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Obstrucción parlamentaria y crisis de la democracia

Los Boomers, mi generación, asisten entre estupefactos y dolidos al ascenso de Vox entre buena parte de la juventud española. Es algo que se palpa en los institutos y universidades. Y no estamos hablando (o al menos no solo) de ese estereotipo de paletos y pijos con que la prensa progre caricaturiza a los votantes de Abascal. Es la agradable chica de 17, buenas notas y dialogante, que ha comprado el relato anti-inmigración y nacionalista de la extrema derecha. Es el chico cool con tatuajes y el guapo oficial de la clase, además de buen alumno.

Abascal, en Segovia.

Todo fenómeno social es multicausal. Desde estas páginas, Alberto Martín habla con gran razón de la polarización resultante de la irrupción de las redes sociales. Juan Luis Gordo, con la precisión que le caracteriza, habla del desgaste de la izquierda por abandonar -en la práctica-  el ideal de la justicia social. Tienen razón.

Yo me voy a fijar en un tema quizá menor, el obstruccionismo parlamentario y su principal efecto, el descrédito institucional.  Tendemos a generalizar. “Los políticos son todos unos chorizos, unos inútiles que solo viene a medrar”, escucho una y otra y otra vez. Pero claro, pongo la radio, por ejemplo el debate de control al Gobierno, ¿y qué escucho? A dos tipos enzarzados en un bucle de insultos recíprocos. Usted sr. X es un mierda, y el Sr. X le dice a Y que el mierda es Y. Así sin solución de continuidad. ¡Ejemplar! Si tuviera que poner un ejemplo de políticos inútiles no se me ocurre nada mejor que este mierdazal por el relato de a ver quién es peor.

¿Qué van a pensar los chavales? Mas por cuanto la política de verdad brilla por su ausencia? El PP obstruye los presupuestos de Sánchez, el PSOE los de Mañueco, Clara Martín las tasas de Mazarías. La política de verdad permanece bloqueada por el obstruccionismo parlamentario. Y los problemas crecen. Una crisis de la vivienda salvaje que se ensaña muy especialmente en los más jóvenes. Un mundo de día en día más convulso y violento con la guerra a las puertas de casa. Problemas ambientales y de mantenimiento de la estructura pública que, a falta de presupuesto, entra en crisis…

Ciertamente el obstruccionismo parlamentario no es nada nuevo. En 1867 se refundaba el Imperio Austrohúngaro, tras la derrota del imperio austríaco por los prusianos. Viena intentó reconfigurarse como una monarquía constitucional federal. Pero eso avivó las tensiones nacionalistas en el puzle étnico de la Europa central y los Balcanes. Los alemanes imponían su lengua a los checos, los húngaros a rumanos y croatas, los rumanos a los húngaros, los checos a los polacos, los croatas a los serbios. Para evitar que desde el gobierno central se pudieran aplicar las leyes de derechos lingüísticos de las minorías, los parlamentos regionales se enzarzaban en pifostios de todo tipo: no dejar hablar a los rivales, tumultos a la hora de votar,  incluso romper las urnas a martillazos, todo con la idea de forzar al presidente de la cámara a suspender la sesión. Obstruccionismo. Y así, los problemas identitarios del imperio se intensificaron hasta que el viejo país, el antiguo Sacro Imperio Romano Germánico, saltó por los aires (entre otras muchas causas, cierto, Dios nos libre del reduccionismo).

Yo creo que el obstruccionismo siempre ha sido un problema de las democracias cuando no hay un bipartidismo fuerte  (especialmente en Estados federales, como Bélgica o España hoy  o Austrohungría ayer, con fuertes minorías nacionalistas y una marcada descentralización). Ante las dificultades de llegar a acuerdos, se imponen los objetivos de partido al interés general.  La bronca, el “y tú más”, sustituye al diálogo. Y entonces acaece el descrédito institucional. Votantes anhelando un líder fuerte que “acabe con todo eso”. Después de todo, la principal ideología es la esperanza de que las cosas mejoren. Pero que no sea un problema nuevo no quiere decir que no sea un problemón que solucionar.

