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Ciudadanos bajo el yugo de los bancos

En esta última semana hemos conocido que el BBVA ha logrado en 2022 un beneficio récord de 6.420 millones de euros, un 38 por ciento más que el año anterior; y el Banco de Santander ganó 9.605, su mayor beneficio histórico. En los próximos días se harán públicos los beneficios de Caixa Bank y de otras entidades financieras que operan en nuestro país con mucho éxito económico. Esta noticia a todas las personas de bien debiera causarnos alegría, pues no deja de ser un indicador indirecto de la salud económica de un país. Al fin y al cabo, los servicios financieros son equivalentes en la economía al sistema circulatorio del cuerpo humano. Sin embargo, somos muchos los que hemos sentido una gran tristeza. Y no por los beneficios sino por la calidad del servicio que prestan con un desprecio absoluto al ciudadano medio de nuestro país. Hemos perdido en estos últimos años la categoría de ciudadanos para convertirnos en súbditos de sus intereses económico-financieros. Les interesa su rentabilidad y maximizar beneficios; nosotros las personas, sus clientes, les importamos muy poco. Al menos así se percibe en el día a día si se compara el servicio actual con el que prestaban no hace muchos años.

El acceso hoy a una sucursal bancaria para efectuar una consulta, resolver un problema relacionado con sus servicios o sacar dinero es una tarea arduo difícil. A la necesidad de pedir cita para ser atendido y acomodarse a sus horarios de mañana se une la dificultad de franquear la barrera del personal de puerta. Éste hará todo lo posible por arrastrarte a los denominados cajeros automáticos y evitar un contacto directo con el cada vez más escaso personal del que disponen. La relación con el banco se limita a la banca digital o la interacción con unos cajeros situados en el exterior o en el hall de entrada cada vez más sofisticados y difíciles de utilizar para quien no esté familiarizado con la gestión digital. Hace unos días, una persona de mediana edad requirió mi ayuda un domingo por la mañana cuando paseaba por Vía Roma para que le ayudase a recuperar la tarjeta que un cajero (de difícil manejo) se había tragado al intentar sacar dinero. Tras un largo tiempo de lucha con la máquina, su desesperación e irritación era muy grande, aún mayor a la que en otras ocasiones hemos podido observar en otros clientes al ser atendidos en las oficinas bancarias. Es evidente que hay un problema estructural que va más allá de la brecha tecnológica. La atención al público, o a las personas, deja mucho que desear, aunque hasta hace muy poco los bancos nos estuviesen contando que toda su organización e interés giraba en torno a nuestras necesidades. Puro marketing vacuo.

El problema ya no es sólo la calidad del servicio recibido, sino la desfachatez y el descaro con el que operan. El gestor digital te puede llegar a solicitar un encuentro presencial para intercambiar impresiones y asesorarte en materia financiera —se supone que en este caso tus cuentas están saneadas y gozan de buena salud, de lo contrario será difícil que te llamen— para después reconvertir la reunión, si accedes, en una oferta comercial de sus muchos servicios. No sólo te pedirán que el saldo de tus cuentas corrientes y depósitos los reorientes hacia un Fondo de Inversión, sino que te ofrecerán seguro de coche, de vivienda, o incluso los servicios de mantenimiento o la instalación de placas solares para tu comunidad o vivienda unifamiliar.  De la eliminación de la comisión bancaria asociada a la cuenta para hacer frente al pago de la hipoteca, y que incluso cuestiona el Banco de España, no querrán saber nada. Es posible que tu gestor te acepte su eliminación, pero a pesar del compromiso adquirido nada impedirá con posterioridad a la dirección del banco su desautorización. Todo vale para optimizar su cuenta de resultados. Las personas no cuentan.

La utilización de la banca electrónica (el uso de internet para hacer gestiones bancarias) ha aumentado un 35 por ciento desde 2011 hasta situarse por encima de la media de la Unión Europea en el último año. La utilizan el 62 por ciento de la población de 16 a 74 años (35,2 millones), según el INE. Los jóvenes y urbanitas son los usuarios más comunes. En general, a mayor nivel de estudios terminados, más alto es el porcentaje de usuarios, con más del 88 por ciento entre licenciados y doctores. La cifra también crece con los ingresos mensuales netos del hogar. Segovia con una tasa de envejecimiento muy alta y un fuerte peso de la población rural sufre las consecuencias de esta fuerte brecha digital, a la que están ajenos los directivos de los cada vez más escasos servicios financieros en la ciudad y en el medio rural segoviano, lo que a su vez se refuerza con la desconfianza por sus preocupaciones acerca de la seguridad que ofrece las transacciones electrónicas.

