La llegada por segunda vez a la Casa Blanca de Donald Trump ya comienza a afectar negativamente los intereses de muchas zonas del mundo, entre ellas Europa. Realmente estamos ante un auténtico punto de inflexión a nivel global. Lo que la ciudadanía debe conocer es que está en juego si España, Europa y el mundo siguen avanzando por la senda del progreso de las últimas décadas o retrocede inexorablemente hacia la desigualdad y la subasta de los intereses para que caigan en manos de unos pocos.
La imposición de Trump de “aranceles recíprocos” a Europa, repercute negativamente en la economía de nuestro país, especialmente a sectores clave como el automotriz y el agroalimentario. Qué paradoja, la ultraderecha verbaliza que defiende la agricultura y la vida rural y su socio ultra en EEUU, va a someter a una presión enorme a agricultores y ganaderos. La realidad es que les importa muy poco, sólo lo utilizan como discurso forzado, ya que ellos son más “señoritos de salón”.
Lo que en estos momentos se decide en estos movimientos globales es si seguimos apostando por una sociedad de apertura y colaboración, de entendimiento mutuo o nos convertimos a la religión del unilateralismo y el conflicto. Se decide si construimos sociedades que presten atención a la ciencia, al asesoramiento técnico, si nos afanamos en mitigar y adaptarnos al cambio climático, o si preferimos mirar hacia otro lado hasta que ya sea demasiado tarde para poder reaccionar. La ultraderecha trabaja con ahínco para cambiar los paradigmas reseñados y caminar hacia un neoliberalismo de la “coalición negacionista”, que ya nos llevó a la catástrofe del austericidio durante la crisis financiera y que presume en recortar “con motosierra”. Es mortal para la clase media y trabajadora y basta con recordar lo vivido, en la anterior década.
Claro que faltan medidas para avanzar todavía más, pero en nuestro país desde la socialdemocracia hemos sabido crear un modelo de éxito. Un modelo que funciona desde el punto de vista económico, de empleo y de derechos y libertades, que es seguido en el mundo y reconocido, y que afronta siempre los problemas aportando medidas y soluciones. Eso es lo que molesta especialmente, ellos apuestan por el modelo de grandes fortunas dedicadas a recortar lo público, para generar más fortuna, como Elon Musk. No lo olvidemos.
Se afanaban desde ese “neoliberalismo salvaje” en decir que no se podía generar riqueza y trabajos subiendo salarios. Que la economía no podía crecer reduciendo emisiones. Que no se podía recortar deuda y déficit mejorando los servicios públicos, pero se lo hemos demostrado, que sí, que es posible. Un modelo diferente, no como el de la anterior crisis, repleto de burbujas y pelotazos. Un modelo que está siendo capaz de combinar el crecimiento económico y el avance hacia la sostenibilidad medioambiental, una economía justa que beneficia a la clase media y trabajadora.
Ya está convalidado por el Congreso el RDL 1/2025 por el que se aprueban medidas urgentes en materia económica, de transporte, de Seguridad Social, y para hacer frente a situaciones de vulnerabilidad, con la subida de las pensiones, los bonos de transporte público, y hasta el palacete en París, que el fascismo arrebató al PNV y que ahora no es mencionado por el PP, cuando era la máxima expresión del rechazo al RDL anterior. Son así, de patriotas.
Por cierto, es llamativo comprobar como al PP, una vez más, le ha pillado con el pie cambiado, como hemos realizado un cambio de liderazgo en el partido socialista de Castilla y León, sin generar ninguna fricción en el partido, desde la tranquilidad, la generosidad y la altura de miras, pero mirando con Carlos Martínez, actual alcalde de Soria, con 18 años de experiencia en el cargo y con una brillante gestión, hacia la esperanza e ilusión de conseguir un cambio de gobierno en la Junta. En su reacción, se observa como no soportan, que Luis Tudanca, siga siendo el portavoz en las Cortes y su relación con el nuevo secretario General, Carlos Martínez, sea excelente y cómplice hacia la consecución de un proyecto sólido y fuerte que de respuestas a la ciudadanía frente a la inacción del PP y la zozobra de Mañueco.
La presentación de Carlos Martínez en Segovia, ante la militancia socialista de la provincia segoviana, del pasado día 10, sirvió como un buen punto de partida, en esa apuesta por la “revolución de los humildes” que plantea, para “atreverse al cambio”, ya que “quedarse es futuro”, como lemas de una apuesta sólida por generar futuro de esperanza para una tierra, tan falta de referentes de ilusión.
El PP y sus adláteres afines con tentáculos mediáticos, huyen de manifestar cualquier opinión sobre le juicio del mayor caso de corrupción de Castilla y León, como es la trama eólica y que desde septiembre de este año, celebrará más de cincuenta sesiones en la Audiencia Provincial de Valladolid, y que juzgará a varios altos cargos del PP en la Junta y varios empresarios. Por cierto, conviene no olvidar que Alfonso Fdez. Mañueco, ejercía como Consejero de Presidencia y Justicia, de la Junta y presidente del Comité Nacional de Derechos y Garantías del PP, en el momento de la realización de esas prácticas corruptas. Que curioso, verdad.
Se buscarán maniobras de distracción, disculpas y demás estrategias, para no mencionar nada del juicio y no asumir responsabilidades. Y por supuesto, Núñez Feijóo volverá la cabeza con el asunto. Van predicando lecciones, orquestando maniobras de denuncias falsas, pero nunca asumen responsabilidades cuando tienen juicios abiertos.
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