Viendo el triste papelón de los políticos, se entiende que la juventud quiera otra cosa. Cuestión distinta será que los resultados finales no sean otra decepción. Recordemos Podemos y Ciudadanos (o el Procés en Cataluña) y como tras la crisis se atisbaban como esperanzadores fenómenos políticos de renovación democrática, al menos entre sus seguidores. Ubi sun?.  ¿Qué fue de aquel combativo líder con coleta, o el atildado MBA de verbo florido? A mi edad, y considerando que tengo presente la mierda que era el franquismo, uno se resigna a que la democracia sea el menos malo de los sistemas políticos. Pero sinceramente no le puedo pedir esa fe a un chaval que el año que viene votará por primera vez y que está más que harto de la bronca continua que le sirven los medios.


 

Author: Luis Besa

Luis Besa. Periodista,

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9 Comments

  1. Tener de todo menos la razón.
    Obras son amores y no buenas razones.
    Practica usted el invento socialista del “patriotismo constitucional”, muchos jóvenes ya no creen lo que ven sino que ven lo que creen.
    Abuelos y padres de bien les cuentan a sus nietos e hijos, su juventud, su libertad y su alegría de vivir; sin odio en la España que venció al comunismo y al socialismo. Parece que empieza a amanecer.

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    • …para algunos que sueñan con sus tiempos de chupar del bote (hoy jubilados a buen sueldo, pero tocando los huevos y mintiendo a la tictoquera y amodorrada juventud, alguna juventud)

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    • La política actual, es un “cotarro” formado personas que en su gran mayoría no tienen currículum profesional y viven de la política.

      A partir esa premisa, es absurdo pretender que alguien funcione y trabaje pensando en el bien común

      Eso los jóvenes lo detectan y kes asquea.

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    • Los jóvenes de hoy en día no saben lo que es dar un palo al agua al igual que la mayoría de políticos, de ahí que no sean capaces de ver la realidad y vivan en los mundos de Yupi. Hay que ser muy cortito para ir en contra de los intereses que beneficien a los trabajadores, o igual se piensan que van a poder vivir eternamente sin trabajar y por lo tanto sin cotizar

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  2. Jaja, ya que ves cosas invisibles en españita como el comunismo y el socialismo, a ver si ves los 11 millones de euros que tu jefe ha hecho desaparecer a través de Disenso que también parecen invisibles.

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  3. Viendo la curva de población, donde cada vez hay menos jóvenes y más mayores, podría decirse que esto tendría poco recorrido.

    Pero habría que añadir los que se agrupan dentro de eso que en Francia dieron en llamar “lo paga Nicolás”, o sea, trabajadores que pasan horas y horas para sacar su vida adelante, fritos a impuestos que ven que el dinero que ellos no reciben lo tiene gente que no hace absolutamente nada. Y no me estoy refiriendo a inmigrantes, sino a compatriotas que han hecho suyo este estilo de vida.

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  4. Muy buen análisis. ¡Enhorabuena!

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  5. Estimado señor Besa, ni tanto ni tan calvo. Ni llegar a la confrontación gerracivilista ni el pudor a la defensa de los principios. Si algo ha caracterizado a la política en los ultimos 30 años ha sido la renuncia, casi por completo, de los principios liberales y conservadores casi por completo. El surgir de VOX puede que pasara por un grupo de nostálgicos tradicionalistas quejosos de esa desidia del PP avergonzada de su labor de partido de centro-derecha. Pero sólo hay que observar el perfil de VOX en el Congreso con Pepa Millán (30 años), José María Figaredo (37 años) con un discurso directo, firme y realista. Tal profusión han tenido que el PP ha querido poner de portavoz a Ester Muñoz (40 años). No es que la juventud se esté polarizando, quizá sea que están despertando y no se fían ya del engaño de la izquierda ni del centro moderadito y apocado… Para muestra un botón, vean como ayer Vito Quiles arremolinó a cientos o casi miles de jóvenes sin pudor alguno y bandera (la actual, no esa del Águila de San Juan con casi 500 años de historia) llevaban con valentía en el campus de la Universidad Pablo de Olvide de Sevilla. Mejor nos iría a todos con más jóvenes en favor de España que con aquellos en contra de España.

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    • Vito Quiles es un auténtico crack. Gran periodista.Un valiente y un auténtico patriota que ama su país.

      Un tío grande, sí señor. Todo mi apoyo para él.

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