Camino Schmid -la Senda de Schmid- (2)
(Entrada anterior: La Senda de Schmid 1)
Tras lo expuesto en la primera entrega de la Senda Schmid, no nos pararemos a especular sobre qué pensaría Eduardo Schmid del tratamiento dado a ‘su’ camino.
El cómodo recorrido que une el puerto de Navacerrada con el valle de la Fuenfría se señalizó, como hemos indicado, a iniciativa de Eduardo Schmid, patrocinado por la sociedad Peñalara.
La finalidad era hacer de puente entre el chalet de la Fuenfría (1918), en la pradera de los Corralillos, y el de Navacerrada (1927) en más o menos hora y media, salvando la barrera de los Siete Picos.
Tenemos constancia de que, en 1928, la trocha fue arreglada por el batallón de Montaña “Lanzarote nº 9”, perteneciente a la 1ª Brigada de Montaña, entonces de guarnición en Alcalá de Henares, con ocasión de unos ejercicios militares en la Sierra de Guadarrama. En los primeros años del siglo XX eran muy comunes las maniobras en la sierra.
Vamos a describir el recorrido desde el puerto de Navacerrada hacia Cercedilla –ver mapas al final de la entrada-.
No podemos olvidar las muchas ‘Marchas oficiales’ de montaña que se organizaban y organizan en el Guadarrama, en sus variados recorridos, tienen paso obligado por el Camino Schmid. Algunas de ellas comenzaban y comienzan en los albergues que distintas sociedades tienen, algunos aún en uso, en el alto de Navacerrada. Especial recuerdo para la ‘marcha del GRUMBE’ –ver Nota 3-.
La Marcha que organizaba el Grupo de Montaña del Banco de España –Trofeo García Carrasco– (suspendida en 2004), partía del albergue que dicho banco posee en el puerto de Navacerrada.
Según informaciones, en la actualidad, está cerrado a la espera de una remodelación por acuerdo patronal-sindicatos, aunque parece que los compromisos no van por buen camino.
Esta marcha era la primera cita montañera, pasado el verano, de ‘principio de curso’ para los clubes. Congregaba algunos cientos de montañeros de distintos puntos de España.
El recorrido para comenzar la temporada no era pecata minuta: tenía su salida en el citado albergue –Banco de España-, para recorrer el Camino Schmid hasta el chalet de la sociedad RSEA Peñalara en la pradera de Corralillos, en el valle de la Fuenfría (algunas cordadas optaban por seguir la Senda Cospes y llegar al puerto de la Fuenfría para descender por la calzada romana).
Desde este punto -Albergue Peñalara– se emprendía el ascenso al collado de Marichiva para continuar hacia el puerto de la Fuenfría y posteriormente tomar la calzada romana, por las ruinas de Casarás, hasta la fuente de la Reina, cercana a la pradera de la Fuenfría.
Lugar de descanso y refrigerio (Un camión subía, por el camino forestal desde Valsaín, con refrescos para todos los participantes. Recuerdo los primeros años en los que se repartía una buena limonada. Posteriormente se eliminó: soy testigo de que más de uno proseguía el camino viendo los pinos dobles).
Por pista forestal se descendía, pasando por la antigua casa forestal de la Pesca, hasta la fuente de la Canaleja (del Peñon), en el puente de la Cantina sobre el río Eresma.
Terminada la bajada, comenzaba la subida al puerto de los Cotos por el “Camino Viejo del Paular” (actual Sendero de Gran Recorrido GR10-1)
La señalización de la Senda Schmid, con sus exclusivos puntos amarillos en los pinos, hace inconfundible a esta ruta y difícil de perder su trazado.
Actualmente la señalización del camino, desde el puerto de Navacerrada, comienza en la zona baja de la pista de esquí de El Escaparate –plano pistas-, junto al control de acceso a la residencia de Aviación de ‘Los Cogorros’.
Para acceder al lugar, desde el puerto, hay que tomar la pista asfaltada dirección Los Cogorros, ya en la provincia de Segovia –ver mapa-.
La senda discurre siguiendo, aproximadamente, la cota 1800 por la ladera septentrional del Cerro del Telégrafo y la Umbría de Siete Picos.
Al poco de partir se cruza la pista de esquí de El Bosque y el telesilla del mismo nombre. Pista de 711 metros con un desnivel de 170 y calificada como difícil.
En época de funcionamiento de la misma hay que tomar las máximas precauciones a la hora de cruzar.
En suave ascenso pasa por el borde superior de la pradera de Navalusilla, zona más despejada que el pinar que transitamos a cubierto de los rayos solares.
Todo el camino esta surcado por regatos de agua que dan al paraje un agradable frescor.
Las vistas en esta parte del sendero son espectaculares: la visión de los espesos bosques de Valsaín, las panorámicas del macizo de Peñalara – Claveles como telón de fondo o los núcleos de población de Valsaín y el Real Sitio de San Ildefonso de la Granja en el fondo del valle.
