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La protesta eficaz

Sigo con interés y preocupación las tensas protestas que se están produciendo en Burgos a partir de la oposición vecinal a un proyecto municipal de calado en una vía medular de la ciudad, la calle Vitoria, a su paso por el barrio de Gamonal, con largo historial de luchas (y victorias, como la que en 2005 tiró otro aparcamiento subterráneo) contra los planes urbanísticos del Consistorio.

La información de urgencia apunta a que ese es un proyecto que en principio persiguen los dos partidos mayoritarios en el Ayuntamiento, PP y PSOE, desde hace años, aunque claro, cada uno con sus matices, tantos que jamás encontrarán un proyecto en el que coincidir, mientras que los partidos minoritarios (UPyD e IU) se oponen. ¡Leche! Cómo me suena esto al aparcamiento ese del Salón.

Los resultados de los vistazos a hemerotecas apuntan a un proyecto tramitado políticamente en el Consistorio siguiendo los pasos habituales en un hemiciclo en el que el PP goza de una cómoda mayoría absoluta y en el que se ha escenificado la participación ciudadana en la vida municipal dando prácticamente todo el derecho de representación al consejo de barrio, obviamente cercano a las tesis del Gobierno burgalés. ¡Cáscaras! ¿Por qué me viene a la cabeza ahora la calle José Zorrilla?

Una lectura a las informaciones más recientes da cuenta de la presencia de grupos radicales, pero de la tierra —lo del “turismo manifestante” no cuela— que al parecer son los que se han encargado de endurecer hasta la violencia la protesta y de convencer a buena parte del personal que estaba por allí de que esta pelea por un bulevar es en realidad la espita ideal para soltar tantas rabias generadas durante años por la situación económica y la degradación de la política.

Esto no me recuerda a nada ocurrido hasta ahora en Segovia pero, ojo, que visto lo visto. Mira que si los que no quieren que se cierre Daoíz —creo que hay 172 firmas y una protesta ante el Procurador del común— se ponen a organizar protestas y la cosa se complica y…

Soy un exagerado, lo sé. Pero mire, que no soy el único que quiere hacer comparaciones excesivas con la ciudad del Cid (siempre quise decir esto para hablar de Burgos), que me he encontrado el mensaje de Arahuetes en Facebook donde establece comparación, hasta en el precio, entre el proyecto de Gamonal y el Palacio de Congresos de Segovia, el de La Faisanera.

Vale. Bien traído. Es tiempo de cuestionar desde la oposición cualquier actuación urbanística invocando las necesidades de inversión que existen en otros departamentos: Es cómodo, fácil de escenificar y bien acogido por el personal en estos tiempos. (Seguro que lo pone en cualquier manual del perfecto político).

Lo que me inquieta es cuando llega al final, empuña las 13.131 firmas que dice que recaudó en aquella histriónica campaña que encabezó contra el proyecto de la Diputación y la Junta, lamenta que su repercusión fuera escasa, más si se establece comparación con el aparato mediático logrado por los cinco días de violencia y destrozos en Burgos y acaba preguntándose si “¿Tendremos que hacer lo mismo en Segovia para que funcione la democracia y nos escuchen?”

Vamos a ver… Que alguien me diga que la reflexión, que corresponde a un cargo electo, no está poniendo en duda el funcionamiento y efectividad de los mecanismos democráticos, como la recogida y presentación de firmas ciudadanas y de paso, mencionando ejemplos concretos de la “efectividad” que por el contrario, proporciona la confrontación activa, incluso violenta y en la calle.

Si. Espero que alguien me lo diga. O que por lo menos se lo diga a él, si es posible, con dureza, que ese juego es peligroso. De moemnto no he visto una gran reacción en las redes tras la nueva divagación del regidor, así que, al menos esta noche, no preveo que las antorchas se enciendan en las puertas de La Faisanera. Ya veremos.

No me malinterprete. Me gusta, reclamo, que el personal defienda lo suyo, pelee para defender sus derechos y si el suyo es el sentir mayoritario, se imponga a cualquier capricho o interés político.

De hecho, digo yo que lo que hacía el regidor en la página social de marras era solo quejarse de la aparente indolencia que mostramos los segovianos, poco amigos de protestar por casi nada, no sea que encima nos quiten algo más.

Fíjese. Ni nos escandalizamos cuando un alcalde escribe estas cosas…

Author: Fernando Sanjosé

Segovia (1967). Periodista.

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