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Soñando Segovia: necesitamos trampantojos

La arquitectura del feísmo, en el siglo XX, despersonalizó las ciudades europeas y las igualó en una simpleza de líneas rectas y materiales de mala calidad, sin valorar la necesidad humana de la belleza y la cálida acogida, destruyendo a veces un patrimonio hermoso por barriadas inhumanas y ‘hormigueros’ horribles.

En Segovia, la arquitectura feísta pura y dura no ha tenido apenas implantación, quiero decir desde un punto de vista doctrinal. Pero sí en la práctica. No cabe duda de que, tanto la capital como nuestros pueblos, se han hecho más feos en los últimos sesenta años. Porque desde el ‘boom’ económico del franquismo desarrollista -a partir de 1960- se han venido autorizando por doquier, edificaciones caprichosas y muchas veces muy feas, bien siguiendo la moda y estilo del momento -modas y estilos tantas veces feas-, o bien por las circunstancias económicas que obligaron a utilizar materiales de poca calidad, o bien por la indolencia de propietarios, promotores y arquitectos.

El caso no es particular de Segovia, no: se ha dado en toda España a partir de la época dicha. Todas nuestras capitales, en todos sus barrios modernos, son iguales. A veces uno se sitúa en cualquiera de ellos, y no sabe bien si está en La Coruña o en Málaga o en Lérida. En Segovia, basta darse un paseo por la arrasada Santa Eulalia, por San José Obrero o por La Albuera (en la moderna Nueva Segovia, por fortuna, las cosas se hicieron de mejor manera), para hacerse idea del destrozo estético.

En los pueblos y áreas rurales, la cosa ha ido a veces peor: se ha construido por doquier a capricho, y el estilo tradicional de cada región se ha visto gravemente perjudicado por las vulgaridades y los horrores que los municipios han autorizado. Segovia no es la excepción, y hay que decir que nuestros pueblos, con pocas excepciones (Brieva me viene a la cabeza), padecen mucho de ese feísmo y están ya cuajados de feas construcciones.

Para que no se diga que hablo a humo de pajas, pondré dos ejemplos, uno segoviano y el otro foráneo. En Segovia, uno de los parajes que debió de ser de belleza singular, la finca regia de Quitapesares, con su quinta de recreo isabelina, ha sido completamente destrozada por su propietaria, la Excma. Diputación Provincial, a lo largo de los últimos decenios: la quinta ha sido malamente ‘intervenida’ con desacierto, y la hacienda toda se ha llenado de edificios funcionales y feísimos. Fuera de Segovia, recuerdo un pueblo de Toledo, con bello caserío, bella iglesia y bello convento barroco, que cuenta desde hace años con una completa reproducción a escala reducida del Taj Mahal indio, con su pozo de serpientes y todo. En fin: para llorar.
Sería bien curioso formar un catálogo provincial, por supuesto ilustrado, de todas las fealdades y horrores construidos por todas partes de nuestra provincia, sobre todo a partir del desarrollismo franquista. Una vez editado, tendría muchos tomos…

Contrasta todo esto con lo que ocurre en nuestro entorno, incluso ibérico: en Portugal, los pueblos suelen ser bellísimos. Ya no digamos en Francia, en Inglaterra o en Alemania, donde es un placer atravesar las comarcas rurales… Y de Italia no digo nada, porque allí ‘maman’ la belleza desde la cuna, y tienen el ojo habituado a ella. Nuestros vecinos europeos sí que han sabido, hablo en general, mantener el carácter y la estética de sus poblaciones rurales.

Yo sueño conque las autoridades, siempre empeñadas en controlarlo todo y a todos, y en entrometerse cuanto pueden en las vidas de los ciudadanos (como corresponde a una sociedad en la que ha calado hondo la perversa mentalidad socialista del control sobre las personas), tomen algunas medidas para recuperar la belleza de nuestros pueblos y aldeas. Aunque tal medida encaja mal con la no menos perversa mentalidad cortoplacista de nuestros políticos regionales, provinciales y locales.

Pero, además de denunciar estos hechos, debemos ser constructivos -proactivos, que dicen ahora algunos-. Pues está bien, intentémoslo.
La ciudad de Segovia tiene declarado legalmente su carácter monumental, y goza por eso de una especial protección. También la tienen su entorno paisajístico y por ende sus aledaños. Sin embargo, basta darse una vuelta por los caminos que circunvalan su casco amurallado, para observar unas deficiencias estéticas graves.

Me refiero al hecho de que, habiendo crecido en altura todo el caserío de esa área histórica, durante el último medio siglo al que me refiero, por el camino se han dejado sin tratar numerosas paredes y muros medianeros. Todo lo más, y no siempre, se han enfoscado de una manera más o menos discreta. A veces, poco discreta.

Solo dos ejemplos, de las decenas que tengo observados. La medianería de la gran casa del corralillo de San Sebastián que cae por su trasera a la cuesta de San Juan, hiere a la vista desde la cuesta de Padre Claret. Y la gran medianería -esta, sin enfoscar- del antiguo ‘Hotel Sirenas’ (en la imagen), hiere a la vista desde la avenida del Acueducto, junto a la iglesia de San Millán.

Mi propuesta urbanística, que lanzo desde estas páginas, es simple: hay que cubrir y disimular esas feas paredes medianeras, mediante cuidados enlucidos y enfoscados. Y la mejor manera de hacerlo sería cubriéndolas de trampantojos pictóricos. Para ello, el Ayuntamiento bien podría convocar concurso entre los artistas muralistas -los hay muy buenos-, abonando los gastos de pinturas y andamiajes. Con proyecto previo, claro está, porque no se trata de hacer murales ‘originales’ y a capricho, sino trampantojos que disimulen la medianería mediante una escenografía arquitectónica y jardinera. Murales que hagan más bella la ciudad antigua.

Yo creo que, de llevarse a cabo este revoco artístico de las feas medianerías de la ciudad histórica, Segovia se embellecería notablemente, y con costes asumibles. Yo creo que es posible poner algún coto al feísmo segoviano.


Author: Alfonso Ceballos-Escalera y Gila

Doctor en Derecho e Historia. Concejal de Vox en el Ayuntamiento de Segovia.

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4 Comments

  1. Sebúlcor es un claro ejemplo de lo mal que se han hecho las cosas. A la alcaldesa de hace años poco la importaba afear el pueblo con construcciones que no pegaban ni con cola. Y en Tizneros con su mierda de urbanización más de lo mismo.

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  2. Bernuy de Porreros con la Bioclimática otro ejemplo de destrozo urbanístico de un pueblín que era bien chulo.

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  3. No se si cabe alguna contradicción mas entre lo que dices y lo que ejecuto el franquismo y propone su ultra franquista partido: enhorabuena

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  4. le felicito por el articulo, se me viene a la memoria pueblos, que cuidan los hastiales-medianerias de una manera muy bonitas, se me viene a la mente Nava de la Asuncion, o Moraleja de Cuellar, Menciona Usted Brieva, y es cierto que se ha mantenido con una tipologia que no daña a la vista.
    Pero le comento que esto no viene solo. Brieva tuvo una corporacion municipal hace 22 años que redacto unas NUM (NORMAS URBANISTICAS MUNICIPALES), y se preocupo de que se cumplieran.

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