Otra vez sirve Umberto Eco, que además de inventar el concepto de la máquina del fango, escribió sobre la máquina del poder inmoral. Consiste primero en convencernos de que lo imaginario era real para después decirnos que lo real será imaginario. Y todo a través de las palabras en el tiempo. Desde que Maquiavelo sacó la política del ámbito de la ética nos hemos acostumbrado a tener temor en lugar de confianza, apariencia en vez de virtud y demagogia donde antes había una verdad que ya ni nos molestamos en exigir porque se ha extraviado entre tanta mudanza del lenguaje. Si cambiamos las palabras a tiempo podemos cambiar la realidad. No para siempre, porque la semántica se desgasta antes que la materialidad, pero sí desorientar un rato como un relámpago o un tiktok. “Los límites de mi lenguaje son los límites de mi mundo”, decía Wittgenstein, que me gusta nombrarlo ahora en agosto porque entra mejor que un Aperol en una terraza. Las palabras son una cuestión moral y renombrar las cosas puede parecer una actividad que se confunde con la política, aunque en realidad lo que hace es debilitar la política.
Lo de llamar “financiación singular” a consolidar en Cataluña un privilegio fiscal a cambio de la presidencia de Illa argumentando que el hecho de que unos paguen menos no significa que otros paguen más o tengan menos servicios públicos, es tan difícil de comprender como lo de ser Virgen y madre a la vez; que dos partidos de izquierdas (ERC y PSC) lo defiendan con el argumento de la infrafinanciación catalana, tiene el mismo recochineo que dar luego el día del padre a San José. Es mofarse del obrero. Y del carpintero. Salario medio en Cataluña, 2020 euros, en Extremadura, 1497; 3,4 camas de hospital por cada mil habitantes por 1,8 en Andalucía, 9% de paro frente al 29% de Melilla.
La máquina del poder inmoral dijo que el hecho diferencial era real porque los navarros lucharon por España más que los riojanos y por eso pagan menos impuestos, pasándose la igualdad por el Foro, pero eso no importa porque no afectará en realidad. La máquina dijo que Cataluña tenía una realidad nacional propia, que es real como su nombre indica y no un sentimiento, y por tanto imaginario, y de eso resulta que va a dejar de pagar las deudas que sí se van a asumir desde Aragón para que tengan un mejor encaje en la convivencia, pero eso no importa porque en el futuro Aragón también será singular y la critica a ese privilegio del que usted me habla forma parte del imaginario anti catalán y de los que no entienden la pluralidad. Apañamos el (a)maño. Cataluña se queda las llaves de la caja, pero no la deuda que sigue siendo española. Las pérdidas españolas y las ganancias catalanas.
Illa, filósofo de formación y sereno de vocación, el mejor presidente posible, tranquiliza con la paradoja de que vamos a ser todos tan distintos que al final acabaremos siendo iguales, dejando mosca al que se quiere irse y al que quiere quedarse. A mí lo que me parece es que el independentismo catalán es como un cliente caprichoso que exige entrar gratis en un reservado VIP del club o en el bussines del avión, y además pagando menos, argumentado que él es distinto (mejor) que el resto. Y si no le dejan, pues se va. Aunque sea en maletero.
He oído a gente que cuando le pillaban siendo infiel lo llamaba ser audaz, que cuando lo descubrían en una mentira decía adaptarse a las circunstancias, y que a hacer la puñeta a un inocente lo justificaba como el derecho a ser feliz. De esa gente hay que separarse para nunca volver porque detrás de las mentiras, todas las verdades se convierten en dudas, pero en la política es más complicado porque no vemos el daño inmediato. Nuestros hijos castellanos viajarán en perraje, en el tubo, en “misery class” y además pagarán el zumo y los minifuets que les hemos comprado a los “distintos” que solo quieren estar en la moqueta que hay detrás de la cortina del Ebro.
La identidad nacional es el último recurso de los privilegiados, que ponen precio a su diferencia, pero nunca hay un largo y plácido viaje si no se comparten el destino y los esfuerzos. Si alguien quiere cambiar las reglas hay que explicar las razones porque solo votamos lo que comprendemos. Y no se comprende que los territorios tengan más derechos que las personas y que la diferencia pese más que la igualdad. Cuando el PSOE y el socialismo viajan por separado, uno de los dos acaba débil y solo, cansado de haber gastado el tiempo y las palabras.
