Nunca tuve ningún tipo de miedo escénico a enfrentarme a un papel en blanco, para trasladar una idea o información, pero confieso que la tragedia por la DANA ocurrida, en Castilla La Mancha, Andalucía, Baleares y Cataluña, pero sobre todo en la Comunidad Valenciana, en los últimos días, me ha dejado paralizado, consternado, y con gran respeto me uno al inmenso dolor que todos sentimos en este momento. Voy a intentarlo.
Creo que en las primeras horas no éramos conscientes de la magnitud del desastre natural y humano que significa dicho fenómeno meteorológico y con el paso del tiempo vemos como es sin duda el mayor desastre natural ocurrido en nuestro país en muchos años, acompañado de la pérdida enorme de vidas humanas y de unos daños materiales y personales inmensos. Es una gran tragedia.
El término DANA es el acrónimo de “Depresión Aislada en Niveles Altos”. Una DANA es un sistema de baja presión o depresión en los niveles altos de la atmósfera, que se ha separado totalmente de la circulación general de la atmósfera. Son potencialmente peligrosas sobre todo a finales del verano y el otoño en la zona mediterránea, cuando la temperatura superficial del agua del mar es elevada, lo que favorece mayores desarrollos nubosos, lo que puede dar lugar a lluvias más fuertes que en ocasiones provocan inundaciones y que los efectos del cambio climático, ayudan a magnificar sus efectos, como todos estamos viendo. Que tragedia, los negacionistas del cambio climático, y los que provocan que se eliminen sistemas de emergencias autonómicos.
No creo que sean momentos de análisis, críticas, ideas competenciales o guerra partidista, eso la ciudadanía ha visionado quien lo práctica, en el mayor ejercicio de indecencia que he visto jamás y por el que Feijóo, ya no podrá nunca abstraerse. Es tiempo de unidad entre administraciones, de trabajo duro y constante, de ayuda, solidaridad, de estar con los afectados y con sus familias, de restablecer los servicios básicos y la comunicación, de limpiar los municipios y viviendas afectadas. De intentar recuperar la normalidad, en el menor tiempo posible, aportando todos los recursos necesarios. Sin duda, la tarea de los servidores públicos, es digna de destacar, agradecer y aplaudir, pero demuestra una vez más como nuestros impuestos, sirven para tener una buena respuesta en situaciones difíciles, frente a los que piden rebajarlos, privatizar servicios o los que critican que un joven decida ser funcionario.
Los españoles somos solidarios y empáticos con las dificultades con las crisis, se ha demostrado siempre, y los voluntarios, responsables municipales y de cualquier gobierno, van a demostrarlo una vez más, para cuanto antes volver a la normalidad, aunque sigamos rotos de dolor.
Pero también es una tragedia para los segovianos, comprobar como un proyecto de innovación y de futuro, que estaba diseñado para poner en el mapa de la formación profesional de nuestro país, a Segovia, como es el del CITAR, el alcalde de la ciudad, desde el primer día que llegó a la alcaldía, decidió eliminar, para poder utilizar el edificio del CIDE, como un bunker para su gran despacho caprichoso y alejado del mundanal ruido ciudadano.
Si se hiciera un curso para alcaldes/as de nuevo cuño, la mejor ponencia para demostrarles lo que no tiene que hacer un alcalde, si quiere conseguir un proyecto potente para sus vecinos, sería relatar todo lo que durante estos 16 meses hizo Mazarías. Es de manual de buen gestor administrativo, desarrollar confianza y colaboración institucional, realizar las declaraciones justas y necesarias, hasta conseguir el desarrollo completo de un proyecto, es buscar interlocución y empatía, evaluar y escuchar a quien conoce el proyecto, estudiar las consecuencias e impactos del proyecto en el presente y futuro, en resumen, es volcarse para conseguirlo.
Maza23, ya ha sobrepasado las 23 equivocaciones o caprichos de gestión, en poco más de un año en la alcaldía de Segovia, y la decepción ciudadana sigue aumentando, pero a este ritmo va a sobrepasar las 230 o 2300, lo que es una tragedia para los intereses de los segovianos/as. No lo merecen.
Esos aires de prepotencia de como dijo públicamente, que “no se para que quieren tanto espacio, que, con una planta y 600 m2, tienen suficiente”, o permanentemente utilizar mensajes negativos contra el Ministerio de Educación o el gobierno de España, no dejan de certificar su torpeza, falta de gestión y falta de entendederas, para visionar el impacto positivo de ese centro Nacional de Innovación de la Formación profesional en Segovia, que tanto ayudaría a nuestra empresas, profesores y alumnos.
Ahora se embarca en una estrategia de escurrir la responsabilidad o culpabilizar a quien pase por la calle, pero es evidente que es exclusivamente su falta de gestión lo que impide que este proyecto pueda instalarse en Segovia. Quizás sea pedir peras al olmo, pero que tragedia, con los esfuerzos que tuvimos que hacer para conseguirlo. La hemeroteca lo demuestra de forma evidente, salvo para los que no quieran verlo.
Termino este difícil articulo de opinión, manifestando mi humilde satisfacción, porque dos proyectos legislativos que gestioné como ponente principal, como son las leyes básicas de agentes forestales y medioambientales y la de bomberos forestales, ya estén a punto de publicarse en el BOE, después de finalizar su tramitación parlamentaria, y después de estar tres meses paralizados en el Senado, para ni siquiera votarles finalmente. Enhorabuena a estos profesionales (que trabajan desde el primer día en las zonas de la DANA) y gracias por vuestra tarea, que, en semanas como estas, ponen si cabe más en valor, el trabajo de los servidores públicos.
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