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Fuentepelayo, respuestas pendientes

A finales de 2015, no hace tanto de eso, la Junta de Castilla y León despachaba el tema de las pestilencias de Fuentepelayo con un “las revisiones que se hacen indican que todo está dentro de la legalidad”. Eso decían entonces, y balones fuera, explicaban que en último extremo los “olores” de un municipio deben regularse a través de ordenanzas municipales. No solo eso, las cosas no se harían tan mal cuando entre 2010 y 2015, a preguntas formuladas en las Cortes por el PSOE, la Junta subvencionó las actividades de la planta con 375.000€. Por su parte, el Seprona decía prácticamente lo mismo. Oler, oler, bien no olía… pero de ahí a vulnerar la ley…

¿Sabían de lo que hablaban? ¿Existieron nunca esos supuestos controles e inspecciones? ¿Cómo se hacían y quién los llevaba a cabo?

Lo cierto es que una tampoco aclarada espiral de vandalismo contra la punta de lanza de la contestación a la planta, la plataforma No Más Mierda (pintadas, amenazas, algún rocambolesco episodio de agresiones en la gasolinera), obligó a las autoridades a “emplearse a fondo”. Y entonces sí. A principios de 2016 nuevas inspecciones determinaban que las cosas en la planta de Agraman ya se estaban haciendo del todo mal y había que paralizar las actividades de vertidos y de recepción de residuos en la supuesta planta.

Pleitos por aquí y pleitos por allá, de la paralización de actividad se pasó a la orden judicial de retirar los vertidos efectuados, orden que la empresa gestora de la planta desoyó, obligando a la Junta a proceder por la vía subsidiaria. 85.000€.

Lo cierto es que todo el proceso se ha visto salpicado de inexplicados policialmente episodios de intolerable violencia. Del vandalismo, de agresiones a los coches de la gente de la plataforma, a la retirada de pancartas y pintadas, en enero, en puertas de la Feria del Ángel, se pasó a dos incendios de pajares y naves industriales. No hay acusaciones, no sabemos si se han revisado los protocolos, ni tampoco cómo se llegó a la situación a la que se llegó. No sabemos nada de lo que ha pasado en Fuentepelayo.

Durante una década los vecinos han aguantado resignadamente la pestilencia de una planta en una zona muy vapuleada por las actividades de transformación (granjas de cerdos, de piensos, riegos de purines). Un recién llegado al pueblo, Ordoñez, empezó a moverse con el respaldo de IU y de colectivos ambientalistas. Montó la plataforma. El procurador de IU, José Sarrión, que durante todo el proceso de las protestas ha dado un fuerte apoyo especialmente mediático (al menos eficaz, o más eficaz que las 21 PNL que sobre el particular se jacta de haber llevado a las Cortes el PSOE, por ninguna el PP), puso el tema en la agenda política. Dos años después la planta ¿sigue técnicamente paralizada? en tanto el contribuyente se ha visto obligado a asumir la retirada de la mierda vertida. Al menos de momento (dudo mucho que Agraman pague algún día).

Ahora todo son parabienes. Desde luego de IU hacia sí misma por lo que probablemente sea el mayor éxito medioambiental de los últimos años. Pero también ¡el PP!, que en un surrealista comunicado “mostraba su satisfacción por la pronta solución habilitada por la Junta”. ¡Viva el jefe!

Resumiendo, no hace tanto en Fuentepelayo las cosas se hacían “ejemplarmente bien”, incluso la patria les daba dinero por lo vanguardista de sus procesos. No se notaba pero se hacía bien. Empezaron a llover hostias y ya -entonces sí- “alguien” se movió. Y lo que estaba ” tirando a normal” resultó estar inaceptable. Siguieron los titulares. Lo inaceptable terminó en “caso de urgente solución”.

Alguien tiene que decir que no, que las cosas no se han hecho nada bien. Todo apunta a que porque se han quemado pajares y ha habido más que palabras y ha corrido la tinta en los medios, al final se ha intervenido. Y la impresión final es que Medio Ambiente de la Junta mira para donde quiere según sea el caso y el día porque todo el entramado ambiental se aguanta sobre palillos (¿o acaso no ha estado durante lustros Segovia y su alfoz echando mierda al Eresma y aquí paz y luego gloria?). Pero bueno, todo ha acabado bien, ¿eh? Un diez para Medio Ambiente de Segovia. Otro más. Pasemos a otra cosa.

Fotos: de arriba a abajo, nave ardiendo en Fuentepelayo. Manifestación en mayo de 2016 contra la planta. Sarrión, Frias y Ordoñez en uno de los 21 puntos de vertido ahora retirados

Author: Luis Besa

Luis Besa. Periodista,

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3 Comments

  1. Creéis que si el PP siguiese teniendo mayoría absoluta se hubiese solucionado algo?

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  2. La verdad es que, como dice Besa, este es un caso mas de dejadez administrativa ante los problemas medioambientales, tanto por parte del Gobierno (SEPRONA), como de la Junta (Medio Ambiente y Sanidad), como del PSOE (Ayuntamiento de Fuentepelayo) y una muestra muy positiva de lo que se puede conseguir con una responsable movilización ciudadana, que es lo que realmente ha llevado a una solución, esperemos que definitiva.

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  3. Todo esto se ha conseguido gracias a la movilización ciudadana, que ha soportado los envites de parte de la gente que estaba recibiendo beneficios de la planta y del dueño de la planta y sus “secuaces”.
    Los políticos se han posicionado cuando les convenía ,y ahora todos se cuelgan las medallas.
    Al final todos vamos a pagar por retirar los residuos y el dueño de la planta seguirá paseándose entre nosotros y riéndose, como hasta ahora, viviendo de las subvenciones y del dinero de los demás.
    El Ayuntamiento no va a exigir el pago de lo que debe? Va a seguir sin retirarle la licencia a una planta que nuca ha producido compost?
    Qué hartura de políticos!

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