El coste de las hipotecas y la baja remuneración de los depósitos y cuentas corrientes son otras cuestiones asociadas a los servicios financieros cuya complejidad y disyuntiva política requieren un tratamiento diferencial y muy profundo (el Banco Central Europeo acaba de anunciar que subirá los tipos de interés en medio punto, hasta el 3 %). Ahora quiero reclamar un servicio de calidad y digno para los ciudadanos. El supervisor, el Banco de España, debiera ser mucho más exigente en sus inspecciones y normativa con el servicio ofrecido por los bancos; los parlamentarios debieran involucrarse e implicarse en sus requerimientos para la mejora del servicio, lo que hasta el momento no han hecho; y los ciudadanos debiéramos seguir el ejemplo de las personas mayores y sumar nuestros esfuerzos a los suyos mediante “plataformas reivindicativas” para exigir respeto y calidad en unos servicios que pagamos con creces. Los accionistas de los bancos no pueden olvidar el compromiso social corporativo.

Tiene que buscar un equilibrio más justo entre la atención que prestan y los beneficios, y no olvidar que fue el Estado, o sea todos, quienes en su día salimos en su apoyo para garantizar su futuro.  Ahora no deben lucrase a costa de todos.

Author: Andrés Segovia

Política provincial, autonómica y nacional

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13 Comments

  1. Soy cliente de Caixabank. Me quedo perplejo cuando leo hoy que ha ganado 3.145 millones de euros, un 29 % más que el año pasado, y ha despedido a más de 6.000 personas con el cierre de no se cuántas oficinas. Qué pena! El servicio que presta está a años luz del que prestaba Caja Segovia, que por cierto daba un trato personalizado y su Obra social nos daba cultura gratuita a todos los segovianos. El mundo al revés. Mucho beneficio pero más desprecio. Penoso!

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  2. Una de las razones por las que Segovia ha ido a peor está en la desaparición de Caja Segovia. Era un banco local y su interés estaba en prestar servicio a los ciudadanos locales. Los bancos de ahora no tienen interés más que por sí mismos y les da igual Segovia, les da igual sus pueblos y les da igual su población. Son avaricia y usura.

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  3. Pues si han ganado tanto, que vayan devolviendo el dinero del rescate a los bancos.

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    • El problema a lo que planteas es que a estos bancos no se les rescato, se rescataron las cajas de ahorros gestionadas por politicos

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  4. Cuando se propone el impuesto a la banca, sale la jauria derechona con los mismos mantras de siempre contra el gobierno de España.

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  5. De acuerdo que no sean ONG pero debetia ir parejo a la atención del ciudadano y cliente.
    La deriva de la calidad del servicio en núcleos más pequeños en más que evidente.esto con los tipos hasta hace poco por los suelos.
    Bendita obra social y aquí como siempre la banca siempre gana.

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  6. Jesús, das en el clavo. Duele oír a los que nos van a gobernar en España a partir del año que viene que poner un impuesto a la banca es atentar contra la libertad de empresa.

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  7. Si pones más impuestos a la Banca, Nordeste y Jesús, te subirán las comisiones bancarias por todas las gestiones. Esas medidas no funcionan. No te acuerdas cómo acabaron las cajas de Ahorro, que no bancos privados, digidas por políticos idiotas? Imagínate el Banco Santander dirigido por comunistoides o sociatas como Echeminga, la Montero o un José Luis de los segovianos, como Aceves o JL Vázquez o similares. Dura 15 minutos. Los bancos españoles ganan sus beneficios en su mayor parte en el extranjero. Y se deben a sus accionistas que quieren dividendo por su dinero y son millones de españoles los que invierten allí. Y es verdad, sus servicios en oficina, son muy malos, esperemos que cambien ya, y atiendan debidamente a sus clientes.

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    • Mejor que lo gestione Rato, verdad

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      • Te refieres a Montilla, Pepiño Blanco y todos los exministros del Psoe que trabajan, es un decir, cobran de las eléctricas, verdad?

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  8. La Escopeta Nacional, si no les han cobrado aún impuesto alguno y nos cobran comisiones salvajes, no atienden a los clientes y se quedan con nuestro dinero, ¿qué harán los bancos el día que les digan que son imprescindibles y que tienen el campo abierto para seguir cons us tropelias?
    Por supuesto que muchas de sus ganacias vienen del exterior, lo mismo que ocurre con las multinacionales extranjeras que operan en España, que aquí hace su negocio pero luego cotizan en sus países de origen, si es que cotizan.

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  9. Pagan impuestos y pagarían menos si domiciliaran sus sedes en paraísos fiscales, te gestionan tu nómina y te dan crédito o una hipoteca. Pero tranquilo, creo que en Cuba y Venezuela, la Banca Pública funciona de maravilla. Como que no existe.

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  10. Puesto que no creo que el redactor haga está noticia para juzgar la atención al público que dan los bancos en Méjico o en otras partes del mundo, quiero aclarar, para evitar la demagogia, que en España el beneficio del BBVA se incrementó un 6% frente a una inflación del 5,7% por lo que su poder adquisitivo en términos reales es prácticamente el mismo que el año anterior. Ahora sí, demagogia a parte, coincido en que pese a ganar lo mismo, su atención al ciudadano es cada vez peor, sus horarios son muy limitados, provocando largas colas o, que directamente, se haga imposible compaginar el horario laboral de los clientes con el horario privilegiado de los bancos, cada vez más comisiones, etc, vivimos en el país de las oligarquías gracias a los intereses personales de los políticos que abrazan los altos cargos de la empresa privada cuando dejan la política

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