A la laguna de los Pájaros, con la ‘Fiambrera’ -1-
“[…] un caparazón de nieve compacta rellenaba el antiguo relieve preglaciar desde las inmediaciones de la Laguna de los Pájaros hasta por debajo de la cumbre de Peñalara […]”.
Quién nos iba a decir a nosotros en los años setenta, cuando realizábamos nuestros primeros pinitos en altura por la Sierra de Guadarrama, que vivaqueábamos en un glaciar del cuaternario –ver Nota 1-.
Barbilampiños mozalbetes que con los años fuimos descubriendo nuevas historias y sorprendiéndonos con nuevas experiencias.
En el último libro de Eduardo Martínez de Pisón (recomendamos a los amigos de la historia y las aventuras: La Tierra de Jules Verne) podemos leer una acertada frase de Robert Louis Stevenson:
[…] no hay mejor materia para un sueño que un mapa.
¿Qué amante de la montaña, y la naturaleza en general, no quedaría embelesado ante el plano trazado en 1875 por un topógrafo del Instituto Geográfico y Estadístico que reproducimos?
Aún con sus errores, anotaciones de 1920, sobre la situación de las lagunas glaciares del macizo de Peñalara –ver plano 1-.
Sin ánimo de profundizar en el siempre interesante tema de la glaciación, dejamos una breve referencia sobre la zona que nos ocupa.
Para ello nada mejor que tomar algunos datos e imágenes (dicen que valen más que mil palabras y nos servirán para contrastar detalles una vez en la zona de Peñalara) de Los Glaciares cuaternarios de la Sierra de Guadarrama de Obermaier y Carandell, publicado en Madrid en 1917.
Con anterioridad, Casiano de Prado, en su descripción física y geológica de la provincia de Madrid (1864), ya comentó que, aunque “no se halla muy patente”, había indicios de glaciarismo.
En las anotaciones de Obermaier y Carandell leemos:
“[…] se advierten en Peñalara hasta cuatro pequeños glaciares más antiguos, tanto más patentes cuanto mayor altura tiene el hinterland excavado en circo […] los ‘Hoyos’, que no son sino las artesas abiertas bajo el peso y la lima secular de las lenguas cuaternarias de hielo viviente, comienzan al S. por el Hoyo de la Laguna de Peñalara (primer glaciar), el de mayor extensión, siguiéndole muy de cerca, hacia NE., el Hoyo de Pepe Hernando (segundo glaciar), ya mucho más reducido. Los dos últimos glaciares (tercero y cuarto), al SE. De la Laguna de Pájaros, son ya mediocres, especialmente el cuarto […]”.
Circos y morrenas bien definidas en la serranía del Guadarrama a las que podemos añadir las que se encuentran hacia el puerto de Navafría o, de carácter menor, algún hoyo o nicho excavado por los Siete Picos. Los estudios siguen abiertos.
Del vivac de los años setenta nos trasladamos a 1924 acercándonos a la laguna de los Pájaros (2170 m.) de la mano de una antigua Sociedad Deportiva ‘La Fiambrera’. Atacando la subida desde El Paular.
Pero antes, para ir ambientándonos, realizaremos un agradable paseo hasta la zona de las lagunas del macizo de Peñalara. Accederemos desde el puerto de los Cotos.
Nuestro punto de partida será el Centro de Visitantes de Peñalara que Parques Nacionales –ver Nota 2– tiene ubicado en dicho puerto.
Realizaremos una marcha de montaña tradicional, indicada por el Parque Nacional de Guadarrama como RP4, dentro de las rutas por Peñalara.
Un parque nacional es una categoría de área protegida que goza de un determinado estatus legal que obliga a proteger la riqueza de su flora y su fauna. Se caracteriza por ser representativa de una región fitozoogeográfica y tener interés científico.
El interés primordial es conservar las comunidades vegetales y animales, relacionadas entre sí, que en ellos existe y así evitar su desaparición, extinción o alteración.
La finalidad última evitar que la naturaleza se desangre a partir de la sobreexplotación de recursos, las construcciones y otras actividades humanas. Por ello la normativa ha de ser clara y su cumplimiento ha de ser estricto. Antes de adentrarnos en un área natural protegida debemos informarnos y ser conscientes de que las normas y senderos indicados han de respetarse.
Dada la masificación actual, en cualquier actividad natural o deportiva, es la única forma de conservar para poder disfrutar en el futuro, nosotros o los que vengan detrás
Recorrido visual Puerto de los Cotos-Laguna de los Pájaros.
El trazado desde el Puerto de los Cotos (1830 m.) –Centro de Visitantes de Peñalara– a la laguna de los Pájaros (2170 m.) es de unos 10 kilómetros aproximadamente y 5 horas de recorrido (ida-vuelta), RP4.
