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Petro masculinidad y fascismo fósil

Alerta para lectores con intolerancias: este es un producto socialdemócrata, pero al tratarse de una columna creativa, las intolerancias más severas pueden encontrar trazas de comunismo e incluso fascismo. 

El sol del otoño madrileño calienta por fuera pero no descongela por dentro, como un microondas viejo que llena de luz y ruido la ciudad, especialmente aquí, en el Círculo de Bellas Artes, la esquina donde se cruzan el reflejo de París con el de Nueva York. Huyendo de los turistas, de García Ortiz y de un frío que convierte las calles en el pasillo de los yogures, ayer sábado me metí en la expo de Martín Chirino.

También hay una del petróleo, comentan en la taquilla. 

– ¿Del petróleo?, ¿gratis por ser profesor?, ¿periodista?, ¿empleado de Repsol?… es que el arte gratis se entiende más fácil.   

Unas cuantas fotos de cuando Burgos soñó ser el reflejo de Texas, y al grano: La petromasculinidad, un sistema de creencias y comportamientos en el que el hombre blanco heteronormativo ejerce su dominio autoritario sobre el territorio, la naturaleza y la feminidad, porque es el dueño de la producción y el consumo del petróleo, dando como resultado, el fascismo fósil. Vamos, que el petróleo es facha. 

Obvia la expo que el petróleo fue el fuego que Prometeo robó a los dioses, el que hizo que bailásemos por las noches y que ahora, el daño medioambiental es, solo los ignorantes lo niegan, la Caja de Pandora que liberará todos los males si no paramos el baile. Obvia también la mirada histórica. La portada de “The Times” de 1894 predecía que en 1930 las calles de Londres estarían enterradas bajo estiércol. Esta gran mierda no se solucionó con ideología, sino con la tecnología del compostaje y la aparición de nuevas formas de transporte. A T.S. Elliot le preguntaron por ello al llegar a Londres y dijo: el futuro se esconde en el pasado.  

Gran profusión en las enfermas sociedades árabes, pero ninguna alusión al “petrocomunismo”. Y no hace falta ir a la Historia. Basta con leer la prensa sobre Rusia o Venezuela. El petróleo construye países y destruye sociedades. El petróleo sirve para acelerar o para frenar el desarrollo. La Pachamama te lo da sin manual. 

Un buen espacio dedicado a la parte folclórica que abala la tesis de la petromasculinidad. A la colonia Mach-Eau, presentada por Ford junto a la versión eléctrica de su legendario modelo Mustang. Un perfume con olor a petróleo para conducir un eléctrico. Cuenta también el Proyecto de Ley del partido “Francia Insumisa” para prohibir las barbacoas por machistas (y eso que allí no hay chistorras). Terminan poniendo, prometo que es así, cuatro fotos seguidas: Mussolini en un tanque, Franco en un camión, Trump en un avión y Abascal en un tractor.  50 años después, Franco vive a propósito dentro de tu depósito. Ten un dictador en tu motor. Su blanco culo en tu asiento de copiloto para alcanzar el pleonasmo del franquismo fósil. Sutiles de cojones. Vale llamar facha a Abascal porque vive de eso desde hace 30 años, pero ¿qué culpa tendrá un tractor? Prueben a poner a Greta Thunberg a arar con un pony con flequillo y le saldrá trigo con masa madre.  Prejuicios morales, que es una cosa social. Otra cosa es lo personal, pero eso ya es ética. Yo tengo un Fiat 500 y una scoter y Abascal un Jeep Commander y una BMW bobber, que gastan más que Paquita en El Corte Inglés. Distinta masculinidad. 

Oportunidad perdida para haber contado una metáfora sobre las transiciones. Cualquiera de ellas, energética, ecológica o democrática, que aspire al éxito, necesita la integración de la parte a transitar. Igual que el franquismo se metió hace 50 años en los partidos de la democracia, las petroleras se meterán en las renovables y compostarán el carbono como la democracia compostó el franquismo. Eso sí, es un proceso lento. Ya lo ven. Eché también de menos la anécdota del entierro de Fidel Castro, reveladora de que el petróleo también puede ser un arma contra las dictaduras, cuando se le acaba la gasolina a su coche soviético a cien metros del cementerio y tienen que empujarlo unos funcionarios funerarios. Eso pasó. O preguntarse si los generadores de los hospitales o las ambulancias y los bomberos usaron aloe vera durante el apagón eléctrico. Poco pasó.

