Comienza el curso político y con ello la priorización y análisis de asuntos pendientes en el panorama público. Sin duda, con la constatación de los buenos datos económicos en nuestro país, reflejando que España va a seguir siendo el país que más crezca de toda la zona euro, tanto en el año 2024 con un 2,5 %, como en 2025 con un 2%, se consolidan más de 21,2 millones de personas afiliadas a la Seguridad Social, la fuerte creación de empleo, superior a los países del entorno y relacionada con el facto inmigración, ha conseguido que el paro registrado se haya situado en 2.572.121 personas, la cifra más baja en un mes de agosto desde 2008, las pensiones suben con el IPC, el SMI, con 1.134 euros mensuales en 14 pagas y el IMV, permiten que el salario medio ha experimentado un significativo aumento del 5,1% en el último año, situándose en 1.914 euros mensuales, etc.
Varios factores explican este buen momento económico: el menor coste de la energía; el impacto del turismo; el auge de los servicios no turísticos; la inmigración, la rebaja de la inflación, el impacto de los fondos de recuperación, la reforma laboral y otras medidas tomadas por el gobierno de Pedro Sánchez, como la prórroga de las medidas anticrisis. También es necesario destacar que los hábitos de las familias han cambiado tras la pandemia y ahora en la cesta de consumo han ganado peso los servicios (restauración, financieros, salud) en detrimento de los bienes (ropa y calzado, alimentos, vehículos personales), lo que ha repercutido en una economía “intensiva en la producción de servicios” como la española.
Con todo ello observamos como la derecha, en todos sus espectros, no tiene discurso ni ideas en positivo, pero rezuma odio por no gobernar, y califica en el Senado al gobierno como okupa rompiendo las pautas mínimas de respeto democrático y utiliza la estrategia de “que viva el vino”, lanzando cortinas de humo, para que la ciudadanía no se pare a pensar del buen momento que vivimos, así que nos alimentan con discursos xenófobos con la inmigración, de “apocalipsis now” en todo y unos aderezos de rotura de España, como postre.
Honestamente creo que se deben acometer los problemas reales de la ciudadanía y por ello considero, que el problema de la vivienda en nuestro país es trascendental. Sin tapujos, es necesario reconocer que es el mayor problema al que se enfrentan los jóvenes y muchas familias. Las condiciones para acceder a una hipoteca se han endurecido, por lo que comprar o alquilar una vivienda es hoy una misión imposible para amplias capas de nuestra población. Si España hoy tiene un problema de vivienda es por el abandono de la intervención pública durante décadas. Las competencias son de las Comunidades Autónomas y aquí, la Junta de Castilla y León, nunca tuvo como prioridad las políticas públicas de vivienda.
El PP en Castilla y León, ha renunciado a la regulación pública, incluso a la colaboración público privada, directamente renuncia a la inversión adecuada de vivienda pública, al control de los precios de alquiler y nos entretiene con anuncios de unas pocas intervenciones que no resuelven nada. Para resolver el problema del acceso a la vivienda, que exigirá tiempo, colaboración y determinación para su resolución, los socialistas hemos empezado a sentar las bases de la nueva intervención pública. Hemos aprobado la primera Ley de Vivienda estatal de nuestra democracia, que prohíbe la venta de vivienda pública a inversores privados o fondos buitre, y dota a las CCAA de un marco regulatorio que les permite limitar los precios del alquiler. Hemos impulsado la eliminación de las Golden visa, que en este momento se encuentra en tramitación parlamentaria. Hemos dado a las comunidades de vecinos un mayor control sobre los pisos turísticos. Hemos movilizado o iniciado la construcción de 80.000 viviendas para alquiler asequible. Hemos dado ayudas al alquiler a 120.000 jóvenes y hemos abierto una línea de avales de 2.500 millones de euros para ellos, para ayudarles a pagar la entrada de su primera vivienda.
Nuestro objetivo es claro: queremos que nuestros jóvenes se emancipen a edades más tempranas Impulsaremos nuevas medidas destinadas a ampliar el parque público de vivienda, perseguir la especulación, fijar un mejor equilibrio entre la actividad turística y el bienestar de los residentes, y lograr que la vivienda sea un derecho de todos y no el negocio de unos pocos.
Pero son también prioridades de futuro, seguir impulsando el cambio de modelo productivo, con más recursos para la industrialización, más formación e impulso de nuevas titulaciones de formación profesional, y contar en la provincia de Segovia en todos sus ejes de actuación, con un plan autonómico de fomento industrial y a declaración de interés regional del proyecto del puerto seco y polígono en Prado del Hoyo, cuando la junta se despierte.
Debemos seguir la senda de fortalecer el estado de bienestar, modernizar y reforzar los servicios públicos. Es necesario un modelo de justicia social que vele por la igualdad real con una “fiscalidad más progresiva”, con impuestos que graven más a quienes más tienen y orienten el modelo productivo. Un sistema de financiación autonómica que sea más justo, que reduzca las diferencias territoriales, garantice la suficiencia del gasto público y exija corresponsabilidad a los Gobiernos autonómicos, ya que algunos rebajan impuestos a los que mas tienen y luego piden recursos.
Y no olvido, en esto de que “viva el vino”, el episodio que colea desde el 16 de agosto, cuando el teniente alcalde de El Espinar, dio en un control de alcoholemia, conduciendo un vehículo oficial del ayuntamiento, unas tasas de alcohol que parece superan el límite de un presunto delito y por lo tanto, un grave riesgo para peatones y otros conductores. Pero si esto es grave, lo peor ha venido después, con la reacción del alcalde, de no cesarlo y exigirle su dimisión, disculpando su comportamiento y fiándolo todo al ya veremos, demuestra con claridad el nivel de irresponsabilidad. La ética del PP en la provincia, no tiene comentario, lo respaldan con su silencio.
No quiero terminar, sin destacar el nombramiento esta semana, como ministro de Transformación Digital y Función Pública, de Óscar López, con raíces segovianas en Riaza, en un momento estratégico para nuestro país en esas dos áreas tan importantes.
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