Su dificultad es baja si se está acostumbrado a transitar por senderos de montaña.
En el recorrido encontraremos algunos obstáculos fáciles de salvar: zonas de pedrera y trayectos de piedra suelta.
Siempre hay que tener en cuenta la época del año y las condiciones climatológicas.
La última recomendación: ir acompañados por algún práctico de la zona.
Al salir del Centro de Visitantes (foto 1) nuestra ruta deja a la derecha la caseta de vigilancia del Parque y toma el camino (foto 2) que conduce, como tiro de piedra, al mirador de la Gitanilla; al paso, a la izquierda, queda la fuente Cubeiro.
Desde el mirador podemos disfrutar de una excepcional panorámica serrana.
Un marcador-giratorio (foto 3) indica los principales hitos que observamos (aunque la altura de los pinos cada vez nos lo ponen más difícil): Navacerrada, la Bola, la cuerda de las Cabezas de Hierro…
bajo nuestros pies un monumental reloj de sol.
A pocos metros se encuentra el ‘cobertizo del Depósito’ (junto a él una pequeña zona acotada para la cría de anfibios).
En al cobertizo una señal indica nuestro primer cambio de dirección: Laguna de Peñalara.
El cartel invita a desviarse a la derecha, adentrándose la ruta en el pinar.
Posteriormente la transita, a media ladera (foto 4), por zona despejada con la visión del valle del río de la Angostura, posteriormente el río Lozoya, a nuestros pies.
Por el valle discurre la carretera M-604 que desciende al monasterio del Paular y Rascafría desde el puerto de los Cotos.
Pronto topamos con el segundo desvió de la jornada: el camino sigue hacia la laguna grande de Peñalara.
Para accedes a nuestro destino tomaremos la senda de la derecha: laguna de los Pájaros. Salvando el arroyo de la Laguna por pasarela de madera (fotos 5, 6 y 7).
Afrontaremos una corta pero intensa subida hasta el mirador de ‘Javier’.
Una placa metálica así lo indica (foto 8).
Desde este punto se domina una bella panorámica del circo de la laguna de Peñalara, además de otras muchas elevaciones conocidas.
En algunas rocas quedan marcas del sendero PR15 –trazos paralelos blanco y amarillo– que discurría por la zona.
El sendero continúa a media ladera entre retamas, jabinos y piornos hasta un gran hito de piedras amontonadas que da vista a las primeras lagunillas por cima de la Hoya de Pepe Hernando (foto 9).
Nos adentramos en la zona denominada Cinco lagunas (foto 10).
Pronto nos damos cuenta de por qué seguir las normas trazadas por la guardería del Parque Nacional.
El intento de conservar una zona, fin primordial de la declaración de un espacio natural, a veces, trae consigo una propaganda excesiva y un afán desmedido por conocer.
Ello conlleva, obligatoriamente, un control de paso sin salirse de las sendas marcadas.
Para lo cual se han realizado algunas intervenciones como la colocación de pasarelas (foto 11) para evitar el deterioro del terreno y preservación de la zona contigua.
El camino continúa en busca de nuestro destino final.
Bellos parajes entre pastos de montaña salpicados de lagunillas.
Otro saltito, nueva depresión y una laguna más grande, la de Claveles, situada bajo el cresterío que la da nombre (foto 12).
Un esfuerzo más.
El paseo se troca en una corta pedrera que tenemos que salvar.
Hemos de estar atentos a los hitos de piedra que, colocados estratégicamente, nos indican la mejor senda entre los bloques pétreos (foto 13).
Finalmente nuestro paseo, ya de por sí recompensado con los bellos parajes transitados, encuentra el destino de la jornada: la laguna de los Pájaros (foto 15).
Un hito metálico indica la altitud: 2170 metros de altitud (foto 14).
La laguna se encuentra en un praderío más amplio que los cuencos que hemos dejado atrás.
La placida superficie de sus aguas se abre al imponente valle de Lozoya.
Desde este punto, si no deseamos desandar el camino, podemos optar por realizar un recorrido circular.
Si cresteamos los riscos de Claveles llegaremos al pico de Peñalara (2429 m.) pudiendo descender a Cotos -recorrido para expertos-.
También podemos optar, conociendo el terreno, por descender la vertiente norte.
Detrás de la morrena del antiguo glaciar se encuentra el puerto de los Neveros (collado Quebrantaherraduras), paso por el que podemos bajar al Real Sitio de San Ildefonso -recorrido fácil-.
(y 2: a la laguna de los Pájaros con la ‘Fiambrera’ en 1924.)
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