Dos Guardia Civiles se abrazan entre sollozos en la Plaza Mayor.
El motorista de la Guardia Civil, Mario Álamo Asenjo, que falleció el jueves en el accidente de tráfico que sufrió en acto de servicio ha sido enterrado hoy en el cementerio Santo Ángel de la Guarda, después de un emotivo funeral celebrado en la iglesia de San Miguel de la capital, donde ha sido despedido por sus familiares, amigos, compañeros y autoridades civiles y policiales.
El féretro, portado por los compañeros del fallecido.
El féretro, portado a hombros de sus compañeros, fue recibido a la puertas del templo con el himno nacional mientras los Guardia Civiles permanecían formados junto a la iglesia, también tras la ceremonia religiosa, cuando la banda interpretó la marcha “Adiós Polilla” —el término alude los alumnos de la Escuela de la Guardias Jóvenes—, además de “La muerte no es el final” y el himno de la Guardia Civil para despedir el féretro.
En el mismo acto se dieron cita el Director General de la Guardia Civil, Arsenio Fernández de Mesa, la delegada del Gobierno en la Región, María José Salgueiro, la directora general de Tráfico, María Seguí, los diputados nacionales por Segovia o el presidente de la Diputación provincial, Francisco Vázquez, entre otras autoridades civiles, además de mandos del Instituto.
Parte del público que se congregó cerca del templo durante el funeral.
En el lugar se escucharon algunos gritos de “Viva la Guardia Civil” procedentes del numeroso público que se sumó a la despedida del joven guardia, al que le fue impuesta la medalla al Mérito con distintivo blanco a título póstumo.
El canciller del Obispado, Ángel María Frechel, que ofició el funeral, elogió el espíritu de sacrificio y servicio del agente y subrayó que su muerte se produjo “ayudando a los demás, como hace la Guardia Civil”.
Mario Álamo Asenjo, natural de Segovia, sufrió un accidente durante la mañana del jueves, cuando, en acto de servicio, transitaba por las “curvas del Caloco”, en la Nacional VI, en término de El Espinar y perdió el control del vehículo saliéndose de la vía y golpeándose con una señal, un impacto que le causó la muerte en el acto. El fallecido, de 31 años, ingresó en la Escuela de Guardia Jóvenes en 2004 y estaba adscrito al destacamento de Villacastín desde 2008.
El accidente que segó su vida es el segundo de características similares que se produce en el último trimestre. En junio pasado, un motorista de la Policía Nacional falleció también en accidente mientras trabajaba en La Granja.
Guardis Civiles, formados ante la iglesia de San Miguel.
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