Cámara del Alto del León a las 21:00. Abajo, caravana cruzando San Rafael en las primeras horas (minutos) posteriores al fin del Estado de Alarma.
No se cumplieron las previsiones y el primer día de “nueva normalidad” no generó ningún tipo de colapso en las carreteras segovianas. Al contrario “menos gente de la prevista”, explicaba Javier Figueredo, alcalde de El Espinar. Las cámaras de la DGT, tanto el Alto del León como en Navacerrada le dan la razón. A las 21 horas, que en cualquier domingo del año estarían atestadas de vehículos, las cámaras mostraban un aspecto desangelado.
Y eso que el “la nueva normalidad” empezó con susto. Medianoche en San Rafael y una hilera de coches cruzaba la travesía. El peaje de los túneles, con colas. Detalles que invitaban a pensar en una “invasión en toda la regla” en Segovia, especialmente de madrileños llegados a pasar el día. Fue un momento puntual, probablemente, gente que aprovechó los primeros instantes de desconfinamiento para darse un garbeo, porque lo cierto es que el domingo fue, tanto en el alfoz como en Segovia capital, un día soso. Muy lejos de los “tres turnos” para el cochinillo en los “templos” locales.
Hace también que los citados “templos”, Cándido, José María, siguen cerrados, aplazando su apertura para esta semana y primeros días de julio. En cualquier caso las expectativas siguen altas. Las reservas en el turismo rural garantizan un verano anómalo para bien. Generalmente, la temporada alta en el sector y en Segovia es la primavera y el otoño, siendo los destino de “sol y playa” los preferidos para los meses estivales. Este año no. Las agendas de reservas son ya considerables, al tiempo que en los pueblos admiten que “hay un incremento y sobre todo un adelanto de los veraneantes, la gente que viene cada verano, este año esperamos más y durante más tiempo”, explicaba Figueredo.
En la plaza del Azoguejo, en la terraza de la heladería, un cartel reza “Madrileños sed bienvenidos”. Atrás quedan, cuando en lo peor del covid19 las acusaciones de “madrileños irresponsables” menudeaban en las redes, con “reyertas virtuales” en redes entre residentes y foráneos, las más de las veces, “hijos del pueblo”. Clara Luquero, en sintonía con los alcaldes y responsables turísticos de los habituales polos de atracción del turismo madrileño, abolía cualquier atisbo de madrileñofobia y, en su lugar, lanzaba un amistoso cántico: “Bienvenidos madrileños”. Y es que los ayer denostados madrileños son ahora la tabla de salvación para un sector y una provincia, que más que nunca, depende de ellos.
Diputación
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Como se nota que los asustadores no viven del turismo, comercio, y servicios.
Anda que si les recortan los sueldos o las pensiones.
22 junio, 2020
O sí amigo, la prohibición de cambiar de provincia vino de la mano con cerrar los establecimientos que viven del turismo, no había necesidad de que viniera gente de una cuidad foco de contagio sin causa justificada como ha ocurrido, esto no aporta más dinero
23 junio, 2020
Si soy madrileño y tengo segunda vivienda en la provincia de Segovia y pago el doble de impuestos que en Madrid por un piso de la mitad de tamaño.
Y lo del contagio no pudo ser al contrario que nos contagiaran a los madrileños los segovianos que vienen a Madrid al teatro,al cine, a trabajar a Madrid y aqui se acoge bien a todos los ciudadanos y no condenamos ni pedimos el DNI a nadie proceda de donde proceda.
22 junio, 2020
Del “que no vengan” al “que vengan” no debería importar si no se hubieran puesto todos los huevos en la misma cesta y se aprende de una vez por todas el viejo dicho. Potenciar otras fuentes de producción y amplíar los servicio sanitarios que es lo que no ha enseñado esta situación. Ya se han acabado los avisos.