Esto no importa, porque este pozo ideológico lo ha descubierto Cara Dagget, que no es ingeniera, es politóloga y experta en feminismo, defensora de las minorías oprimidas desde la elitista Harvard, para provocar a sus ricos wokestudiantes. 

Recuerde esto cada vez que alguien le pregunte por qué ha ganado Trump. Cada vez hay más gente pobre harta de que gente rica le llame fascista. Así es la ultraizquierda woke identitaria, parece budista pero lo que hace es vudú con el fascismo. Lo ve en todas partes y se lo clava a los demás. Lo ve en Disney, en Rosalía, en Pablo Motos y ahora también en una Berlingo. No te desprecian por ser facha, te llaman facha para despreciarte. Lo que hacía Franco con los rojos. Con la gran diferencia, seamos justos, de que el dictador los mataba luego. 

Lo malo es que esta contaminante “ideaca” no se ha quedado colgada en la pared de un museo. Ha saltado a la política para construir muro. Todo suma para el enfrentamiento. Podemos convocó una rueda el 7 de noviembre para exigir la nacionalización de Repsol. Por nazi. 

Me imagino la Asamblea de estrategia de Podemos de 9.01 a 9.06 de la mañana en la cocina buscando un caso para que les hagan casito. 

-Que he pensado que lo más urgente es nacionalizar Repsol.

– ¿Y lo de la vivienda? Hay gente que dice que es importante. 

-Desde lo del chalé nos han cancelado. 

 – ¿Y lo del feminismo? 

-Desde lo de la Ley…por no hablar de “Mone”. 

-Pues a por Repsol. ¿Se lo dices tú a Ione?

-Pero los obreros que tienen un diésel viejo no deberían pagar las facturas de la transición. Porque si todo es fascismo, nada es fascismo. Lo he oído en Europa. 

-Y si nada lo es, todo lo puede ser. Dale una vuelta. 

– ¿Y los trabajadores de Repsol? Mira que están viendo la forma de parar el baile sin que acabe la fiesta, ¿no es un poco como echar la culpa de fumar al estanco?

-Fascistas todos, los de los despachos y los del mono y la bata, también. La industria es más facha que la empresa. Son más machistas.  Por eso les pagan más.

-No sé. A veces pienso que hemos perdido frescura. Estamos demasiado amargados. Hemos aprendido a cabalgar contradicciones, pero no a domar solemnidades. ¿Recuerdas aquella noche en la cabaña de Valsaín?,¿lo de que, en política, pierde el que se enfada?, ¿lo del partido del amor?

-Pero eso era para encontrar el amor. Pero ahora alguien tiene que parar la fiesta. Anda, vete que tienes el Tesla al ralentí. No vayas a perder el avión.  

-Pues mi chófer dice que la tradición es lo mismo que la evolución porque descarta lo peor y se queda con lo mejor. Y que no se evoluciona rompiendo la evolución y que la tolerancia es la conclusión de la inteligencia. 

– ¡Será fascista!

-Dice que es socialdemócrata. 

-Pues eso. 

Otro día hablamos del Fiscal. Por no sentenciar sin sentencia.


4 Comments

  1. Eso es, otro día nos habla del fiscal condenado. Y de Maduro y su petromasculinidad, que ese sí que tiene petróleo a espuertas…

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  2. La de vueltas que tiene que dar para no hablar de los dictadorzuelos, chorizos, corruptos y puteros de su Psoe.

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  3. Pablo Iglesias: Los chats de Telegram, del “azotaría a Mariló Montero hasta que sangrase” a “soy un macho alfa” https://share.google/D3olKL9PPgNSZbYRe

    ¿De este individuo no dices nada en tu artículo Gonzalo? ¿Qué te parece su masculinidad queriendo azotar a una mujer hasta que sangre?

    Venga, también puedes hablarnos de los socialistas Koldo y Ábalos y cómo se repartían las señoritas de compañía. Si quieres te pongo enlace al vídeo con los audios. ¿Es esa masculinidad la correcta señor Gonzalo?

    ¿Por qué no hablas de ellos?

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