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El Tejo, ¿alguien ha perdido un pantano?

Alguien ha perdido un pantano. Vale que es un embalse pequeño, de 1,8hm3 de capacidad y unos 10km2, pero coincidirán conmigo en que estas cosas no se dejan abandonadas por ahí.

Menos cuando de él dependen unos 9.000 vecinos de San Rafael y El Espinar (los de Los Ángeles, los pobres, están en otra guerra). Hablamos de El Tejo, un embalse actualmente en el ojo del huracán. Ayuntamiento de El Espinar y Confederación Hidrográfica del Duero llevan años (unos 30) con la copla de arréglalo tú que es tuyo. Con la catástrofe de Valencia y la revisión de riesgos, la CHD ha dicho que hasta aquí, que el pantano presenta inasumibles riesgos de ruptura, y a toda prisa el Gobierno ha empezado -¡por fin!- la necesaria actuación de urgencia.

¿Pero cómo se pierde un pantano? Digamos, para empezar, que del ayuntamiento no es. Al menos eso se desprende de la jurisprudencia y lo recuerda el consistorio espinariego en una demoledora nota de prensa. En julio de 2020 la CHD requería al ayuntamiento a, entre otros aspectos, aportar un plan de emergencia y las normas de explotación de El Tejo, dando por válida la tesis de la propia CHD de que el pantano es de la administración municipal. Pero el consistorio interpuso un contencioso y en 2022 una sentencia les daba la razón. Jurídicamente, en la fichas técnicas, el pantano es de titularidad estatal. No corresponde, por tanto, a El Espinar, arreglarlo ni mantenerlo, es cosa de la CHD. Claro como el agua. Pero el agua del pantano debe ser harto turbia porque la CHD no se da por enterada. En sus comunicados insiste una y otra vez que es de El Espinar, en un ejercicio de escurrimiento de bulto o más bien de apertura a tope de compuerta.

En las fichas se dice que el pantano entró en servicio el 5 de junio de 1979. En la Wikipedia, que se terminó el 30 de septiembre de 1975. Se trataba de un pantano para asegurar el suministro de agua, una reivindicación histórica de El Espinar que veía como sus abastecimientos se quedaban muy cortos para atender la demanda, especialmente en verano, cuando la población se triplicaba y los abastecimientos tradicionales bajaban exhaustos. Accediendo a esta petición, Obras Públicas empezó los trámites a finales de los 60, probablemente con la idea de ceder su gestión al ayuntamiento. Y sí, la gestión de la captación y potabilización la lleva haciendo desde entonces El Espinar, lo que no quiere decir que tenga la titularidad, lo que a mí entender les exonera de la responsabilidad de su correcto mantenimiento. Del pleito de 2020 se desprende que la inscripción no se llegó a realizar.

En general, los pantanos sin dueño suelen ser del Estado. Luego el Estado cobra a los beneficiados por los usos del agua. Las hidroeléctricas en los pantanos de turbinación, regantes, los de riego, y consumidores cuando son para abastecimiento vecinal, como es el caso. Aunque, la verdad, yo nunca me he aclarado cuánto paga (si paga) El Espinar por el uso del agua, que a veces pasa con los pantanos fantasma, que para lo que queremos son nuestros, para lo que no (arreglar filtraciones de décadas), de otro, o mejor, de nadie.

Desde los años 90, El Tejo presenta filtraciones. Es un motivo recurrente de queja de los alcaldes espinariegos, que en los veranos viven con el ¡ay! en el cuerpo no se vaya a secar mientras el río Moros regalima (algo de lo que también hay que hablar, el caudal ecológico). En su día, se llegó a acometer la obra de conexión de Puente Alta con El Espinar, inversión millonaria que nunca se activó, pues la tubería solo está en servicio hasta Otero. Han pasado los años y ahora toca ponerla al día a toda prisa. También los convenios con Segovia, pues -este sí- el pantano de Puente Alta es municipal, propiedad de Segovia capital. Lo construyó el consistorio capitalino en los años 50 con fondos propios. Pasó que se quedó sin dinero a mitad de la obra y hubo que recurrir a los buenos oficios del ministro Fernández Ladreda. Agradecido, el consistorio bautizó una avenida con el nombre del buen señor, hasta antes de ayer, que pasó a designarse como del Acueducto (nombre más ajustado a los tiempos o, por lo menos -en eso coincidimos todos- más comercial).

Terminamos con una advertencia. Señalar que ¡los pantanos se pagan! Estos 4.8M€ que se van a invertir en el plan de emergencia, más lo que cueste arreglar El Tejo, y parece que arreglarlo pasa por construir otra presa, los van a tener que pagar los beneficiaros, los vecinos de El Espinar (menos los de Los Ángeles, que los pobres…). Maticemos que son obras que se pagan con un canon en función de amortizaciones de la inversión y a muchas décadas. Es asumible y vale la pena.


Author: Luis Besa

Luis Besa. Periodista,

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2 Comments

  1. Les invito a conocer el penoso estado de la presa del pantano de Revenga. Esperemos que el olvido y negligencia que sufre esta infraestructura por parte del consistorio segoviano durante años no derive en otro caso “Tejo”

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  2. El Tejo es una balsa elaborada con tierra y piedra, fundamentalmente, con riesgo de derrumbe y colapso. De titularidad estatal. El pantano de Revenga, es de hormigón, no presenta riesgo alguno. Aunque las barandillas y elementos de seguridad deben ser revisados y cambiados. De titularidad municipal. Con 0 euros de inversión en los 20 años de gestión socialista en Segovia, por cierto.

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