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40 años de atención primaria en Segovia

Presidente que fue del Colegio de Médicos de Segovia, Juan Manuel Garrote cumple 40 años al pie del cañón   como médico de familia del sistema sanitario público. Con tal motivo, en su perfil en Facebook Garrote publicaba unas reflexiones que nos ayudan a entender la crisis de la atención primaria en España y sus posibles vías de solución.

Hace 40 años, un 14 de julio , inicié mi vida como médico rural en Segovia, única provincia en la que he ejercido mi profesión. Una fecha tan redonda me hace reflexionar y recordar aquellos momentos de mis comienzos.

Veníamos de un estallido de licenciaturas médicas, derivada de una gran falta de médicos en España y del crecimiento intenso de la medicina hospitalaria y los ambulatorios urbanos, y aunque yo ya comencé ingresando mediante un examen de acceso a la facultad, las notas de corte eran infinitamente inferiores a los 9 puntos que ahora se piden para ingresar. En 1981, tres años antes de mi licenciatura, se había abierto una oposición nacional para el acceso de médicos de Atención Primaria, y miles de médicos ocuparon sus plazas, siendo necesario en muchos casos, como en Segovia, desdoblar partidos médicos para que ese gran número de aspirantes pudiera tener plaza. Aun así había muchísimos médicos en paro, de hecho durante un tiempo a los médicos suplentes se les pagaba la mitad que a los médicos titulares (cosas que tiene el exceso de demanda). Veinte años más tarde, el que firma esta nota publicaba en un artículo en El Adelantado de Segovia advirtiendo que la progresiva falta de médicos estaba provocando una llamada de compañeros sin la titulación de medicina de familia, ni la preparación que ya traían los médicos de familia, y que por este camino llegaríamos al caos en la Atención Primaria (por falta de médicos formados en el sistema MIR). Y el caos que al parecer no tiene padres o tiene todos los padres posibles, ha llegado.

Garrote, ayer y hoy. 40 años como médico de primaria.

A lo largo de estos años he vivido grandes cambios en esta profesión; la dotación y capacidad diagnóstica de los médicos de Atención Primaria ha aumentado y mejorado enormemente: hace años no existía ningún electrocardiógrafo en los consultorios médicos, y cuando empezamos a tenerlos, los cardiólogos ponían el grito en el cielo: ¡los médicos de Atención Primaria -decían- no están capacitados para interpretar electrocardiogramas, y mucho menos para tratar insuficiencias cardíacas! Solicitar una analítica era aproximadamente tan difícil como pedir audiencia a un Gobernador civil o a un Cardenal (esto ocurre ahora con la ecografía, la tonometría, los tac, las resonancias y un sinfín de pruebas diagnósticas). En fin, que los médicos íbamos por la vida con nuestro fonendoscopio comprado por nosotros, con nuestro oftalmoscopio comprado por nosotros y trotábamos por unas carreteras de una calidad de dar miedo, más aún por las noches.

Hasta el año 1986 no hubo equipos de guardias médicas en Segovia; estábamos al pie del cañón 24 horas 7 días a la semana; más tarde, cuando se instauraron las guardias médicas, que por cierto no se pagaban, comenzamos a parecernos más a ciudadanos con derechos laborales .

¡En fin! A pesar de todo, en el discurrir de estos años, hemos visto cómo la Sanidad en España progresaba hacia la excelencia, hablábamos de Sanidad Pública, de salud para todos en el año 2000 -como se preconizó en la Conferencia de Alma Ata-, y hemos presumido por todo el mundo de la atención médica en España.

En la actualidad afortunadamente tenemos altos standares en formación, pero desgraciadamente insuficiencia brutal de recursos humanos; ya la salud no es para todos, en muchos casos es para todos los que se la puedan pagar al margen de la sanidad pública. Compañeros no ya quemados, sino abrasados por su situación laboral de inestabilidad, compañeros desanimados ante el desencanto de lo que parecía que iba a ser y que no es; y la sensación amarga de que quienes tienen la potestad de solucionarlo, están en solucionar otras cosas, supongo que para ellos más importantes que la salud.

Hoy sigo considerándome médico vocacional, y en los albores de mi final como médico en activo, disfruto todos los días de ir a mi consulta. ¡Claro, yo tengo cupo fijo y permanente desde hace 15 años, mis pacientes y yo nos conocemos, queremos y respetamos! Pero comprendo que esto es algo inusual. A veces cuando miro en derredor, me da la sensación de esas películas de batallas de la Edad Media, en las que un herido se levanta del suelo y observa a su compañeros malheridos, la caballería muerta y los carros destrozados y, como si de la película de Drácula de Coppola se tratara (proyectada en una abadía segoviana), los actores salen de la pantalla y se dirigen al patio de butacas, pidiendo a los espectadores que por favor hagan algo para cambiar ese guion tan tétrico.

 

Juan Manuel Garrote. Médico de atención primaria.


Author: Opinion

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1 Comment

  1. Un poco más de crítica política, menos narcisismo y la atención primaria te lo agradeceria,garrote

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