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Los vecinos promueven la candidatura a árbol del año de la sófora de la Plaza de la Merced

Es una sófora (Sophora japonica pendula) muy especial. Hace unos años, una nevada derribó algunas ramas de su compañero, un cedro, que dieron en caer en la copa de la sófora. Como resultado la sófora quedó truncada, con una única rama horizontal de cinco metro que le da la apariencia de “L” invertida. Más larga que alta. Una fisonomía espectacular que a partir de una iniciativa de los vecinos de la plaza de la Merced pretende convertir al ejemplar en “árbol del año de 2025“, en la categoría de árbol urbano, concurso creado en 2007 por la ONG Bosques sin fronteras, que pretende distinguir árboles bellos, no tanto por su porte como por su historia y vinculación con la comunidad.

En las redes Virginia Rodríguez, vecina de la plaza y activista ambiental, asume la voz de la sófora para contarnos su historia. Un árbol de origen asiático (sus hojas se utilizan en la herboristería china) y que fue plantado hace 75 años en el que fue el primer jardín público del recinto amurallado de Segovia. Era el patio del antiguo convento de la Merced, de la orden de los mercedarios instalados en Segovia y que abandonaron la ciudad en 1835 con la desamortización. En 1843, un patronato empezó la plantación de árboles para generar un pionero espacio verde en el corazón de la Segovia Patrimonio de la Humanidad. Ya en el siglo XX llegaba la sófora.

“Es un árbol que le da mucha personalidad a la plaza, además tiene mucha historia y a los vecinos nos da mucha alegría el tenerlo”, explica Virgina, en colaboración con los vecinos han ido recopilando el material para la candidatura, imágenes, videos, hasta música, así como el expediente histórico, aunque falta algún trámite y corre prisa .”El plazo para el cierre de la candidatura expira el 15 de octubre”, recuerda Virginia.

Más historias del árbol. A su vera, hace unos meses, se encontraba el esqueleto posiblemente de uno de los monjes mercedarios. Está regado con el agua de la cacera que llega del Guadarrama y a través del Acueducto accede al barrio de las Canonjías. Junto con un hermoso cedro, castaños de Indias, pseudoacacias, prunos, una tilia, grandes bolas de laureles cerezo, rosales… Un bosquecillo urbano que atrae gorriones, colirrojos tizón, petirrojos, las escandalosas chovas piquirrojas, un autillo en verano con su canto nocturno pausado y también las cigüeñas que crotorean desde el cedro. Las campanadas de san Andrés estremecen las hojas en una plaza animada por niños y turistas.

Hay un problema. Y es su forma de “L” invertida, que amenaza la estabilidad de la sófora, de donde es posible que a medio plazo convenga  apuntalarlo. Para entonces, esperemos que ostente el título de árbol del año, una “marca” que en cualquier caso sirve para llamar la atención sobre estos vecinos vegetales, silenciosos y bellos, que expanden vida a su alrededor.

Sófora de la Merced, ilustración de Alicía Rey.

Author: Redacción

Acueducto2. Noticias y actualidad de Segovia.

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