Estamos en plena temporada, ya lo sé. No hace falta que me lo diga. Pero hoy estoy aquí para otra cosa. Para aclarar ciertas cosas. Entre ellas el buenísimo y la caza.
En este negocio no somos todos santos. Es más, hay más diablos, en distintos grados, que Ángeles, Arcángeles, Serafines, Querubines y Tronos. Dicho esto, quisiera clarificar un par de cosas.
No soy un asesino porque mate unos conejos. Es más, intuyo que de no ser por cierto control cinegético ciertas especies pasarían a plaga y posiblemente a epidemia algunas de sus enfermedades.
De otras especies, cuyo censo demográfico cae en picado, somos los mayores valedores y defensores. No se le olvide, señor buenista, que yo disfruto en el campo, según usted matando (lo que es correcto, pero no lo único) y según yo cazando (cuando quiera hablamos y debatimos la diferencia).
Ahora bien, estimado buenista, yo me gasto todos los años cerca de 500 euros (y soy de los pobres) pagando tasas, licencias y tarjetas de coto, para que, llegado el momento, administración (que vive de espaldas a todo imponiendo normas absurdas en algunos casos en la caza menor) y propietarios de terrenos, me dejen salir al campo. Yo, buenista, defiendo las perdices y conejos por que los quiero matar. Correcto. Pero en mi defensa te digo que también defiendo a la vez el ecosistema del alcaraván, sisón, avutarda, erizo, culebra escalera,…. ¿sigo?
Y digo yo. Aparte de insultarme en las redes sociales cuando pongo una fotografía de una percha con piezas cazadas legalmente en cuanto a cupos y fechas, ¿qué haces tú y cuánto te gastas en la defensa de eso que tanto amas?
La última que tuve que aguantar en un bar es a uno comparándome el matar a un conejo de monte con un humano que pasea por el campo, para llegar a la conclusión de que soy asesino; ¿a qué suena absurdo?, pues eso.
Por eso, porque no somos asesinos, porque nos gusta el campo con vida igual o más que a ti, (quizá haces tu más daño andando por montes y carrascas a destiempo y jodiendo puestas y camadas de animales “que amas” y a los que molestas cuando te debías haber quedado en tu casa, leyendo al doctor Rodríguez de la Fuente) hago esta entrada. Porque estoy aburrido de tu buenísimo. Cómprate tú y unos cuantos los derechos de un coto y prohíbe cazar, persigue a los furtivos y haz comprender a los agricultores y sus artes y costumbres y luego me das lecciones de conservar la naturaleza. Cuando pongas el bolsillo.
Y es que Disney ha hecho mucho daño.















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