Continúa el camino Schmid, por terreno quebrado, hasta encontrarse en la bifurcación con la Senda Cospes.
Desde el arreglo-ensanchamiento-acondicionamiento o ‘mejora para recreo’ de la senda, en el año 2009, al llegar al cruce con la Senda Cospes, que conduce al puerto de la Fuenfría, hay que tener bien clara la orientación -tablas de indicación en un pino- pues los característicos puntos amarillos del Schmid, siguen en ambas direcciones.
En las alturas hemos dejado los riscos que conforman los Siete Picos con sus originales formaciones pétreas, como la Ventana del Diablo o el Cuerno.
Nuestra senda trepa en busca del Collado Ventoso (el Collado de los Vientos de los primeros montañeros). Hemos de ganar algo de altura, desde los 1830 a los 1896 del paso.
Es un corto ascenso que no supone gran esfuerzo, nos separan escasos 400 metros. Hay que estar atentos a la señalización, es menor y la senda está menos pateada que el camino que se dirige al puerto de la Fuenfría.
En el alto nos llama la atención una gran piedra a modo de mojón de coto. Lo es –ver Nota 4-. Cotos que llamaron también la atención de los primeros ‘peñalaros’ y que aparecen en alguna de las tarjetas postales ilustradas que editaba la sociedad a principios del siglo XX (Foto R. González).
¿A quién no le viene a la memoria el famoso cuadro de Goya con un Carlos III en ostentosa posición, mirada fija y borbónica nariz, apoyado en su mosquetón, sobre un fondo campero que bien podría ser cualquiera de los parajes de nuestro entorno?
Estamos ante uno de los mojones del acotado real colocado en 1762, cuando la corona ‘adquirió’ los Montes de Valsaín (en algunos cotos, menos deteriorados, se puede observar corona real y la fecha de deslinde indicada).
Hacemos una matización en la palabra ‘adquisición’, de nuestro despótico e ilustrado rey, pues hay quien piensa, o pensamos, que fue un ‘choriceo’ de todas las tierras, matas y montes que pudo por el Guadarrama y Segovia, pertenecientes a la Comunidad de Ciudad y Tierra de Segovia, la Junta de Nobles Linajes y el Común de la Tierra.
Cuando mandó abrir el paso de Navacerrada, estamos seguros de que su mente pensaba en la facilidad para ejercer su actividad favorita: la caza.
La afición a la caza de Carlos III, está más que probada por estas tierras:
“[…] porque raro era el día que no había cacería”, aunque, en honor a la verdad, hay que decir que era “[…] motivo de fiesta para los pueblos porque se buscaban ojeadores y peones para enseñar veredas, pagando bien los destrozos de los sembrados […]”.
El rey presumía con carros llenos de ‘alimañas’: zorras, lobos… y retornaba pavoneándose hacía el palacio del Real Sitio de San Ildefonso.
Era tal su afán por la caza que, por Real Ordenanza de 1774, se declaraba vedada y acotada para la real recreación y entretenimiento, la caza mayor y menor, aves de volatería y pesca del real bosque de Balsaín.
Pero hay más, junto al bosque se iniciaba un circuito que recorría:
“desde el puerto de Guadarrama” pasando por distintas zonas mesetarias, incluidas las cercanías de Segovia capital, hasta “Torre Val de San Pedro y Navafría, quedando todo dentro del pinar […] y al otro lado de las montañas más”.
Para hacernos una idea del ‘amor’ por los animales que tenía nuestro rey, estas son algunas de las penas que podían recaer sobre los infractores de tal Ordenanza:
“[…] peder los instrumentos (de caza), veinte mil maravedíes de multa y destierro por cuatro años a 10 leguas de los sitios reales y del lugar donde habitase […]”. Si entraban dentro de las matas de Balsaín a matar alguna res: […] por la primera vez le condenaba a ir al presidio de la Habana o Puerto Rico, o uno de los de África, cuatro años y veinte mil maravedíes de multa, si reincidía por tercera vez diez años de presidio y cien azotes”.
El control de los guardas con jueces era total, registraba casas, prohibía cortar leña, sacar bellotas, aprovechar pastos… hasta 41 artículos.
Vamos a lanzar un capote a Carlos III. En favor real diremos que puso sitio a Gibraltar durante 3 años, siete meses y doce días, eso sí, sin éxito ¡qué lo vamos a hacer!
Y otro más, las monedas de 8 maravedíes acuñadas en la CECA segoviana, según algunos expertos, es de la mejor moneda que en su conjunto se ha batido en Europa, gracias a su excelente cobre y mejor grabado
Mapas recorrido:
29 abril, 2015
Don Juan Pedro, sublime entrada. Interesante el tema de los cotos de piedra y preciosa la moneda ¿esta interesado venderla?. En serio, deliciosa entrada.
29 abril, 2015
Gracias, ascendido a ‘Alfil de autovía’ 😉
La moneda no es mía, ya me gustaría, la pille en la Red por su estado, tan a flor de cuño. Saludos, JP