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La Catedral de Segovia y la nobleza segoviana

Las presentes conmemoraciones de los primeros 500 años de vida monumental y espiritual de nuestra Santa Iglesia Catedral, me mueven a recordar algunos episodios de su construcción; a saber: la participación de la nobleza segoviana en aquel largo proceso. Una glosa limitada solo a la participación de la Real Junta de Nobles Linajes, es decir de la nobleza colegiada, toda vez que no nos es posible conocer por ahora las seguramente cuantiosas limosnas y aportaciones que las muchas familias de nuestra nobleza urbana hicieran directamente a nuestro primer templo diocesano.

Notemos que durante los siglos XVI al XVIII, los Nobles Linajes segovianos, que en su origen (en los siglos XIV y XV) fueron un partido político caballeresco dentro de un sistema de reparto del poder municipal, se orientaron cada vez más hacia las tareas de la religión, la beneficencia y la cultura. Por eso merecen especial mención las limosnas y ayudas dadas a los vecinos y comunidades necesitadas, porque su volumen y su continuidad representaron sin duda uno de los grandes focos del socorro social en la Segovia de aquel tiempo.

La principal de esas donaciones era la limosna anual a la Catedral, en el día de Reyes, que se entregaba solemnemente en la ceremonia llamada ‘de echar piedra’. Durante las obras de construcción del nuevo templo catedralicio, entre 1526 y 1653, los Nobles Linajes dieron a la fábrica las limosnas destacadas en el cuadro.

Lo que significa que a la aportación de los Nobles Linajes se debió, solo en esos periodos, aproximadamente el 5’22% del coste total de construcción de la Catedral segoviana, como nos mostró el profesor Ángel García Sanz. Pero la costumbre de dar cuantiosa limosna a la Catedral se mantuvo hasta 1806 sin novedad, aumentando progresivamente su cuantía, por lo que ese porcentaje ha de estimarse quizá en el 8%.

Y no fue esa aportación periódica la única que los Nobles Linajes hicieron a la fábrica de la Santa Iglesia Catedral: a partir de 1628, los Nobles Linajes mantuvieron el salario de un vidriero que se ocupaba de cubrir los grandes ventanales del templo catedralicio: tenemos noticia precisa del trabajo del maestro vidriero Mateo de Llanas, que trabajó allí entre 1628 y 1633, y de otros colegas suyos que lo hicieron a partir de 1677 -cuando los Linajes dieron 1.500 ducados para ese fin- y 1688. También se dieron a la Catedral cuantiosas ayudas ocasionales en dineros o en maderas: por ejemplo, para remediar los daños de un grave incendio causado por dos rayos, en 1614; para arreglar las techumbres en 1640; para arreglar varias capillas en 1646 y en 1699; para reparar la torre mayor, destrozada por la caída de una centella, en 1712; o para la obra del retablo mayor, en 1787.

Un empeño especial pusieron los Nobles Linajes en el mantenimiento de la antigua Obrapía de Niños Expósitos, puesta bajo la tutela del Cabildo catedral, y la creación de un establecimiento para albergar a niños huérfanos, según un proyecto promovido por el mismo Cabildo catedralicio desde 1627, a los que se apoyó entregas dinerarias significativas. La nueva Casa Hospicio establecida en 1751 a consecuencia de real orden, contó también con el apoyo económico de los Nobles Linajes.

Eso explica que la sesión general de Año Nuevo de los Nobles Linajes, tuviera siempre lugar en la sala capitular de la Santa Iglesia Catedral, al menos desde 1558. Anteriormente a la construcción de la nueva Catedral, es posible, por no decir seguro, que se reunieran en el antiguo templo, cercano al Alcázar. Por cierto, que la citada sala capitular, llamada en los libros sala donde se hace cabildo, no parece ser la actual, sino la capilla de Santa Catalina, en la base de la torre, que da al claustro. Iniciada la sesión, entraban en la sala varios canónigos y prebendados del Cabildo a dar los buenos años a los caballeros, suplicándoles les hiciesen limosna para las obras de la Catedral: limosna generosa e inmediatamente concedida (este trámite solo se daba cada dos años, los años impares, pues es lo que duraba el arrendamiento de los pinares de Valsaín.

La colaboración entre el Cabildo Catedralicio y los Nobles Linajes iba aún más allá. A petición del Cabildo, los Nobles Linajes dotaron en 1626 una fiesta anual en la capilla de la Concepción, a la que asistirían en adelante en corporación. Merece breve recuerdo la feliz mediación que hicieron los Linajes en las discordias que hubo en 1628-1629 entre la Ciudad y el Cabildo Catedral, muy agradecida por ambas partes. También era costumbre en Segovia concertar un médico entre la Ciudad, los Linajes, y el Cabildo Catedral; este facultativo tenía obligación de atender a regidores, canónigos y prebendados, caballe­ros de los Linajes, y familiares de todos los anteriores: era, pues, el médico de las élites segovianas, pero además, tenía obligación de visitar a los presos de la cárcel pública siempre que enfermaran. Por último, una nota para la historia musical segoviana: los Nobles Linajes tuvieron siempre a su servicio, durante los siglos XVI al XVIII, trompetas y ministriles, y los contrataban junto al Ayuntamiento y el Cabildo Catedral, pagando cada una de las tres instituciones una parte de los salarios de esos músicos.

Vayamos concluyendo: los Nobles Linajes contribuyeron a la construcción de la Catedral en un porcentaje estimado del 8% de los costes. Porcentaje que, sumado al que representarían las limosnas dadas directamente por las familias de la nobleza urbana, seguramente supere mucho el 10%.

Ad maiorem Dei gloria!


 

Author: Alfonso Ceballos-Escalera y Gila

Doctor en Derecho e Historia. Concejal de Vox en el Ayuntamiento de Segovia.

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1 Comment

  1. Mateo 19:21: Jesús le dice a un joven rico: “Si quieres ser perfecto, ve y vende todo lo que tienes, y dáselo a los pobres. Luego ven y sígueme.”

    No parece que la Iglesia (o mejor dicho buena parte de ella) predique con el ejemplo. Si levantara Jesucristo la cabeza y viera los edificios y riquezas que tiene la Iglesia…

    Qué vergüenza.

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