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Sinuhé Arroyo, el segoviano que enseña a las máquinas a pensar

Sinuhé Arroyo.

Sinuhé Arroyo.

El campus María Zambrano acogió el miércoles una conferencia-charla del fundador y CEO de Taiger, Sinuhé Arroyo, segoviano y licenciado en informática por la UVa. La empresa se dedica a la innovación en inteligencia artificial. En su charla ante alumnos de la facultad de informática de Segovia, Arroyo abordó dos aspectos; por un lado la epopeya de echar a andar una empresa tecnológica desde cero, por otro, la presentación de su firma, una de las más sorprendentes del panorama TIC.

Y es que en Taiger han dado con un nicho de mercado clave: la aplicación de la semántica computacional a la gestión empresarial y a la atención al cliente. Pero vayamos por partes.

El padre de la inteligencia artiticial, el inglés Alan Turing publicó en 1947 un pequeño artículo considerado hoy el pistoletazo de salida de la inteligencia artificial, en el mismo proponía un sencillo test para saber cuándo una máquina se convierte en inteligente: cuando la máquina converse con un humano y el humano no sepa que su interlocutor es una máquina. Esta tesis ha sido realmente muy debatida y en este contexto se encuadran los trabajos de Arroyo: en Taiger desarrollan un interfaz que permite a la máquina codificar el lenguaje común, y en consecuencia, encontrar lo que el humano busca o incluso aportarle una respuesta.

Las posibilidades son enormes. Estamos acostumbrados al buscador por excelencia, Google. Pero, reconociendo su versatilidad, coincidirán en que a menudo los resultados de una búsqueda no ofrecen el menor resultado operativo. A veces por defecto (la máquina no ha indexado lo que buscamos tal como nosotros lo buscamos) a veces por exceso (hay demasiada información etiquetada con las palabras que introducimos en la barra de Google), el caso es que el resultado nos obliga a una penosa y frustrante navegación, no pocas veces estéril. Un ejemplo, imaginen que busco información sobre un señor llamado Pedro Barcelona Campos. En una fracción de segundo Google nos aportará millones de páginas, pero ninguna útil, pues el 99,99% de esos millones de páginas refieren a FC Barcelona, a su terreno de juego o al jugador Pedro Rodríguez Ledesma. De acuerdo, cierto, un tipo bien adiestrado en Google sabría eliminar -desambiguar- en el argot, buena parte de los elementos que distorsionan nuestra búsqueda, pero aún así, encontrar a Pedro Barcelona se antoja misión imposible. Habría que expurgar todo lo relativo a la ciudad de Barcelona, turistas que etiquetan la palabra Barcelona en sus mensajes…

¡Pero un momento! Imaginen que la máquina es lo suficientemente perspicaz como para saber que no me estoy refiriendo a ningún jugador de fútbol ni a nada relativo con una ciudad. La máquina me pregunta, “¿te refieres a una persona que se llama así?”. Y yo le digo “sí”. “Entiendo”, dirá la máquina y mi trabajo de búsqueda se habrá simplificado una barbaridad. Esta filosofía es la que está ímplicita en Isearch, uno de los dos productos estrella de Taiger. Se trata de aportar algoritmos de depuración del lenguaje que permitan a la máquina saber con precisión lo que yo busco. Este tipo de buscadores existen en la realidad. La empresa de Arroyo los implementa para grandes corporaciones, donde hay un enorme reservorio de datos “parecidos”, redundantes o polisémicos, y las posibilidades de que una mera búsqueda por palabras me aporte algo de luz son más bien escasas.

Es la semántica computacional. Un paso al frente en la inteligencia artificial. Otra aplicación, chats inteligentes. El Iconverse. Está concebido como la típica sala de consulta de dudas de una empresa proveedora de servicios (por ejemplo, una de atención al cliente), pero depurando los instrumentos semánticos, podemos poner al usuario frente a una máquina que entiende lo que le están preguntando. Esta aplicación de Taiger está triunfando en Inglaterra, España, Singapur, Estados Unidos…

Arroyo habló también de cómo se pasa de la investigación a generar una pequeña multinacional. “Trabajando, pagando precios muy elevados”, explicó. Fundó Taiger en Austria en 2010, donde se doctoró en informática por la Universidad de Insbruck. Venía de trabajar en el sector semántico y conocía el recorrido del sector. “Lo que no sabía es que iba a ser tan duro coo apasionante”, explica. Frente a la idea inicial, montar un software tan innovador que arrasa el mercado, la realidad. “Yo pensaba que en dos años me retiraría. La verdad es que el primer año no ganamos un duro. Al segundo las cosas empezaron a ponerse interesantes y ya tenía un sueldo de 600€ al mes”. El problema es el típico circulo vicioso. “Si no tienes producto no tienes clientes, y sin clientes no tienes dinero para desarrollar el producto”, frente a esta solución, trabajo duro y aplazar la recompensa. “Más, cuando hablas de proyectos multinacionales, que exigen que te plantes en avión a Londres o Singapur. Renuncias a tu ocio. Eso sí, ver que tu idea tira adelante es una sensación extraordinaria”.

Queda aún mucho por hacer, pero el futuro de Taiger deslumbra. Compañías como Vodafone, Santander, Santillana, Repsol, Cemex, son ya clientes de sus productos, al tiempo que la empresa es consciente de estar trabajando en la frontera tecnológica. En cuestión de años nos relacionaremos con las máquinas a viva voz. Y tras la garganta de software latirán algoritmos generados por esta empresa española.

Author: Redacción

Acueducto2. Noticias y actualidad de Segovia.

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