco a Canelo, un podenco andaluz, después de que tras un atropello el can resultara malherido. Atando el saco con un nudo corredizo, el veterinario lo depositó  “en un contenedor de cadáveres de una explotación ganadera de porcino sita en el paraje del Campillo de Torremilanos, próxima a las confluencias de las carreteras N-110 y SG-313, aumentando y prolongando con ello el sufrimiento del animal”, dice la sentencia.

Sobre las 17.30 h del mismo día, D. H. P., ganadero y principal testigo en este caso, al acercarse al contenedor, se percató de un saco con sangre con algo dentro que se movía, procediendo a abrir, encontrándose con Canelo muy malherido, dando aviso a la policía local. El animal, “deshidratado, sangrando y gimiendo”,  según el principal testigo de cargo, fue trasladado sobre las 19:30 h a la Clínica Veterinaria de Segovia donde se apreció que presentaba múltiples contusiones por todo el cuerpo, hipotermia, deshidratación, exoftalmia y prolapso de iris del ojo izquierdo y pérdida relativa de consciencia. El animal pasó por quirófano y hubo que extirparle un ojo, permaneciendo tres días en la clínica y pasando después a la Protectora de Animales, donde mejoró y fue adoptado. “Si no hubiera sido auxiliado por terceras personas el herido can hubiera muerto desangrado u asfixiado en breve plazo o en cualquier caso incinerado vivo dentro de la bolsa, dado que la los cadáveres se depositan en contenedores que se destinan a la incineración sin ulterior comprobación”, explica el juez en su sentencia.

Adoptado, aunque tuerto de un ojo y con el nuevo nombre de Marconi (en honor al famoso científico, igualmente tuerto), Canelo disfruta actualmente de una segunda vida en su familia de adopción.

Author: Redacción

Acueducto2. Noticias y actualidad de Segovia.

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