18 agosto, 2024
Se veía venir este capricho de romper un país a cambio de gobernar unos meses más en Moncloa. Acabar con la igualdad, la solidaridad, incluso la libertad y el Estado de Derecho. Acabar con la Constitución de 1978 y la democracia. Cuando Don Gonzalo votó al socialismo el año pasado no se dio cuenta de esta locura? Lo mismo ya es demasiado tarde para parar el camino emprendido para implantar una dictadura de Izquierdas en España.
18 agosto, 2024
Me gustaría que un votante socialista argumentase en defensa de lo que yo considero un atropello moral e ideologico. Simplemente para convencerme de que no soy ciudadano de segunda pagando como los de primera.
18 agosto, 2024
Ah, pero es que somos todos iguales? porque yo creo que no. Me hace gracia lo de acabar con la igualdad, ojalá fuéramos todos iguales porque señor mío no lo somos.
18 agosto, 2024
A todos estos que dicen que España se rompe no les oigo decir nada cuando comunidades como Andalucía, Madrid, y la nuestra, por poner un ejemplo, les bajan los impuestos a los que más tienen. Cuántas empresas han puesto su domicilio fiscal en Madrid para pagar menos impuestos? Eso sí que es desigualdad. Pedro y su gobierno tiene un proyecto para España, más justicia social, nunca ha habido menos paro, sube las pensiones, el SMI. Pero por desgracia la fachosfera mediática, política y judicial no están por la labor. Podría entender que a las grandes fortunas, a la banca y a los grandes empresarios les moleste un gobierno progresista, lo que no me cabe en la cabeza es tanto obrero de derechas, eso es de estudio. Y recuerden que quién más les concedió a los catalanes fue Aznar que hablaba catalán en la intimidad.
18 agosto, 2024
Pedro Sánchez compra cualquier ideología por poder. No tiene escrúpulos ni convicciones. La mediocridad intelectual del actual Psoe, con su jefe a la cabeza, la intentan salvaguardar con una presunta supremacía de la izquierda, fundamentada en que son “progresistas”, a pesar de que no tengan ningún problema para romper los principios de solidaridad e igualdad. Son progresistas de la nada, y como no saben dónde están y dónde van, ahora están proponiendo un modelo fiscal que crea 17 naciones y rompe la solidaridad. Este es el pyto mutante del Psoe actual. Los que durante siempre hemos votado al Psoe vemos con estupor como un cjto de oportunistas con un loco por el
Poder al frente van camino de romper la convivencia en España y llevan a lo q era un partido que contribuía a la cohesión y equilibrio social a la desaparición.
18 agosto, 2024
Usted no ha votado al PSOE en su vida.
18 agosto, 2024
Prefiero el diálogo y la negociación antes que el enfrentamiento. Quizá la sociedad española esté preparada ya para un estado federal.
19 agosto, 2024
Eso es bajarse los pantalones y dejarse hacer. No?
18 agosto, 2024
Tanto aman a los pobres los socialistas que los crean a millones en España. Será la justicia social esa que sólo existe en mentes calenturientas. Cada vez somos todos más pobres, gracias al socialcomunismo, Seguridad Social y pensiones quebradas, pruebe a comprar un piso, alquilar un piso, comprar un coche, ser joven y tener trabajo y medios para vivir sin apoyo de los padres, pagar la compra todos los días, encontrar un empleo fijo, cobrar de sueldo más de 1100 euros, vivir en el país europeo con mayor pobreza infantil de Europa, con el doble de Paro que el resto de países, con una presión fiscal infinita y confiscatoria, para pagar a Catalonia y Euskal Herria… Lo alucinante es que haya tanto abducido, que dice ser obrero y es un vividor, que vota al Psoe, que todo le vale para que su amado Sánchez, familia y enchufados sigan trincando. Y arruinando, más todavía, a los obreros y pobres.
18 agosto, 2024
Todo por el capricho de un autócrata narcisista, al que nada le importa vender el país, traicionando incluso las siglas de su decadente partido político.
Pero al final caerá y con él todos los que hoy le aplauden las gracias.
Y pasará a la historia … como el gañán que es.